Publicado en el Semanario Punto. Toluca, México.
29 de julio, 2009
Cuando este lunes revisé las noticias del día, me encontré con una sorpresa: después de muchos sufrimientos y luchas irremediablemente perdidas, la selección mexicana de futbol pudo finalmente vencer a su similar de Estados Unidos y obtener la Copa de Oro.
En realidad, da gusto saber de los triunfos deportivos de nuestro país, especialmente cuando no es posible hablar de otras hazañas nacionales. Pero me parece un tanto excesivo salir a festejar a todo lo que da, yendo hasta el Angel de la Independencia y haciendo casi tanta fiesta como si los mexicanos hubieran ganado la copa del mundo.
Está bien, hace años que no se daba una victoria ante la selección estadunidense, pero con todo respeto, creo que estamos exagerando y que no es para tanto. Sobre todo porque se trata de un torneo jugado solamente por equipos de la zona, por selecciones que sin menospreciar a nadie no son lo más granado de la especialidad.
De hecho, para que la selección nacional mexicana se mida con equipos de verdad peligrosos, hay que esperar al menos que llegue a calificarse para el campeonato mundial de futbol de Sudáfrica, que se llevará a cabo el próximo año. Y esa calificación honestamente está todavía en “veremos”.
Pero los aficionados, fieles hasta la muerte, sufridos como siempre, caemos extasiados ante una victoria, por insignificante que pueda parecer.
Lo importante es el puro orgullo de ganarle a los gringos, y cobrarles con goles lo que estamos convencidos que nos deben.
Y es que el futbol es eso: pasión que va más allá de la cancha. Emoción que inevitablemente llena de euforia a la masa porque la lleva a creer por un momento que su grandeza trasciende el aspecto deportivo y que el triunfo obtenido hará más fuertes, más poderosos y más importantes ya no digamos a los once que ganan en el campo, sino a los millones que esos once representan.
Es inútil negar la importancia del futbol en México. Se trata del deporte nacional cuya trascendencia lleva a los estadios hasta a los políticos, que se dejan ver y escuchar especialmente en las contadas ocasiones en que los triunfos llegan.
Ahí está como muestra el mensaje de Felipe Calderón a los integrantes del equipo tricolor: “esta victoria demuestra que con trabajo y esfuerzo los mexicanos pueden salir adelante”.
Lo malo del asunto es que con todo respeto para los “aficionados que viven la intensidad del futbol”, el primer nivel al que los tricolores aspiramos está todavía muy lejos.
Por eso es que me parece que en cambio, se ha dado poca o nula importancia a la victoria rotunda de otra deportista que, en solitario, ha logrado -ella sí- un triunfo de primera, ni más ni menos que un campeonato del mundo en su especialidad, derrotando a las mejores de todo el planeta.
La mexicana Paola Espinosa obtuvo recientemente la medalla de oro en clavados -trampolín de diez metros- en el mundial de natación que se celebra en la ciudad de Roma, Italia.
Me habría gustado que los aficionados mexicanos hubieran salido a festejar con verdadero entusiasmo, hasta el mismísimo Angel la victoria de una compatriota.
Habría sido más que satisfactorio ver cómo la algarabía se dejaba sentir y que las banderas, las cornetas, las porras y los vivas son para una persona que ha logrado el primer puesto a nivel mundial y no para los futbolistas que antes de obtener la copa de oro habían sido considerados por muchos meses la descepción nacional.
Hay que reconocer que en México, como en otros países, se exagera al dar a los futbolistas un lugar de privilegio.
Se trata en realidad de un fenómeno por el cual el jugador se convierte en una especie de representante personal nuestro, que aparentemente está desarrollando una actividad en la que los espectadores participan,
Por eso una derrota duele y se convierte en una frustración que asumimos como propia y el triunfo se vive con una alegría tan inexplicable como excesiva.
El problema es cuando nos damos cuenta de que nuestra selección está integrada por personajes que son parte de un ambiente viciado, de un comercio brutal en que no somos otra cosa que consumidores de todo lo que nos quieran vender.
De ahí mi cuestionamiento hacia la casi indiferencia mostrada ante Paola Espinosa, que a pesar de ser campeona del mundo, no pertenece al negocio deportivo y por ende, su victoria no es parte del imaginario colectivo.
Representando a México en un deporte individual, su triunfo no satisface la necesidad grupal de derrotar a otros enemigos. No importa si la clavadista ha alcanzado la máxima gloria. Los medios de comunicación no la hacen existir como una verdadera triunfadora.
Ella no pertenece al mundo del futbol, que no es otra cosa que una manifestación de la cultura de la ganancia. No participa en el mundo de la explotación, comercio y corrupción del balompie de todo el mundo.
No la hemos visto semanalmente en la televisión y por lo tanto, su victoria, por grande que sea, se vuelve modesta y su importancia se reduce a unos cuantos minutos de gloria.
No está inmersa en el mercado que mezcla publicidad, derechos televisivos, visibilidad política y ambiciones personales.
Por eso el campeonato mundial de Paola Espinosa no puede siquiera compararse con la copa regional ganada por el equipo de todos y haberlo obtenido no merece que nadie considere ni por equivocación ir a festejarlo con toda la nacional alegría. Un asunto para reflexionar, ¿verdad?
miércoles, 29 de julio de 2009
miércoles, 22 de julio de 2009
¿El Padrino a la mexicana?
Publicado en el Semanario Punto. Toluca, México.
22 de julio, 2009
En los últimos días, una serie de fotografías publicadas on line por la revista mexicana Quién me ha dejado sorprendida. Se trata del resumen gráfico de la boda de Carolina Chuayffet Soto, hija del ex gobernador mexiquense, ex secretario de Gobernación y actual diputado federal electo, Emilio Chuayffet Chemor.
Y digo que las imágenes me sorprendieron porque no pensé ver reunida en todo su esplendor a la mismísima cúpula priísta, especialmente a tan pocos días de haber obtenido su tan pavoneado triunfo en las elecciones federales intermedias.
Vamos, la mencionada reunión de los poderosos me deja con la boca abierta más que nada por el estilo en que se llevó a cabo.
No puedo negar que de repente, al observar a Emilio Chuayffet, a sus familiares y amigos festejando tan pomposamente la boda, mi primera impresión fue la de recordar una de las más célebres secuencias de la película El Padrino, el film realizado en 1972 dirigido por el ítaloamericano Francis Ford Coppola.
Precisamente la película inicia el día de la boda de la hija del capo Vito Corleone, con la gran familia de la mafia siciliana que vive en Nueva York que va a rendir homenaje a su líder, al Padrino y de paso a arreglar algunos asuntos pendientes.
Sin ofender. La boda parecía más que el festejo por la unión de dos esperanzados jóvenes, una reunión de jefes, una simbólica ceremonia en la cual lo menos importante eran precisamente los jóvenes esposos.
Lo que se ve y se lee en cada imagen de las nupcias es la demostración de que como el ave Fénix, el PRI resurge de sus cenizas y no precisamente renovado.
Se aprecia simplemente la cohesión de un fuerte grupo político en el cual el capo, el Padrino, parecería ser el ex presidente Carlos Salinas de Gortari, que, terminado su aparente exilio, parece haber olvidado el auténtico rechazo que gran parte de la población le expresa constantemente.
Ahí, enmedio de la gente que lo aprecia y lo reconoce, Salinas deja atrás los tiempos en que llegaba a México casi a escondidas, generando noticia con sus visitas semi clandestinas.
Los abrazos, los saludos, las sonrisas, parecen las mismas de aquellos memorables días de Solidaridad.
En la boda de la hija del representante de la nueva generación vencedora del partidazo, Salinas fue no solamente un espectacular invitado: además fungió como primer testigo de honor.
Y al lado del capo, el otro lugar importante en la ceremonia fue para quien parece a todas luces ser el ungido del clan priísta.
Honores, lisonjas, festejos, flashes y reconocimientos para el otro testigo de lujo, el gober bonito, el del gran copete, Enrique Peña Nieto, que junto a su Gaviota acaparó más atenciones que los propios novios.
En fin, una ceremonia en la que Chuayffet, el anfitrión, y Beatriz Paredes, como dirigente oficial del PRI, son parte del mensaje de unión y de cohesión del “PRI de hoy”, que al reconocer ya sin tapujos y sin falsos pudores la presencia de Carlos Salinas de Gortari, nos ratifica sin problemas parte de su slogan: “experiencia probada”.
Así también el partidazo nos obliga a preguntarnos dónde está la “nueva actitud” que en apariencia le dio el triunfo en las urnas y le hizo ganar otra vez la confianza ciudadana.
No termino de entender si la boda en cuestión, con todos los símbolos que mostró fue un acto casual o fue planeada de esa manera. No me es posible descifrar si los priístas de siempre se reunieron tan pública y festivamente con toda la intención de que el país entero se enterara de que el dinosaurio todavía está ahí.
En Italia existe un dicho que reza que “el lobo pierde el pelo, pero no el vicio”. A lo mejor es el refrán que mejor describe lo que vimos hace algunos días. Una clase política que se niega a cambiar siquiera las formas, que se muestra despilfarradora, prepotente, triunfalista y cínica.
Como en todo el mundo, los poderosos se empeñan en hacer gala de su poder. Las mayorías se ocupan de llevarlos a las posiciones que ocupan pero no tienen derecho de cuestionarlos y se deben limitar a observarlos.
Ahora bien, para completar mi reflexión están las teorías formuladas por el investigador Edgardo Buscaglia, publicadas por el diario mexicano El Universal en su versión on line. De acuerdo con el académico, quien es coordinador del Programa Internacional de Justicia y Desarrollo del ITAM, la sociedad mexicana se está enfrentando “a grupos criminales que se esconden detrás de empresas y no se les están aplicando herramientas para confiscarles su dinero ilícito. Son empresas en donde están involucrados políticos y empresarios famosos que salen en las revistas"
El académico señala además que "ha cambiado mucho la fisonomía de las cúpulas criminales. Muchos de estos personajes han ido a escuelas de negocios, a Harvard, a Londres. Cuando uno hace investigaciones patrimoniales descubre que están detrás de estas organizaciones empresarios y políticos"
Una afirmación tan fuerte da mucho para pensar. Mucho para sospechar. Mucho para no confiar. Especialmente cuando en México los gobernantes se ocupan y se preocupan más por atrapar a los capos aparentes de las organizaciones criminales.
De acuerdo con Buscaglia, no es posible afirmar que “El Nica, El Chayo o El Chango Méndez sean "El Jefe". Los directorios visibles sólo son pantallas, los verdaderos no siempre están visibles y ellos, por lo regular consejos directivos, son los que planean las estrategias de esas mafias. Los que vemos son meros operativos”.
Grave acusación que nos lleva a sospechar que por muy sanguinaria que sea la declarada guerra contra la delincuencia organizada, ésta no será derrotarla por una sencilla razón: al parecer el enemigo tiene un perfecto camuflaje “gracias a sus redes patrimoniales que le generan recursos para poder pagar protección, comprar droga, armas y financiar las ejecuciones”.
Es por eso que uno, ciudadano común y corriente, se preocupa cuando ve a la cúpula de un partido comportarse en una forma más bien estereotipada. Se sacan conclusiones, se hacen reflexiones y lo único que queda por preguntar es hasta cuándo continuaremos llevando al poder a los personajes equivocados y hasta dónde nos veremos obligados a pagar las consecuencias.
22 de julio, 2009
En los últimos días, una serie de fotografías publicadas on line por la revista mexicana Quién me ha dejado sorprendida. Se trata del resumen gráfico de la boda de Carolina Chuayffet Soto, hija del ex gobernador mexiquense, ex secretario de Gobernación y actual diputado federal electo, Emilio Chuayffet Chemor.
Y digo que las imágenes me sorprendieron porque no pensé ver reunida en todo su esplendor a la mismísima cúpula priísta, especialmente a tan pocos días de haber obtenido su tan pavoneado triunfo en las elecciones federales intermedias.
Vamos, la mencionada reunión de los poderosos me deja con la boca abierta más que nada por el estilo en que se llevó a cabo.
No puedo negar que de repente, al observar a Emilio Chuayffet, a sus familiares y amigos festejando tan pomposamente la boda, mi primera impresión fue la de recordar una de las más célebres secuencias de la película El Padrino, el film realizado en 1972 dirigido por el ítaloamericano Francis Ford Coppola.
Precisamente la película inicia el día de la boda de la hija del capo Vito Corleone, con la gran familia de la mafia siciliana que vive en Nueva York que va a rendir homenaje a su líder, al Padrino y de paso a arreglar algunos asuntos pendientes.
Sin ofender. La boda parecía más que el festejo por la unión de dos esperanzados jóvenes, una reunión de jefes, una simbólica ceremonia en la cual lo menos importante eran precisamente los jóvenes esposos.
Lo que se ve y se lee en cada imagen de las nupcias es la demostración de que como el ave Fénix, el PRI resurge de sus cenizas y no precisamente renovado.
Se aprecia simplemente la cohesión de un fuerte grupo político en el cual el capo, el Padrino, parecería ser el ex presidente Carlos Salinas de Gortari, que, terminado su aparente exilio, parece haber olvidado el auténtico rechazo que gran parte de la población le expresa constantemente.
Ahí, enmedio de la gente que lo aprecia y lo reconoce, Salinas deja atrás los tiempos en que llegaba a México casi a escondidas, generando noticia con sus visitas semi clandestinas.
Los abrazos, los saludos, las sonrisas, parecen las mismas de aquellos memorables días de Solidaridad.
En la boda de la hija del representante de la nueva generación vencedora del partidazo, Salinas fue no solamente un espectacular invitado: además fungió como primer testigo de honor.
Y al lado del capo, el otro lugar importante en la ceremonia fue para quien parece a todas luces ser el ungido del clan priísta.
Honores, lisonjas, festejos, flashes y reconocimientos para el otro testigo de lujo, el gober bonito, el del gran copete, Enrique Peña Nieto, que junto a su Gaviota acaparó más atenciones que los propios novios.
En fin, una ceremonia en la que Chuayffet, el anfitrión, y Beatriz Paredes, como dirigente oficial del PRI, son parte del mensaje de unión y de cohesión del “PRI de hoy”, que al reconocer ya sin tapujos y sin falsos pudores la presencia de Carlos Salinas de Gortari, nos ratifica sin problemas parte de su slogan: “experiencia probada”.
Así también el partidazo nos obliga a preguntarnos dónde está la “nueva actitud” que en apariencia le dio el triunfo en las urnas y le hizo ganar otra vez la confianza ciudadana.
No termino de entender si la boda en cuestión, con todos los símbolos que mostró fue un acto casual o fue planeada de esa manera. No me es posible descifrar si los priístas de siempre se reunieron tan pública y festivamente con toda la intención de que el país entero se enterara de que el dinosaurio todavía está ahí.
En Italia existe un dicho que reza que “el lobo pierde el pelo, pero no el vicio”. A lo mejor es el refrán que mejor describe lo que vimos hace algunos días. Una clase política que se niega a cambiar siquiera las formas, que se muestra despilfarradora, prepotente, triunfalista y cínica.
Como en todo el mundo, los poderosos se empeñan en hacer gala de su poder. Las mayorías se ocupan de llevarlos a las posiciones que ocupan pero no tienen derecho de cuestionarlos y se deben limitar a observarlos.
Ahora bien, para completar mi reflexión están las teorías formuladas por el investigador Edgardo Buscaglia, publicadas por el diario mexicano El Universal en su versión on line. De acuerdo con el académico, quien es coordinador del Programa Internacional de Justicia y Desarrollo del ITAM, la sociedad mexicana se está enfrentando “a grupos criminales que se esconden detrás de empresas y no se les están aplicando herramientas para confiscarles su dinero ilícito. Son empresas en donde están involucrados políticos y empresarios famosos que salen en las revistas"
El académico señala además que "ha cambiado mucho la fisonomía de las cúpulas criminales. Muchos de estos personajes han ido a escuelas de negocios, a Harvard, a Londres. Cuando uno hace investigaciones patrimoniales descubre que están detrás de estas organizaciones empresarios y políticos"
Una afirmación tan fuerte da mucho para pensar. Mucho para sospechar. Mucho para no confiar. Especialmente cuando en México los gobernantes se ocupan y se preocupan más por atrapar a los capos aparentes de las organizaciones criminales.
De acuerdo con Buscaglia, no es posible afirmar que “El Nica, El Chayo o El Chango Méndez sean "El Jefe". Los directorios visibles sólo son pantallas, los verdaderos no siempre están visibles y ellos, por lo regular consejos directivos, son los que planean las estrategias de esas mafias. Los que vemos son meros operativos”.
Grave acusación que nos lleva a sospechar que por muy sanguinaria que sea la declarada guerra contra la delincuencia organizada, ésta no será derrotarla por una sencilla razón: al parecer el enemigo tiene un perfecto camuflaje “gracias a sus redes patrimoniales que le generan recursos para poder pagar protección, comprar droga, armas y financiar las ejecuciones”.
Es por eso que uno, ciudadano común y corriente, se preocupa cuando ve a la cúpula de un partido comportarse en una forma más bien estereotipada. Se sacan conclusiones, se hacen reflexiones y lo único que queda por preguntar es hasta cuándo continuaremos llevando al poder a los personajes equivocados y hasta dónde nos veremos obligados a pagar las consecuencias.
miércoles, 15 de julio de 2009
Cuatro minutos con Enrique Peña Nieto
Publicado en el Semanario Punto. Toluca, México.
15 de julio, 2009
Cuando la semana anterior comenté los resultados obtenidos por el PRI en las elecciones federales intermedias, no pude hacer a un lado el tema que parece dominar el panorama: la posible candidatura a la presidencia de la República del actual gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto.
En realidad no soy afecta a jugar al futurismo político, sobre todo porque como reza la conseja popular -que raramente se equivoca- “del plato a la boca se cae la sopa”.
Sin embargo, la presente realidad me obliga a analizar atentamente las circunstancias y a tratar de comprender o por lo menos analizar al personaje que al parecer se ha convertido en centro de atención de la clase política, primero y de los ciudadanos después.
Personalmente pude conocer poco a Enrique Peña, en los tiempos en que trabajaba como Secretario de Administración del gobierno de Arturo Montiel Rojas. Era un funcionario más que me atrevería a decir destacaba por un solo motivo: era el más apuesto del gabinete.
Joven, bien parecido, con los modos y maneras de los clásicos políticos que nacieron en cuna priísta y que saben controlar sus emociones y en lugar de dejarse llevar por sus impulsos pueden y saben llenar de atenciones y falsos cumplidos a quien tienen frente a sí.
Mi recuerdo del hoy gobernador es el de un hombre que ya en aquellos días se rodeaba de colaboradores que lo lisonjeaban, se comportaba como el funcionario que domina la situación y sacaba siempre a relucir su simpatía como el mejor medio para evitar responder directa y eficazmente, sobre todo a las preguntas embarazosas.
Pensé que con el tiempo Peña Nieto había cambiado, que su meteórica y sorprendente carrera lo había hecho crecer, madurar y aprender a comportarse a la altura, especialmente ante la prensa que lo cuestiona, esa prensa rara que no le sirve para engrandecer su imagen. Pero al parecer me equivoqué.
Revisando Internet con la intención de saber un poco más acerca del Peña Nieto actual me encontré con un video curioso, interesante, casi descepcionante.
Se trata de la entrevista que el gobernador mexiquense concedió al noticiario Al Punto conducido por el periodista Jorge Ramos, de la cadena norteamericana Univisión.**
En poco más de cuatro minutos de entrevista, Peña se encarga de mostrarnos su personal visión de la realidad de la sociedad que gobierna. Obviamente una visión parcial y un tanto distorsionada que incluye respuestas tales como: “México es un país seguro, yo te diría que es más seguro que muchos otros países de América Latina... sin dejar de ver este fenómeno que unas solas ejecuciones vinculadas a la delincuencia organizada y otras las que ocurren sobre todo en las grandes zonas metropolitanas donde el crimen pues sí la estadística ha sido creciente (sic)... México es... un país que enfrenta un fenómeno delincuencial nuevo. Esto ha cambiado la percepción ciudadana y eso es lo más difícil de combatir, cuando en la percepción está en que vivas (sic) en un país de inseguridad”
Honestamente un gobernador que cantinflea frente a una cámara de televisión hablando del tema más serio que toca la parte más sensible de la sociedad es casi escalofriante. Uno se pregunta de dónde el señor con el copete más famoso de México saca el valor para mostrarse como serio aspirante a la presidencia. Aunque de repente la respuesta es sencilla: para alguien que cree que México es un país seguro, es sin duda simple pensar que gobernarlo no tiene la menor dificultad.
Es soprendente y lo encuentro injusto. Quisiera tener esperanzas y creer que se trata solamente de cuatro minutos de lapsus contínuos y que la capacidad real de Peña para conducir las riendas del estado de México es altísima. Pero son solamente eso, esperanzas que se rompen frente a la realidad que la entrevista me deja ver.
Porque no encuentro la forma para justificar lo que el gobernador mexiquense muestra. Incluso en un tema tan delicado que tiene que ver con su vida personal. A la pregunta directa del periodista referente al modo en que falleció su esposa, Mónica Pretelini, Enrique Peña se muestra titubeante, inseguro, poco convincente. Y es terrible.
La respuesta textual del gobernador mexiquense fue: “bueno, mira, en su momento se dio una explicación. Fue algo... Intempestivamente. (sic) Ella llevaba dos años de tener alguna enfermedad parecida a lo que era... estos estertores... este...se me fue el nombre de la... de la … de la enfermedad puntual... epilepsia... pero no era epilepsia probablemente... pero algo parecido a la epilepsia...”
Uno como simple expectador se queda sin palabras. Peña Nieto no cambia el tono de su voz ni se olvida de sonreir. Se ve nervioso, falso, pero no pierde el tono, un tono que disfraza su poca capacidad de responder con coherencia.
Luego, su justificación ante las demasiadas apariciones en las revistas de espectáculos: “pues ocupa (sic) que lo que es tu vida privada no es tan privada. Se vuelve pública”. En este punto vale decir que no podría esperarse otra cosa, dado que el gobernador se ha involucrado sentimentalmente con una actriz de telenovelas más o menos famosa, ¿no?
Que esto sea provechoso o no, benéfico o perjudicial, se sabrá solamente cuando Peña se lance con todas sus fuerzas para conseguir su objetivo. Pero probablemente en un país donde la televisión ha tenido un peso fundamental en la formación de los ciudadanos, donde la masa ha crecido nutriéndose de telenovelas, no resulta tan descabellado pensar que sería bien visto que pudiera llegar a gobernar “la pareja más atractiva de México”, visto que ya durante seis años tuvimos a una menos agraciada pareja presidencial.
Por lo pronto, insisto en que durante esos benditos cuatro minutos de entrevista, la imagen de Peña no sale bien librada y probablemente no se trata de un simple mal momento del gobernante.
La verdad es que a estas alturas, una servidora ya está curada de espanto respecto a la calidad de los líderes políticos. Me basta ver todos los días en Italia las barbaridades de Silvio Berlusconi que entre divorcios públicos y ahora hasta orgías sigue dando de qué hablar.
Pero a pesar de que no me escandalizo, si me preocupo porque pienso que no es justo ni normal que las sociedades pseudo democráticas sigan llevando al poder a personajes que lo único que pueden ofrecernos es un contínuo show, una pasarela inútil que no nos sacará ni de la pobreza ni del retraso.
Por eso insisto en la inconveniencia de que un elemento como el gobernador mexiquense llegue a gobernar a los poco más de 107 millones de mexicanos. Por lo menos ahora no está preparado y muy probablemente en los próximos tres años lo único que puede cambiar para él es que lleguen a circundarlo más y más personas que aspirando a un hueso lo hagan sentir como el único político capaz de gobernar México.
Pero para que eso ocurra, para que Peña Nieto llegue a Los Pinos se requiere entre otras cosas el voto ciudadano. Y por fortuna, todavía estamos a tiempo de frenar el retroceso. Que así sea.
**http://www.youtube.com/watch?v=MPK9dspBpaQ
15 de julio, 2009
Cuando la semana anterior comenté los resultados obtenidos por el PRI en las elecciones federales intermedias, no pude hacer a un lado el tema que parece dominar el panorama: la posible candidatura a la presidencia de la República del actual gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto.
En realidad no soy afecta a jugar al futurismo político, sobre todo porque como reza la conseja popular -que raramente se equivoca- “del plato a la boca se cae la sopa”.
Sin embargo, la presente realidad me obliga a analizar atentamente las circunstancias y a tratar de comprender o por lo menos analizar al personaje que al parecer se ha convertido en centro de atención de la clase política, primero y de los ciudadanos después.
Personalmente pude conocer poco a Enrique Peña, en los tiempos en que trabajaba como Secretario de Administración del gobierno de Arturo Montiel Rojas. Era un funcionario más que me atrevería a decir destacaba por un solo motivo: era el más apuesto del gabinete.
Joven, bien parecido, con los modos y maneras de los clásicos políticos que nacieron en cuna priísta y que saben controlar sus emociones y en lugar de dejarse llevar por sus impulsos pueden y saben llenar de atenciones y falsos cumplidos a quien tienen frente a sí.
Mi recuerdo del hoy gobernador es el de un hombre que ya en aquellos días se rodeaba de colaboradores que lo lisonjeaban, se comportaba como el funcionario que domina la situación y sacaba siempre a relucir su simpatía como el mejor medio para evitar responder directa y eficazmente, sobre todo a las preguntas embarazosas.
Pensé que con el tiempo Peña Nieto había cambiado, que su meteórica y sorprendente carrera lo había hecho crecer, madurar y aprender a comportarse a la altura, especialmente ante la prensa que lo cuestiona, esa prensa rara que no le sirve para engrandecer su imagen. Pero al parecer me equivoqué.
Revisando Internet con la intención de saber un poco más acerca del Peña Nieto actual me encontré con un video curioso, interesante, casi descepcionante.
Se trata de la entrevista que el gobernador mexiquense concedió al noticiario Al Punto conducido por el periodista Jorge Ramos, de la cadena norteamericana Univisión.**
En poco más de cuatro minutos de entrevista, Peña se encarga de mostrarnos su personal visión de la realidad de la sociedad que gobierna. Obviamente una visión parcial y un tanto distorsionada que incluye respuestas tales como: “México es un país seguro, yo te diría que es más seguro que muchos otros países de América Latina... sin dejar de ver este fenómeno que unas solas ejecuciones vinculadas a la delincuencia organizada y otras las que ocurren sobre todo en las grandes zonas metropolitanas donde el crimen pues sí la estadística ha sido creciente (sic)... México es... un país que enfrenta un fenómeno delincuencial nuevo. Esto ha cambiado la percepción ciudadana y eso es lo más difícil de combatir, cuando en la percepción está en que vivas (sic) en un país de inseguridad”
Honestamente un gobernador que cantinflea frente a una cámara de televisión hablando del tema más serio que toca la parte más sensible de la sociedad es casi escalofriante. Uno se pregunta de dónde el señor con el copete más famoso de México saca el valor para mostrarse como serio aspirante a la presidencia. Aunque de repente la respuesta es sencilla: para alguien que cree que México es un país seguro, es sin duda simple pensar que gobernarlo no tiene la menor dificultad.
Es soprendente y lo encuentro injusto. Quisiera tener esperanzas y creer que se trata solamente de cuatro minutos de lapsus contínuos y que la capacidad real de Peña para conducir las riendas del estado de México es altísima. Pero son solamente eso, esperanzas que se rompen frente a la realidad que la entrevista me deja ver.
Porque no encuentro la forma para justificar lo que el gobernador mexiquense muestra. Incluso en un tema tan delicado que tiene que ver con su vida personal. A la pregunta directa del periodista referente al modo en que falleció su esposa, Mónica Pretelini, Enrique Peña se muestra titubeante, inseguro, poco convincente. Y es terrible.
La respuesta textual del gobernador mexiquense fue: “bueno, mira, en su momento se dio una explicación. Fue algo... Intempestivamente. (sic) Ella llevaba dos años de tener alguna enfermedad parecida a lo que era... estos estertores... este...se me fue el nombre de la... de la … de la enfermedad puntual... epilepsia... pero no era epilepsia probablemente... pero algo parecido a la epilepsia...”
Uno como simple expectador se queda sin palabras. Peña Nieto no cambia el tono de su voz ni se olvida de sonreir. Se ve nervioso, falso, pero no pierde el tono, un tono que disfraza su poca capacidad de responder con coherencia.
Luego, su justificación ante las demasiadas apariciones en las revistas de espectáculos: “pues ocupa (sic) que lo que es tu vida privada no es tan privada. Se vuelve pública”. En este punto vale decir que no podría esperarse otra cosa, dado que el gobernador se ha involucrado sentimentalmente con una actriz de telenovelas más o menos famosa, ¿no?
Que esto sea provechoso o no, benéfico o perjudicial, se sabrá solamente cuando Peña se lance con todas sus fuerzas para conseguir su objetivo. Pero probablemente en un país donde la televisión ha tenido un peso fundamental en la formación de los ciudadanos, donde la masa ha crecido nutriéndose de telenovelas, no resulta tan descabellado pensar que sería bien visto que pudiera llegar a gobernar “la pareja más atractiva de México”, visto que ya durante seis años tuvimos a una menos agraciada pareja presidencial.
Por lo pronto, insisto en que durante esos benditos cuatro minutos de entrevista, la imagen de Peña no sale bien librada y probablemente no se trata de un simple mal momento del gobernante.
La verdad es que a estas alturas, una servidora ya está curada de espanto respecto a la calidad de los líderes políticos. Me basta ver todos los días en Italia las barbaridades de Silvio Berlusconi que entre divorcios públicos y ahora hasta orgías sigue dando de qué hablar.
Pero a pesar de que no me escandalizo, si me preocupo porque pienso que no es justo ni normal que las sociedades pseudo democráticas sigan llevando al poder a personajes que lo único que pueden ofrecernos es un contínuo show, una pasarela inútil que no nos sacará ni de la pobreza ni del retraso.
Por eso insisto en la inconveniencia de que un elemento como el gobernador mexiquense llegue a gobernar a los poco más de 107 millones de mexicanos. Por lo menos ahora no está preparado y muy probablemente en los próximos tres años lo único que puede cambiar para él es que lleguen a circundarlo más y más personas que aspirando a un hueso lo hagan sentir como el único político capaz de gobernar México.
Pero para que eso ocurra, para que Peña Nieto llegue a Los Pinos se requiere entre otras cosas el voto ciudadano. Y por fortuna, todavía estamos a tiempo de frenar el retroceso. Que así sea.
**http://www.youtube.com/watch?v=MPK9dspBpaQ
jueves, 9 de julio de 2009
Los -nuevos- tiempos del carro completo
Publicado en el Semanario Punto. Toluca, México.
08 de julio, 2009
Mientras escribo estas líneas, veo los resultados de las elecciones del pasado cinco de julio y observo con no poca sorpresa que los mexicanos, -al menos poco más del 40 por ciento de aquellos en edad de votar- han decidido dar un extraño paso atrás y regresar a los tiempos en que el PRI se llevaba el carro completo.
Confieso que estoy todavía tratando de analizar la situación, buscando comprenderla e intentando darle la explicación más coherente posible.
Revisando el sitio oficial del PRI, encuentro atractivo su nuevo eslogan: “El PRI de hoy. Experiencia probada. Nueva actitud.” Así fue como se propuso el partido a la población. Y utilizó además el discurso que la población quiere escuchar.
La experiencia probada del PRI venció ante los nueve años de gobierno federal panista. Lo malo del asunto es que al parecer los votantes decidieron olvidar en qué manera ha sido probada esa experiencia del tricolor y cuán lamentables han sido muchos de los episodios en que el partidazo fue generador de un sistema de injusticia social que hasta ahora los mexicanos estamos pagando.
La fórmula usada por el tricolor durante estas elecciones es sencilla: alguien con experiencia que ofrece a los ciudadanos “una nueva defensa del empleo” y que dará al elector y a su familia lo que en los últimos meses le ha faltado: seguridad, con todo lo que el concepto implica.
En realidad, asociando las palabras “familia y seguridad” los priístas en campaña unieron los conceptos clave para vender a la población la esperanza que necesita en este momento.
Los electores, más que un sí incondicional al retorno del PRI, dieron un rotundo no a la continuidad del PAN.
En estas elecciones intermedias vale decir que la legitimidad todavía tendría que cuestionarse, dado que no se puede hablar de una gran demostración de la voluntad popular ante el porcentaje de participación, que no llegó siquiera al 50 por ciento.
Sin embargo, los participantes decidieron y los resultados están ahí, como una fuerte bofetada para los panistas, una sacudida para los perredistas y una enorme esperanza para los priístas que festejan eufóricos su mayoría en el Congreso Federal y sus victorias en los diferentes estados donde se efectuaron elecciones locales.
Pero la algarabía tricolor va más allá. Hay quienes ya están echando las campanas al vuelo y ven en el triunfo de los bonitos un ensayo general de lo que podría ocurrir en el 2012 y piensan que Enrique Peña Nieto, de la mano de su Gaviota podría entrar a Los Pinos para recomenzar los tiempos de bonanza del partidazo.
Y con todo respeto para los -sobre todo las- simpatizantes del copetudo gobernador. Ojalá que esto no ocurra.
Porque una cosa es el equilibrio de fuerzas políticas que se puede generar ahora con un Congreso que verdaderamente sirva de oposición a las decisiones a veces descabelladas de Felipe Calderón, y otra muy diferente es regresar a la época en que el PRI gobernaba solito, en que los tricolores eran dueños y señores de vidas y haciendas y que si bien representó 70 años de aparente paz social, trajo también pocas posibilidades de desarrollo para el país y muchos beneficios para unos cuantos.
Eso, sin tomar en cuenta la posibilidad de que Peña Nieto no sea otra cosa que un títere de Carlos Salinas de Gortari, información que se maneja fuerte y quedito y que debería poner a reflexionar a más de uno.
Obviamente no estoy diciendo nada nuevo. Simplemente estoy tratando de advertir a tiempo que llevar al poder a un joven con una meteórica y extraña carrera política no es precisamente la mejor decisión que los mexicanos pueden tomar.
Y sin embargo, todo parece indicar que para allá vamos los mexicanos. Los hoy triunfadores priístas le están apostando a la linda cara de un gobernador y sin duda, para un pueblo poco educado y hambriento de novedad, no se ve para nada lejana la posibilidad de que la apuesta de los tricolores sea la ganadora.
Por el momento, a tres años de las elecciones presidenciales, seguramente las fuerzas políticas mexicanas seguirán preparando sus estrategias. Sin duda alguna el PRI aprovechará la oportunidad para mostrar todas las debilidades de la inexperiencia de Calderón, y con sus colmilludos diputados logrará mover de nuevo los hilos de la política nacional.
El PAN la va a ver difícil, sobre todo porque sus militantes en el gobierno -empezando por Calderón- no se ayudan mucho y demuestran que el poder les queda grande y no saben ni qué hacer con él.
Los perredistas, en tanto, al ver que sus propuestas no tienen pies ni cabeza, que carecen de figuras y que se pierden en puras buenas intenciones, probablemente despertarán y entenderán que ser oposición no quiere decir estar invariablemente en contra de todo. A lo mejor así empiezan a ganar adeptos.
Total, que todos los políticos se van a poner a trabajar porque el tiempo apremia y hay que buscar la grande, especialmente porque en los últimos tiempos los mexicanos le apostamos mucho al futurismo.
Pero mientras, en el triste presente, la inseguridad, el desempleo, la pobreza y todo lo que implica injusticia social seguirán gobernando en México, mientras los directamente responsables estarán más bien preocupados por no perder el hueso o buscar uno más grande.
Esperemos que el diálogo y la cooperación que el presidente Calderón ha prometido que existirán entre él y el Poder Legislativo no se reduzca a puros arreglos por debajo de la mesa que solamente beneficien a unos cuantos y no solucionen la difícil situación de nuestro sufrido país. Veremos.
08 de julio, 2009
Mientras escribo estas líneas, veo los resultados de las elecciones del pasado cinco de julio y observo con no poca sorpresa que los mexicanos, -al menos poco más del 40 por ciento de aquellos en edad de votar- han decidido dar un extraño paso atrás y regresar a los tiempos en que el PRI se llevaba el carro completo.
Confieso que estoy todavía tratando de analizar la situación, buscando comprenderla e intentando darle la explicación más coherente posible.
Revisando el sitio oficial del PRI, encuentro atractivo su nuevo eslogan: “El PRI de hoy. Experiencia probada. Nueva actitud.” Así fue como se propuso el partido a la población. Y utilizó además el discurso que la población quiere escuchar.
La experiencia probada del PRI venció ante los nueve años de gobierno federal panista. Lo malo del asunto es que al parecer los votantes decidieron olvidar en qué manera ha sido probada esa experiencia del tricolor y cuán lamentables han sido muchos de los episodios en que el partidazo fue generador de un sistema de injusticia social que hasta ahora los mexicanos estamos pagando.
La fórmula usada por el tricolor durante estas elecciones es sencilla: alguien con experiencia que ofrece a los ciudadanos “una nueva defensa del empleo” y que dará al elector y a su familia lo que en los últimos meses le ha faltado: seguridad, con todo lo que el concepto implica.
En realidad, asociando las palabras “familia y seguridad” los priístas en campaña unieron los conceptos clave para vender a la población la esperanza que necesita en este momento.
Los electores, más que un sí incondicional al retorno del PRI, dieron un rotundo no a la continuidad del PAN.
En estas elecciones intermedias vale decir que la legitimidad todavía tendría que cuestionarse, dado que no se puede hablar de una gran demostración de la voluntad popular ante el porcentaje de participación, que no llegó siquiera al 50 por ciento.
Sin embargo, los participantes decidieron y los resultados están ahí, como una fuerte bofetada para los panistas, una sacudida para los perredistas y una enorme esperanza para los priístas que festejan eufóricos su mayoría en el Congreso Federal y sus victorias en los diferentes estados donde se efectuaron elecciones locales.
Pero la algarabía tricolor va más allá. Hay quienes ya están echando las campanas al vuelo y ven en el triunfo de los bonitos un ensayo general de lo que podría ocurrir en el 2012 y piensan que Enrique Peña Nieto, de la mano de su Gaviota podría entrar a Los Pinos para recomenzar los tiempos de bonanza del partidazo.
Y con todo respeto para los -sobre todo las- simpatizantes del copetudo gobernador. Ojalá que esto no ocurra.
Porque una cosa es el equilibrio de fuerzas políticas que se puede generar ahora con un Congreso que verdaderamente sirva de oposición a las decisiones a veces descabelladas de Felipe Calderón, y otra muy diferente es regresar a la época en que el PRI gobernaba solito, en que los tricolores eran dueños y señores de vidas y haciendas y que si bien representó 70 años de aparente paz social, trajo también pocas posibilidades de desarrollo para el país y muchos beneficios para unos cuantos.
Eso, sin tomar en cuenta la posibilidad de que Peña Nieto no sea otra cosa que un títere de Carlos Salinas de Gortari, información que se maneja fuerte y quedito y que debería poner a reflexionar a más de uno.
Obviamente no estoy diciendo nada nuevo. Simplemente estoy tratando de advertir a tiempo que llevar al poder a un joven con una meteórica y extraña carrera política no es precisamente la mejor decisión que los mexicanos pueden tomar.
Y sin embargo, todo parece indicar que para allá vamos los mexicanos. Los hoy triunfadores priístas le están apostando a la linda cara de un gobernador y sin duda, para un pueblo poco educado y hambriento de novedad, no se ve para nada lejana la posibilidad de que la apuesta de los tricolores sea la ganadora.
Por el momento, a tres años de las elecciones presidenciales, seguramente las fuerzas políticas mexicanas seguirán preparando sus estrategias. Sin duda alguna el PRI aprovechará la oportunidad para mostrar todas las debilidades de la inexperiencia de Calderón, y con sus colmilludos diputados logrará mover de nuevo los hilos de la política nacional.
El PAN la va a ver difícil, sobre todo porque sus militantes en el gobierno -empezando por Calderón- no se ayudan mucho y demuestran que el poder les queda grande y no saben ni qué hacer con él.
Los perredistas, en tanto, al ver que sus propuestas no tienen pies ni cabeza, que carecen de figuras y que se pierden en puras buenas intenciones, probablemente despertarán y entenderán que ser oposición no quiere decir estar invariablemente en contra de todo. A lo mejor así empiezan a ganar adeptos.
Total, que todos los políticos se van a poner a trabajar porque el tiempo apremia y hay que buscar la grande, especialmente porque en los últimos tiempos los mexicanos le apostamos mucho al futurismo.
Pero mientras, en el triste presente, la inseguridad, el desempleo, la pobreza y todo lo que implica injusticia social seguirán gobernando en México, mientras los directamente responsables estarán más bien preocupados por no perder el hueso o buscar uno más grande.
Esperemos que el diálogo y la cooperación que el presidente Calderón ha prometido que existirán entre él y el Poder Legislativo no se reduzca a puros arreglos por debajo de la mesa que solamente beneficien a unos cuantos y no solucionen la difícil situación de nuestro sufrido país. Veremos.
jueves, 2 de julio de 2009
El voto en blanco, opción democrática y señal de hartazgo
Publicado en el Semanario Punto. Toluca, México.
01 de julio, 2009
Esta semana no puedo menos que hablar acerca de la importantísima jornada electoral que se vivirá en México el próximo domingo. Lo hago llena de interrogantes, de dudas que seguramente no tienen respuestas inmediatas.
Sobre todo, la pregunta más frecuente que para mí hasta ahora no tiene una respuesta clara y concreta es ¿cuánto interesa realmente al ciudadano mexicano promedio ir a las urnas a elegir a sus gobernantes, en una sociedad pseudodemocrática donde la clase política no tiene credibilidad?
Ciertamente para el campesino, para el obrero, para el ama de casa, para la mujer trabajadora o para el empleado normal que ve cada día disminuir sus esperanzas de progreso y siente que ni siquiera tiene la posibilidad de vivir dignamente, quién lo gobierna no tiene la mínima trascendencia.
Seamos honestos. No es una cuestión de partidos. Hasta el momento no ha habido una respuesta siquiera mínima hacia las verdaderas necesidades sociales de parte de ninguna de las fuerzas políticas. De ahí que elegir diputados o alcaldes no sea una de las acciones que quitan el sueño a los ciudadanos de a pie.
Los mexicanos tenemos historia, lo malo es que no tenemos memoria. Por eso es necesario recordar que hasta hace algunos años, nuestro país tenía una verdadera necesidad de ver respetado el principio revolucionario, ese del “sufragio efectivo”. Necesidad que con el tiempo se fue apagando, a fuerza de recibir continuas desilusiones.
Recordemos por ejemplo aquel 6 de julio de 1988. En aquellos días, los esperanzados mexicanos -sobretodo los más jóvenes- fuimos a las urnas y pensamos que nuestra decisión podría cambiar las condiciones que en aquellos momentos se vivían. Habíamos sobrevivido a duras penas la terrible crisis económica que dejó como herencia López Portillo a su sucesor, Miguel de la Madrid. Habíamos soportado la burla llamada “renovación moral de la sociedad”. Queríamos cambiar y -de acuerdo con las cifras oficiales- al menos 20 millones de ciudadanos acudimos a votar.
Pero como siempre algo no funcionó y de acuerdo con lo que relata en sus memorias el mismísimo ex presidente De la Madrid, cuando éste se percató de que las tendencias electorales no favorecían al candidato priísta, Carlos Salinas de Gortari, ordenó la suspensión del conteo de votos al secretario de Gobernación, Manuel Bartlett Díaz”.
Y nos quedamos en las mismas. Vivimos otros 12 años en la dictadura perfecta. En 1994, ganó el voto del miedo, luego de la aparición de Ejército Zapatista de Liberación Nacional y la muerte del candidato priísta a la presidencia, Luis Donaldo Colosio. Ernesto Zedillo fue el último presidente priísta.
En el año 2000, en cambio, la ilusión de convertirnos en un país democrático pareció convertirse en una realidad. Entonces, por vez primera desde su creación -ocurrida en 1929 bajo en nombre de Partido Nacional Revolucionario- el PRI fue derrotado y el nuevo inquilino de Los Pinos fue el hoy tristemente célebre Vicente Fox.
Acostumbrados ya a vivir los procesos electorales sintiéndonos más democráticos que los ciudadanos de Suecia, los mexicanos nos encontramos en el 2006 con unas elecciones cuyos resultados aún no han sido del todo digeridos por los simpatizantes del entonces candidato del PRD, Andrés Manuel López Obrador, quien a tres años de los hechos se sigue promoviendo como “presidente legítimo”, sin que hasta ahora se comprenda bien la utilidad de su protesta.
Y es que en México, a partir de la declaración de guerra al narcotráfico del presidente Felipe Calderón, lo último que parece importar a los ciudadanos es la próxima renovación del Congreso Federal.
Porque en una nación donde el pan cotidiano es la aparición de ejecutados, los enfrentamientos entre soldados y narcotraficantes y los descubrimientos de nexos entre políticos y criminales, la credibilidad de las instituciones lógicamente disminuye considerablemente hasta casi desaparecer.
Entonces uno se pregunta si en todo el país, donde se escogerán los 500 diputados federales o en los once estados en que se elegirán ya sea gobiernos estatales, congresos locales o alcaldías la gente irá a votar con entusiasmo, con esperanza, con verdadero espíritu democrático.
¿Cómo hacerlo, si los ciudadanos mexicanos viven cada jornada llenos de miedo por la propia seguridad? Y se habla de seguridad en todos los aspectos posibles e imaginables, desde la propia integridad física hasta la certeza de un trabajo fijo o al menos de un salario digno.
La respuesta la tienen los mexicanos. Los ciudadanos comunes que cada día viven una crisis que engloba muchas otras crisis, dentro de la compleja realidad nacional. Porque aunados a la situación global, México tiene sus propios problemas, tan serios y profundos que en momentos parecen no tener solución.
Por eso la propuesta del llamado Voto en Blanco no parece tan descabellada, aunque escandaliza a los pseudopaladines de la democracia -o a los defensores del sistema de partidos, para ser más claros-.
Seamos realistas. Analicemos. Veamos sobre todo nuestra realidad inmediata. Es sencillo.
Si dentro de las opciones que se proponen hay un solo candidato digno de nuestra confianza, uno que sepamos -sin pecar de ilusos- que irá a la Cámara de Diputados, al Ayuntamiento o a cualquier otra sede a proponer, a trabajar, a representarnos y no a llenarse los bolsillos con nuestros impuestos para cumplir sus caprichos y sus antojos, entonces votémoslo sin dudar.
Pero si en cambio notamos que quienes aspiran a nuestro voto son parte de los mismos grupos, si son las mismas caras que se reciclan y que en otros cargos no hicieron más que aumentar sus cuotas de poder, entoces pensemos dos veces antes de caer en el mismo error.
Hay que decir que el proceso electoral del domingo será pagado con los impuestos de los mexicanos. Y el costo será muy alto, como siempre, porque la democracia nacional es además particularmente despilfarradora.
Por eso ir a las urnas es un derecho del ciudadano, que ha pagado cada objeto de propaganda partidista, cada boleta, cada mampara, cada crayola. Cada detalle mínimo de la elección ha salido de su bolsillo.
Hasta la última gota de tinta indeleble ha sido pagada con sus impuestos. Por eso debe ir a las urnas. Pero sin olvidar que el Voto en Blanco es también un gesto democrático. Y es quizá la última forma pacífica que un pueblo tiene para decir “ya basta” y para exigir en serio renovación.
01 de julio, 2009
Esta semana no puedo menos que hablar acerca de la importantísima jornada electoral que se vivirá en México el próximo domingo. Lo hago llena de interrogantes, de dudas que seguramente no tienen respuestas inmediatas.
Sobre todo, la pregunta más frecuente que para mí hasta ahora no tiene una respuesta clara y concreta es ¿cuánto interesa realmente al ciudadano mexicano promedio ir a las urnas a elegir a sus gobernantes, en una sociedad pseudodemocrática donde la clase política no tiene credibilidad?
Ciertamente para el campesino, para el obrero, para el ama de casa, para la mujer trabajadora o para el empleado normal que ve cada día disminuir sus esperanzas de progreso y siente que ni siquiera tiene la posibilidad de vivir dignamente, quién lo gobierna no tiene la mínima trascendencia.
Seamos honestos. No es una cuestión de partidos. Hasta el momento no ha habido una respuesta siquiera mínima hacia las verdaderas necesidades sociales de parte de ninguna de las fuerzas políticas. De ahí que elegir diputados o alcaldes no sea una de las acciones que quitan el sueño a los ciudadanos de a pie.
Los mexicanos tenemos historia, lo malo es que no tenemos memoria. Por eso es necesario recordar que hasta hace algunos años, nuestro país tenía una verdadera necesidad de ver respetado el principio revolucionario, ese del “sufragio efectivo”. Necesidad que con el tiempo se fue apagando, a fuerza de recibir continuas desilusiones.
Recordemos por ejemplo aquel 6 de julio de 1988. En aquellos días, los esperanzados mexicanos -sobretodo los más jóvenes- fuimos a las urnas y pensamos que nuestra decisión podría cambiar las condiciones que en aquellos momentos se vivían. Habíamos sobrevivido a duras penas la terrible crisis económica que dejó como herencia López Portillo a su sucesor, Miguel de la Madrid. Habíamos soportado la burla llamada “renovación moral de la sociedad”. Queríamos cambiar y -de acuerdo con las cifras oficiales- al menos 20 millones de ciudadanos acudimos a votar.
Pero como siempre algo no funcionó y de acuerdo con lo que relata en sus memorias el mismísimo ex presidente De la Madrid, cuando éste se percató de que las tendencias electorales no favorecían al candidato priísta, Carlos Salinas de Gortari, ordenó la suspensión del conteo de votos al secretario de Gobernación, Manuel Bartlett Díaz”.
Y nos quedamos en las mismas. Vivimos otros 12 años en la dictadura perfecta. En 1994, ganó el voto del miedo, luego de la aparición de Ejército Zapatista de Liberación Nacional y la muerte del candidato priísta a la presidencia, Luis Donaldo Colosio. Ernesto Zedillo fue el último presidente priísta.
En el año 2000, en cambio, la ilusión de convertirnos en un país democrático pareció convertirse en una realidad. Entonces, por vez primera desde su creación -ocurrida en 1929 bajo en nombre de Partido Nacional Revolucionario- el PRI fue derrotado y el nuevo inquilino de Los Pinos fue el hoy tristemente célebre Vicente Fox.
Acostumbrados ya a vivir los procesos electorales sintiéndonos más democráticos que los ciudadanos de Suecia, los mexicanos nos encontramos en el 2006 con unas elecciones cuyos resultados aún no han sido del todo digeridos por los simpatizantes del entonces candidato del PRD, Andrés Manuel López Obrador, quien a tres años de los hechos se sigue promoviendo como “presidente legítimo”, sin que hasta ahora se comprenda bien la utilidad de su protesta.
Y es que en México, a partir de la declaración de guerra al narcotráfico del presidente Felipe Calderón, lo último que parece importar a los ciudadanos es la próxima renovación del Congreso Federal.
Porque en una nación donde el pan cotidiano es la aparición de ejecutados, los enfrentamientos entre soldados y narcotraficantes y los descubrimientos de nexos entre políticos y criminales, la credibilidad de las instituciones lógicamente disminuye considerablemente hasta casi desaparecer.
Entonces uno se pregunta si en todo el país, donde se escogerán los 500 diputados federales o en los once estados en que se elegirán ya sea gobiernos estatales, congresos locales o alcaldías la gente irá a votar con entusiasmo, con esperanza, con verdadero espíritu democrático.
¿Cómo hacerlo, si los ciudadanos mexicanos viven cada jornada llenos de miedo por la propia seguridad? Y se habla de seguridad en todos los aspectos posibles e imaginables, desde la propia integridad física hasta la certeza de un trabajo fijo o al menos de un salario digno.
La respuesta la tienen los mexicanos. Los ciudadanos comunes que cada día viven una crisis que engloba muchas otras crisis, dentro de la compleja realidad nacional. Porque aunados a la situación global, México tiene sus propios problemas, tan serios y profundos que en momentos parecen no tener solución.
Por eso la propuesta del llamado Voto en Blanco no parece tan descabellada, aunque escandaliza a los pseudopaladines de la democracia -o a los defensores del sistema de partidos, para ser más claros-.
Seamos realistas. Analicemos. Veamos sobre todo nuestra realidad inmediata. Es sencillo.
Si dentro de las opciones que se proponen hay un solo candidato digno de nuestra confianza, uno que sepamos -sin pecar de ilusos- que irá a la Cámara de Diputados, al Ayuntamiento o a cualquier otra sede a proponer, a trabajar, a representarnos y no a llenarse los bolsillos con nuestros impuestos para cumplir sus caprichos y sus antojos, entonces votémoslo sin dudar.
Pero si en cambio notamos que quienes aspiran a nuestro voto son parte de los mismos grupos, si son las mismas caras que se reciclan y que en otros cargos no hicieron más que aumentar sus cuotas de poder, entoces pensemos dos veces antes de caer en el mismo error.
Hay que decir que el proceso electoral del domingo será pagado con los impuestos de los mexicanos. Y el costo será muy alto, como siempre, porque la democracia nacional es además particularmente despilfarradora.
Por eso ir a las urnas es un derecho del ciudadano, que ha pagado cada objeto de propaganda partidista, cada boleta, cada mampara, cada crayola. Cada detalle mínimo de la elección ha salido de su bolsillo.
Hasta la última gota de tinta indeleble ha sido pagada con sus impuestos. Por eso debe ir a las urnas. Pero sin olvidar que el Voto en Blanco es también un gesto democrático. Y es quizá la última forma pacífica que un pueblo tiene para decir “ya basta” y para exigir en serio renovación.
Otra de Papi Berlusca... sin querer queriendo
Publicado en el Semanario Punto. Toluca, México.
24 de junio, 2009
Que quede claro: esta vez su servidora no tenía la mínima intención de retomar el caso de Silvio Berlusconi y sus aventuras galantes. Esto, porque -tal vez ingenuamente- pensé que el caso de la joven Noemí Letizia y su extraña relación con el papi-premier era bastante como para que los italianos no volvieran a votar a favor de Berlusca y/o los candidatos de su partido, el Pueblo de la Libertad.
Eso, por una parte, y por la otra porque además estaba convencida de que no era posible que el gobernante del país de la bota cayera más bajo y se le descubrieran historias peores. De nuevo a pecar de inocente. A la historia de Berlusconi y sus chicas menores de edad, se une un capítulo todavía más escabroso.
Patrizia D'Addario es una escort -una prostituta de lujo- que fue contratada por el empresario Giampalo Tarantini para que acudiera a varias fiestas que se efectuaron durante el 2008 en el Palacio Grazioli, la residencia romana de Berlusconi, y en Villa Certosa, la mansión propiedad del premier que se ubica en Cerdeña.
Hace unos días, D'Addario declaró ante un fiscal de la ciudad sureña de Bari, que en noviembre de 2008 habría pasado la noche con Berlusconi y habría mantenido relaciones sexuales con éste, justo la noche de la elección de Barak Obama como presidente de los Estados Unidos.
La escort lo habría hecho para que el premier le ayudara a agilizar los trámites para construir una residencia, pero al no ver cumplidas las promesas de Berlusconi decidió "vengarse", depositando ante la fiscalía de Bari las fotos y grabaciones hechas en casa del primer ministro la noche de su encuentro.
Y los relatos de la acompañante son decididamente desconcertantes. A la publicación británica Sunday Times ha relatado que durante la primera cena en la que participó en octubre de 2008, su primer pensamiento al entrar en la estancia de la residencia del premier fue “¡pero si esto es un harem!” porque frente a ella encontró alrededor de 20 jóvenes mujeres.
La D'Addario en su relato da a conocer que al ver al premier quedó particularmente sorprendida por la cantidad de maquillaje que éste llevaba encima. “lo hacía verse color naranja y cuando se reía se veían todas sus arrugas”. En ese primer encuentro la prostituta vio cómo Berlusconi se levantó de la mesa y regresó con dijes, pulseras, anillos y collares, casi todos en forma de mariposa que regaló a todas las presentes.
D'Addario bailó pegadita con Berlusconi esa noche, frente a todos. En ese encuentro solamente le fueron pagados mil euros porque no pasó la noche en el Palacio Grazioli, En cambio, la segunda vez, en noviembre, por dos mil euros, pasó la noche con el gobernante y aprovechó la situación para registrar la voz de éste y fotografiar la casa donde estuvo hospedada.
En realidad, la escort es solamente una más de un giro de prostitución -en que posiblemente también haya asuntos de drogas- que se ha creado en torno a Berlusconi. De acuerdo con la información que han publicado diarios como La Repubblica y Corriere della Sera y que por ahora investiga la fiscalía de Bari, habría un número importante de chicas -incluso algunas de ellas provenientes de países de Europa del Este- que serían pagadas para participar en las fiestas de Berlusca.
En este momento, en que la residencia del gobernante italiano ha sido utilizada practicamente como un prostíbulo, la imagen del país de la bota ante el resto del mundo no puede ser peor. Y pensar que en pocos meses Italia será sede de una nuova cumbre del G8, preocupa porque los ojos del mundo estarán dirigidos hacia este lugar,
El colmo para un gobierno de derecha es que la mismísima Iglesia católica le pida explicaciones, A través del semanario católico Famiglia Cristiana, la institución señala que “ha sido superado el límite de la decencia” y afirma que es "indefendible" il comportamento de Berlusconi.
“La Iglesia italiana no puede ignorar la emergencia moral frente al escándalo escort y no se puede hacer como si no estuviera sucediendo nada”.
Lo peor ha sido la actitud de los noticiaros de televisión. Por una parte, Augusto Minzolini, director del Telegiornale del canal de Estado Rai 1, ha dedicado un espacio mínimo a los hechos, justificándose diciendo que “en esta historia de alusiones no hay todavía una noticia”, no obstante que haya pruebas y testimonios. Se trata del mismo periodista que hace 15 años declaraba que “un político es un hombre público en cada momento de la jornada y que debe comportarse y hablar como tal”. Pero ahora trabaja para el régimen, no le puede fallar a su jefe y ponerlo en ridículo ante millones de televidentes.
De la red Mediaset no se podía esperar menos. Es la televisora propiedad de Berlusconi y claramente tiene intereses por defender.
Lo increíble es que hasta el medio de comunicación que más libertad debería ofrecer a los ciudadanos ha sido censurado. En Internet, el reportaje que narraba la historia de Berlusconi y mostraba las fotografías de Villa Certosa, que había sido puesto en onda por la televisión española La Cuatro, fue suspendido por YouTube bajo el argumento de que “viola las normas de la comunidad”, además de que Facebook censuraba igualmente a quienes intentaran mostrar ese video.
La comunidad italiana en la red ha solicitado la difusión del citado video, partiendo de la hipótesis que se trata de un noticiario nacional, y por lo mismo, no puede ser cubierto por el copyright, ya que forma parte del derecho constitucional a la información. Los internautas están además manifestando su temor de que Italia en materia de información viva la misma situación de censura que sufren países como China o Irán.
Personalmente, considero que lo más inquietante de esta historia es leer la respuesta de Silvio Berlusconi. En el semanario Chi, obviamente de su propiedad, el premier afirma que “detrás del caso de Bari hay alguien que ha dado una orden precisa y bien retribuita a la señora D'Addario”.
La preocupación de Berlusca -el político más sexista, de acuerdo con la prensa inglesa- es aclarar que nunca le ha pagado a una mujer porque “nunca ha entendido qué satisfacción pueda existir si no hay el placer de la conquista”. Es decir, su problema no es ser un jefe de Gobierno que organiza ridículas fiestas rodeado de jovencitas y de prostitutas. Eso no importa. Lo que le interesa es que no vayan a pensar que paga por el placer. Y por supuesto ha dicho claramente que no tiene nada por qué disculparse, y en cambio “son muchos los editores y directores de los principales diarios que deben avergonzarse y deben disculparse ”.
Inquietante. Vergonzoso. Para resumir toda esta triste historia, me queda solamente citar al premio Nobel de Literatura 1998, José Saramago, quien en su momento señaló que “Italia ya no es más el país que emociona. Pero sorprende, y no precisamente por las mejores razones. Ni Italia ni aquellos que aman este país se merecen el espectáculo político de fascinación enfermiza por Berlusconi”, Qué pena. La historia, como siempre, juzgará.
24 de junio, 2009
Que quede claro: esta vez su servidora no tenía la mínima intención de retomar el caso de Silvio Berlusconi y sus aventuras galantes. Esto, porque -tal vez ingenuamente- pensé que el caso de la joven Noemí Letizia y su extraña relación con el papi-premier era bastante como para que los italianos no volvieran a votar a favor de Berlusca y/o los candidatos de su partido, el Pueblo de la Libertad.
Eso, por una parte, y por la otra porque además estaba convencida de que no era posible que el gobernante del país de la bota cayera más bajo y se le descubrieran historias peores. De nuevo a pecar de inocente. A la historia de Berlusconi y sus chicas menores de edad, se une un capítulo todavía más escabroso.
Patrizia D'Addario es una escort -una prostituta de lujo- que fue contratada por el empresario Giampalo Tarantini para que acudiera a varias fiestas que se efectuaron durante el 2008 en el Palacio Grazioli, la residencia romana de Berlusconi, y en Villa Certosa, la mansión propiedad del premier que se ubica en Cerdeña.
Hace unos días, D'Addario declaró ante un fiscal de la ciudad sureña de Bari, que en noviembre de 2008 habría pasado la noche con Berlusconi y habría mantenido relaciones sexuales con éste, justo la noche de la elección de Barak Obama como presidente de los Estados Unidos.
La escort lo habría hecho para que el premier le ayudara a agilizar los trámites para construir una residencia, pero al no ver cumplidas las promesas de Berlusconi decidió "vengarse", depositando ante la fiscalía de Bari las fotos y grabaciones hechas en casa del primer ministro la noche de su encuentro.
Y los relatos de la acompañante son decididamente desconcertantes. A la publicación británica Sunday Times ha relatado que durante la primera cena en la que participó en octubre de 2008, su primer pensamiento al entrar en la estancia de la residencia del premier fue “¡pero si esto es un harem!” porque frente a ella encontró alrededor de 20 jóvenes mujeres.
La D'Addario en su relato da a conocer que al ver al premier quedó particularmente sorprendida por la cantidad de maquillaje que éste llevaba encima. “lo hacía verse color naranja y cuando se reía se veían todas sus arrugas”. En ese primer encuentro la prostituta vio cómo Berlusconi se levantó de la mesa y regresó con dijes, pulseras, anillos y collares, casi todos en forma de mariposa que regaló a todas las presentes.
D'Addario bailó pegadita con Berlusconi esa noche, frente a todos. En ese encuentro solamente le fueron pagados mil euros porque no pasó la noche en el Palacio Grazioli, En cambio, la segunda vez, en noviembre, por dos mil euros, pasó la noche con el gobernante y aprovechó la situación para registrar la voz de éste y fotografiar la casa donde estuvo hospedada.
En realidad, la escort es solamente una más de un giro de prostitución -en que posiblemente también haya asuntos de drogas- que se ha creado en torno a Berlusconi. De acuerdo con la información que han publicado diarios como La Repubblica y Corriere della Sera y que por ahora investiga la fiscalía de Bari, habría un número importante de chicas -incluso algunas de ellas provenientes de países de Europa del Este- que serían pagadas para participar en las fiestas de Berlusca.
En este momento, en que la residencia del gobernante italiano ha sido utilizada practicamente como un prostíbulo, la imagen del país de la bota ante el resto del mundo no puede ser peor. Y pensar que en pocos meses Italia será sede de una nuova cumbre del G8, preocupa porque los ojos del mundo estarán dirigidos hacia este lugar,
El colmo para un gobierno de derecha es que la mismísima Iglesia católica le pida explicaciones, A través del semanario católico Famiglia Cristiana, la institución señala que “ha sido superado el límite de la decencia” y afirma que es "indefendible" il comportamento de Berlusconi.
“La Iglesia italiana no puede ignorar la emergencia moral frente al escándalo escort y no se puede hacer como si no estuviera sucediendo nada”.
Lo peor ha sido la actitud de los noticiaros de televisión. Por una parte, Augusto Minzolini, director del Telegiornale del canal de Estado Rai 1, ha dedicado un espacio mínimo a los hechos, justificándose diciendo que “en esta historia de alusiones no hay todavía una noticia”, no obstante que haya pruebas y testimonios. Se trata del mismo periodista que hace 15 años declaraba que “un político es un hombre público en cada momento de la jornada y que debe comportarse y hablar como tal”. Pero ahora trabaja para el régimen, no le puede fallar a su jefe y ponerlo en ridículo ante millones de televidentes.
De la red Mediaset no se podía esperar menos. Es la televisora propiedad de Berlusconi y claramente tiene intereses por defender.
Lo increíble es que hasta el medio de comunicación que más libertad debería ofrecer a los ciudadanos ha sido censurado. En Internet, el reportaje que narraba la historia de Berlusconi y mostraba las fotografías de Villa Certosa, que había sido puesto en onda por la televisión española La Cuatro, fue suspendido por YouTube bajo el argumento de que “viola las normas de la comunidad”, además de que Facebook censuraba igualmente a quienes intentaran mostrar ese video.
La comunidad italiana en la red ha solicitado la difusión del citado video, partiendo de la hipótesis que se trata de un noticiario nacional, y por lo mismo, no puede ser cubierto por el copyright, ya que forma parte del derecho constitucional a la información. Los internautas están además manifestando su temor de que Italia en materia de información viva la misma situación de censura que sufren países como China o Irán.
Personalmente, considero que lo más inquietante de esta historia es leer la respuesta de Silvio Berlusconi. En el semanario Chi, obviamente de su propiedad, el premier afirma que “detrás del caso de Bari hay alguien que ha dado una orden precisa y bien retribuita a la señora D'Addario”.
La preocupación de Berlusca -el político más sexista, de acuerdo con la prensa inglesa- es aclarar que nunca le ha pagado a una mujer porque “nunca ha entendido qué satisfacción pueda existir si no hay el placer de la conquista”. Es decir, su problema no es ser un jefe de Gobierno que organiza ridículas fiestas rodeado de jovencitas y de prostitutas. Eso no importa. Lo que le interesa es que no vayan a pensar que paga por el placer. Y por supuesto ha dicho claramente que no tiene nada por qué disculparse, y en cambio “son muchos los editores y directores de los principales diarios que deben avergonzarse y deben disculparse ”.
Inquietante. Vergonzoso. Para resumir toda esta triste historia, me queda solamente citar al premio Nobel de Literatura 1998, José Saramago, quien en su momento señaló que “Italia ya no es más el país que emociona. Pero sorprende, y no precisamente por las mejores razones. Ni Italia ni aquellos que aman este país se merecen el espectáculo político de fascinación enfermiza por Berlusconi”, Qué pena. La historia, como siempre, juzgará.
Las ocurrencias del Peje...
Publicado en el Semanario Punto. Toluca, México.
18 de junio, 2009
Esta semana una información proveniente de México me inspira particularmente. Esta mañana, de acuerdo con una nota publicada por la prensa nacional, José Agustín Ortiz Pinchetti presentó ante las autoridades de la Procuraduría General de la República -a nombre de Andrés Manuel López Obrador- una denuncia contra la “mafia” mexicana, que a decir del Peje, está integrada por Felipe Calderón, los ex presidentes Vicente Fox, Ernesto Zedillo y Carlos Salinas, Elba Esther Gordillo, Diego Fernández de Cevallos y los empresarios Roberto Hernández, Claudio X González, Gastón Azcárraga y José Luis Barraza.
El autonominado “presidente legítimo”acudió ante las autoridades para acusar a los mencionados políticos y empresarios de los delitos de tráfico de influencias, corrupción y saqueo de bienes y recursos públicos.
Hasta ahí, podríamos hasta darle razón a López Obrador. No creo que haya un solo mexicano que salga en defensa de los personajes señalados. Pero con todo respeto, es impresionante, digno de énfasis y por supuesto raya en el absurdo que inmediatamente después de haber expuesto la denuncia, Ortiz Pinchetti, quien es secretario de Relaciones Políticas del presunto gobierno legítimo, admitiera que su denuncia “no prosperará”.
Si de acuerdo con la información publicada la denuncia contiene “más de mil hojas con contratos, informes y escrituras públicas, entre otros documentos”, es decir, si se trata de hechos comprobables y no solamente de discursos oportunistas, entonces no resulta fácil comprender por qué motivo no es factible que los mencionados personajes sean sometidos a investigaciones.
Incoherencias y golpes propagandísticos a los que ya nos tiene acostumbrados López Obrador, un personaje que a decir verdad no es otra cosa que una prueba más de la capacidad del pueblo mexicano de vivir en una realidad totalmente alejada de la lógica.
El argumento que utiliza Ortiz Pinchetti para curarse en salud me parece demasiado triste, demasiado doloroso. Según él, su denuncia no será tomada en cuenta porque “hasta ahora no se ha investigado uno solo de los crímenes graves que han cometido por ejemplo el gobernador de Oaxaca (Ulises Ruiz) o el Ejército contra la población civil, hay miles de denuncias que no han sido atendidas”
Entoces que alguien me explique, si no hay posibilidades de terminar con la impunidad, ¿para qué hacerle el caldo gordo a las autoridades? Porque en todo caso, si se trata de un gobierno “espurio”, no hay coherencia en el hecho de darle tanta importancia a las autoridades que de tal gobierno emanan. Al menos para ser coherentes, ¿no?
Si me permiten un ejemplo absurdo, es como si alguien está consciente, seguro y convencido de que no existen los Reyes Magos, y de cualquier manera el seis de enero se pone a escribirles una cartita y pone su zapato en el nacimiento para ver si pega, o para ver si los demás -que tampoco creen en los Reyes- se dan cuenta de que el milagro no sucederá. Repetitivo, incoherente, sin sentido, ¿no es cierto?
Y es que ese es el problema del gobierno legítimo. Que con sus acciones bizarras no hace otra cosa que poner en evidencia que tampoco tiene mucha capacidad o que sus habilidades son más bien limitadas.
Porque si se trata de un asunto de resistencia civil, pues digamos que en esencia está mal planteado. Ningún político inteligente puede pasar tres años de su vida intentando dar respuestas exclusivamente mediáticas a un sistema que se está pudriendo enmedio de luchas absurdas e interminables contra el crimen organizado, una tremenda crisis económica y todas las desgracias que ultimamente tienen a México convertido en un desastre.
Se cae en el ridículo. Porque López Obrador, visto desde lejos y con toda frialdad, es simplemente como uno de esos profetas que predican y anuncian y alucinan y convocan a unos cuantos por algunos momentos, pero a la hora de la verdad, cuando se trata de poner solución a los problemas que tanto critica, cuando debe responder con hechos, simple y sencillamente cae de nuevo en un discurso que no tiene pies ni cabeza.
Creo firmemente que por una vez AMLO tiene razón cuando en su denuncia expresa: “el grupo de delincuentes que denunciamos ha venido llevando a cabo, de manera impune, actos que violan la Constitución y las leyes de la República. Existen pruebas de que se trata de una asociación delictuosa dedicada al tráfico de influencias, la corrupción y el saqueo de bienes y recursos públicos”.
Lo que no me convence, es más, lo que me resulta inexplicable es el sentido de denunciar y decir que de todas formas no tiene caso hacerlo.
Es incongruente, y que me perdonen los partidarios del Peje. Es surreal, como la existencia misma de un presidente que se nombra “legítimo” y está ahí nomás, listo para criticar todo lo que hace el gobierno “espurio”, sin otra misión concreta que no sea una tibia protesta disfrazada de resistencia civil, que hasta ahora no ha logrado cambiar el estado de las cosas.
El problema es que probablemente el pueblo mexicano está cansado de vivir siempre las mismas injusticias, está habituado a soportar sin luchar más y por eso ha llegado al momento peligroso en que ni la saliva de los políticos ni la tinta de los medios de comunicación pueden procurar alguna mejoría. Y en tal situación, lo más difícil es prevenir lo que a causa del hartazgo puede llegar a ocurrir en México.
18 de junio, 2009
Esta semana una información proveniente de México me inspira particularmente. Esta mañana, de acuerdo con una nota publicada por la prensa nacional, José Agustín Ortiz Pinchetti presentó ante las autoridades de la Procuraduría General de la República -a nombre de Andrés Manuel López Obrador- una denuncia contra la “mafia” mexicana, que a decir del Peje, está integrada por Felipe Calderón, los ex presidentes Vicente Fox, Ernesto Zedillo y Carlos Salinas, Elba Esther Gordillo, Diego Fernández de Cevallos y los empresarios Roberto Hernández, Claudio X González, Gastón Azcárraga y José Luis Barraza.
El autonominado “presidente legítimo”acudió ante las autoridades para acusar a los mencionados políticos y empresarios de los delitos de tráfico de influencias, corrupción y saqueo de bienes y recursos públicos.
Hasta ahí, podríamos hasta darle razón a López Obrador. No creo que haya un solo mexicano que salga en defensa de los personajes señalados. Pero con todo respeto, es impresionante, digno de énfasis y por supuesto raya en el absurdo que inmediatamente después de haber expuesto la denuncia, Ortiz Pinchetti, quien es secretario de Relaciones Políticas del presunto gobierno legítimo, admitiera que su denuncia “no prosperará”.
Si de acuerdo con la información publicada la denuncia contiene “más de mil hojas con contratos, informes y escrituras públicas, entre otros documentos”, es decir, si se trata de hechos comprobables y no solamente de discursos oportunistas, entonces no resulta fácil comprender por qué motivo no es factible que los mencionados personajes sean sometidos a investigaciones.
Incoherencias y golpes propagandísticos a los que ya nos tiene acostumbrados López Obrador, un personaje que a decir verdad no es otra cosa que una prueba más de la capacidad del pueblo mexicano de vivir en una realidad totalmente alejada de la lógica.
El argumento que utiliza Ortiz Pinchetti para curarse en salud me parece demasiado triste, demasiado doloroso. Según él, su denuncia no será tomada en cuenta porque “hasta ahora no se ha investigado uno solo de los crímenes graves que han cometido por ejemplo el gobernador de Oaxaca (Ulises Ruiz) o el Ejército contra la población civil, hay miles de denuncias que no han sido atendidas”
Entoces que alguien me explique, si no hay posibilidades de terminar con la impunidad, ¿para qué hacerle el caldo gordo a las autoridades? Porque en todo caso, si se trata de un gobierno “espurio”, no hay coherencia en el hecho de darle tanta importancia a las autoridades que de tal gobierno emanan. Al menos para ser coherentes, ¿no?
Si me permiten un ejemplo absurdo, es como si alguien está consciente, seguro y convencido de que no existen los Reyes Magos, y de cualquier manera el seis de enero se pone a escribirles una cartita y pone su zapato en el nacimiento para ver si pega, o para ver si los demás -que tampoco creen en los Reyes- se dan cuenta de que el milagro no sucederá. Repetitivo, incoherente, sin sentido, ¿no es cierto?
Y es que ese es el problema del gobierno legítimo. Que con sus acciones bizarras no hace otra cosa que poner en evidencia que tampoco tiene mucha capacidad o que sus habilidades son más bien limitadas.
Porque si se trata de un asunto de resistencia civil, pues digamos que en esencia está mal planteado. Ningún político inteligente puede pasar tres años de su vida intentando dar respuestas exclusivamente mediáticas a un sistema que se está pudriendo enmedio de luchas absurdas e interminables contra el crimen organizado, una tremenda crisis económica y todas las desgracias que ultimamente tienen a México convertido en un desastre.
Se cae en el ridículo. Porque López Obrador, visto desde lejos y con toda frialdad, es simplemente como uno de esos profetas que predican y anuncian y alucinan y convocan a unos cuantos por algunos momentos, pero a la hora de la verdad, cuando se trata de poner solución a los problemas que tanto critica, cuando debe responder con hechos, simple y sencillamente cae de nuevo en un discurso que no tiene pies ni cabeza.
Creo firmemente que por una vez AMLO tiene razón cuando en su denuncia expresa: “el grupo de delincuentes que denunciamos ha venido llevando a cabo, de manera impune, actos que violan la Constitución y las leyes de la República. Existen pruebas de que se trata de una asociación delictuosa dedicada al tráfico de influencias, la corrupción y el saqueo de bienes y recursos públicos”.
Lo que no me convence, es más, lo que me resulta inexplicable es el sentido de denunciar y decir que de todas formas no tiene caso hacerlo.
Es incongruente, y que me perdonen los partidarios del Peje. Es surreal, como la existencia misma de un presidente que se nombra “legítimo” y está ahí nomás, listo para criticar todo lo que hace el gobierno “espurio”, sin otra misión concreta que no sea una tibia protesta disfrazada de resistencia civil, que hasta ahora no ha logrado cambiar el estado de las cosas.
El problema es que probablemente el pueblo mexicano está cansado de vivir siempre las mismas injusticias, está habituado a soportar sin luchar más y por eso ha llegado al momento peligroso en que ni la saliva de los políticos ni la tinta de los medios de comunicación pueden procurar alguna mejoría. Y en tal situación, lo más difícil es prevenir lo que a causa del hartazgo puede llegar a ocurrir en México.
Elecciones europeas: el -preocupante- triunfo de la derecha
Publicado en el Semanario Punto. Toluca, México.
10 de junio, 2009
Esta semana no hay otro tema más importante por tratar que los resultados de las elecciones para renovar el Parlamento Europeo, que tuvieron lugar la semana anterior en los 27 países que integran la Unión europea.
Se trata de un proceso electoral caracterizado por dos señales más bien preocupantes: la primera, la disminución de la afluencia de votantes, y la segunda, un progreso de la derecha -en ciertos casos la extrema derecha- en algunos Estados.
De acuerdo con los datos emitidos por el sitio oficial de la Unión Europea hasta el martes 9 de junio, la séptima elección del Parlamento europeo tuvo un registro negativo de participación.
Esta vez, solamente 43.1 por ciento del total de los electores acudió a las urnas, lo que representa una disminución respecto a las elecciones anteriores, celebradas en en año 2004, cuando acudió a votar el 45.47 por ciento de los ciudadanos europeos. Se trata del récord de participación mínima de la historia.
Vale decir que el mayor nivel de abstencionismo fue registrado en Eslovaquia, donde votó solamente el 20.92 por ciento, mientras que, en contraste, en Luxemburgo acudió a las urnas el 91 por ciento del total de electores y en Bélgica el 90.39 por ciento.
Los ciudadanos de los países de europa del este, últimos agregados a la Unión Europea, fueron quienes demostraron claramente el menor interés. Polonia, Rumania, Lituania y la República Checa fueron los estados donde pocos acudieron a votar. -entre el 20 y el 28 por ciento del total de elctores-.
Probablemente se trata de un resultado lógico en términos prácticos, si se considera que en general, los habitantes de las naciones que alguna vez fueron parte del bloque socialista, no tienen otro interés en pertenecer a Europa que no sea el de poder emigrar sin problemas para probar fortuna en los países occidentales.
Al abstencionismo, hay que sumar el resultado que pone una vez más a los partidos de derecha al comando del Parlamento. La izquierda, a pesar de haberlo intentado, no ha logrado capitalizar el descontento de los europeos de frente a la crisis económica.
En cambio, resulta poco menos que inquietante el avance de los partidos de extrema derecha en países como Austria, donde el partido euroesceptico de Hans Peter Martin obtuvo el 18 por ciento de los votos.
Cabe aclarar el concepto de euroesceptiscismo. Se trata de un movimiento popular cuya principal idea es la oposición a las políticas de la Unión Europea, a la ampliación de la jurisdicción comunitaria en los asuntos nacionales y a la introducción del euro como moneda única.
Holanda es otra de las naciones de Europa que registró resultados a favor de la extrema derecha, votando a favor del movimiento xenófobo y anti islámico encabezado por Geer Wilders.
Lo mismo ocurrió en Gran Bretaña, con el partido BNP; en Rumania, con el PRM, en Eslovaquia con el SNS, en Hungría, con el partido Jobbik y también en Dinamarca.
En Italia la gran vencedora fue la Lega Nord, que obtuvo el 10.2 por ciento de las preferencias electorales, que ocupará nueve escaños en el Parlamento y que con sus resultados en las elecciones europeas se coloca como una fuerza neta en Italia, donde al parecer han alcanzado el éxito las propuestas abiertamente xenofóbicas de los seguidores de Umberto Bossi.
Hablando del país de la bota, no obstante los escándalos protagonizados en las últimas semanas por el premier Silvio Berlusconi no provocaron un daño significativo entre sus simpatizantes. El Pueblo de la Libertad, partido dirigido por Berlusca, obtuvo un 35.3 por ciento de los votos, con lo que sus representantes ocuparán 29 curules en Estrasburgo, mientras que la oposición, encabezada por el Partido Democrático, alcanzó solamente el 26.1 por ciento de las preferencias, y tendrá 22 lugares en el Parlamento.
A pesar de todo, el premier italiano no digirió muy bien no haber alcanzado el 45 por ciento de las preferencias electorales, como había previsto el día anterior a los comicios, y de acuerdo con el diario español El país, habría comentado a sus hombres de confianza que la pérdida de votos registrada por su partido en las elecciones europeas habría sido provocada por la venta del jugador de futbol del Milan, Ricardo Izecson Dos Santos Leite, “Kaká” al Real Madrid y al escándalo con Noemí Letizia, la joven de 18 años que provocó que su mujer, Verónica Lario, anunciara el divorcio justo cuando estaba a punto de empezar la campaña electoral.
Después de mostrar las cifras y los hechos, no queda más que reflexionar acerca de una Europa que se mantiene vieja no solamente en términos demográficos, sino también ideológicos, donde el conservadurismo y la xenofobia parecen tomar cada vez mayor fuerza y donde al parecer el miedo a la apertura y el afán de cerrar las puertas a la novedad están llevando a momificar las instituciones.
Hay que leer atentamente los resultados, mirar la realidad objetiva que dan las cifras y reflexionar sobre una Europa que no obstante haber sufrido en carne propia dos guerras cruentas, no permite la novedad y por el contrario, parece empecinarse en cerrar sus puertas a la razón.
Crisis económica y miedo van de la mano y provocan que los pueblos tomen decisiones probablemente equivocadas, es verdad. Pero también es cierto que la izquierda no se muestra como la alternativa real, y que en muchas ocasiones sus actitudes se reducen a la pura crítica del adversario y carecen de la sustancia que se requiere para ser tomados en serio como solución a los problemas.
Por eso para los movimientos de izquierda de Europa este debe ser un momento de reflexión. Quien desea obtener resultados planifica, analiza, discute, cuestiona, propone. Exactamente lo contrario a lo que ha hecho la limitada izquierda europea, que ha obtenido con ello un tremendo golpe más y se conformará de nuevo con ser oposición ante una derecha que se mantiene y avanza utilizando la inseguridad y el miedo colectivos como arma para afianzarse en el poder. Otra vez. El pueblo ha decidido. Y aunque la masa a veces se equivoca, en una democracia no hay nada más por hacer.
10 de junio, 2009
Esta semana no hay otro tema más importante por tratar que los resultados de las elecciones para renovar el Parlamento Europeo, que tuvieron lugar la semana anterior en los 27 países que integran la Unión europea.
Se trata de un proceso electoral caracterizado por dos señales más bien preocupantes: la primera, la disminución de la afluencia de votantes, y la segunda, un progreso de la derecha -en ciertos casos la extrema derecha- en algunos Estados.
De acuerdo con los datos emitidos por el sitio oficial de la Unión Europea hasta el martes 9 de junio, la séptima elección del Parlamento europeo tuvo un registro negativo de participación.
Esta vez, solamente 43.1 por ciento del total de los electores acudió a las urnas, lo que representa una disminución respecto a las elecciones anteriores, celebradas en en año 2004, cuando acudió a votar el 45.47 por ciento de los ciudadanos europeos. Se trata del récord de participación mínima de la historia.
Vale decir que el mayor nivel de abstencionismo fue registrado en Eslovaquia, donde votó solamente el 20.92 por ciento, mientras que, en contraste, en Luxemburgo acudió a las urnas el 91 por ciento del total de electores y en Bélgica el 90.39 por ciento.
Los ciudadanos de los países de europa del este, últimos agregados a la Unión Europea, fueron quienes demostraron claramente el menor interés. Polonia, Rumania, Lituania y la República Checa fueron los estados donde pocos acudieron a votar. -entre el 20 y el 28 por ciento del total de elctores-.
Probablemente se trata de un resultado lógico en términos prácticos, si se considera que en general, los habitantes de las naciones que alguna vez fueron parte del bloque socialista, no tienen otro interés en pertenecer a Europa que no sea el de poder emigrar sin problemas para probar fortuna en los países occidentales.
Al abstencionismo, hay que sumar el resultado que pone una vez más a los partidos de derecha al comando del Parlamento. La izquierda, a pesar de haberlo intentado, no ha logrado capitalizar el descontento de los europeos de frente a la crisis económica.
En cambio, resulta poco menos que inquietante el avance de los partidos de extrema derecha en países como Austria, donde el partido euroesceptico de Hans Peter Martin obtuvo el 18 por ciento de los votos.
Cabe aclarar el concepto de euroesceptiscismo. Se trata de un movimiento popular cuya principal idea es la oposición a las políticas de la Unión Europea, a la ampliación de la jurisdicción comunitaria en los asuntos nacionales y a la introducción del euro como moneda única.
Holanda es otra de las naciones de Europa que registró resultados a favor de la extrema derecha, votando a favor del movimiento xenófobo y anti islámico encabezado por Geer Wilders.
Lo mismo ocurrió en Gran Bretaña, con el partido BNP; en Rumania, con el PRM, en Eslovaquia con el SNS, en Hungría, con el partido Jobbik y también en Dinamarca.
En Italia la gran vencedora fue la Lega Nord, que obtuvo el 10.2 por ciento de las preferencias electorales, que ocupará nueve escaños en el Parlamento y que con sus resultados en las elecciones europeas se coloca como una fuerza neta en Italia, donde al parecer han alcanzado el éxito las propuestas abiertamente xenofóbicas de los seguidores de Umberto Bossi.
Hablando del país de la bota, no obstante los escándalos protagonizados en las últimas semanas por el premier Silvio Berlusconi no provocaron un daño significativo entre sus simpatizantes. El Pueblo de la Libertad, partido dirigido por Berlusca, obtuvo un 35.3 por ciento de los votos, con lo que sus representantes ocuparán 29 curules en Estrasburgo, mientras que la oposición, encabezada por el Partido Democrático, alcanzó solamente el 26.1 por ciento de las preferencias, y tendrá 22 lugares en el Parlamento.
A pesar de todo, el premier italiano no digirió muy bien no haber alcanzado el 45 por ciento de las preferencias electorales, como había previsto el día anterior a los comicios, y de acuerdo con el diario español El país, habría comentado a sus hombres de confianza que la pérdida de votos registrada por su partido en las elecciones europeas habría sido provocada por la venta del jugador de futbol del Milan, Ricardo Izecson Dos Santos Leite, “Kaká” al Real Madrid y al escándalo con Noemí Letizia, la joven de 18 años que provocó que su mujer, Verónica Lario, anunciara el divorcio justo cuando estaba a punto de empezar la campaña electoral.
Después de mostrar las cifras y los hechos, no queda más que reflexionar acerca de una Europa que se mantiene vieja no solamente en términos demográficos, sino también ideológicos, donde el conservadurismo y la xenofobia parecen tomar cada vez mayor fuerza y donde al parecer el miedo a la apertura y el afán de cerrar las puertas a la novedad están llevando a momificar las instituciones.
Hay que leer atentamente los resultados, mirar la realidad objetiva que dan las cifras y reflexionar sobre una Europa que no obstante haber sufrido en carne propia dos guerras cruentas, no permite la novedad y por el contrario, parece empecinarse en cerrar sus puertas a la razón.
Crisis económica y miedo van de la mano y provocan que los pueblos tomen decisiones probablemente equivocadas, es verdad. Pero también es cierto que la izquierda no se muestra como la alternativa real, y que en muchas ocasiones sus actitudes se reducen a la pura crítica del adversario y carecen de la sustancia que se requiere para ser tomados en serio como solución a los problemas.
Por eso para los movimientos de izquierda de Europa este debe ser un momento de reflexión. Quien desea obtener resultados planifica, analiza, discute, cuestiona, propone. Exactamente lo contrario a lo que ha hecho la limitada izquierda europea, que ha obtenido con ello un tremendo golpe más y se conformará de nuevo con ser oposición ante una derecha que se mantiene y avanza utilizando la inseguridad y el miedo colectivos como arma para afianzarse en el poder. Otra vez. El pueblo ha decidido. Y aunque la masa a veces se equivoca, en una democracia no hay nada más por hacer.
Papi Berlusca: una obsesión
Publicado en el Semanario Punto. Toluca, México.
03 de junio, 2009
Quienes la semana anterior tuvieron la paciencia de seguir este espacio, muy probablemente pensarán que el tema Silvio Berlusconi se está convirtiendo en una obsesión. Probablemente tienen razón. Pero en este caso no se trata de una idea fija personal, sino de un pensamiento colectivo que, para bien o para mal, está haciendo reflexionar a más de uno acerca de la inconveniencia de que una sociedad permita concentrar tal cantidad de poder en una sola persona.
Porque a decir verdad, el grave problema de Berlusconi no es otro que el exceso de poder. No es razonable que una sola persona pueda al mismo tiempo poseer la segunda fortuna más grande de Italia, las redes de televisión, un equipo de fútbol importantísimo y las casas editoras, y ser el presidente del Consejo de Ministros, operativamente el puesto más importante de representación popular.
Por la casi inverosimilitud de la situación y por los escándalos que se han generado en las últimas semanas, hoy como hace mucho tiempo no sucedía, los ojos del mundo están puestos en Italia. Y no precisamente como objeto de admiración, sino como ejemplo de lo que la democracia no debe ser y de cómo los ciudadanos debemos pensar muy bien antes de dejarnos llevar por las campañas políticas en busca del voto.
Y es que la cosa más triste es saber que si el premier está en el poder, es porque fue votado, porque fue electo legítimamente por los ciudadanos que no una, sino cuatro veces han considerado a Berlusconi como la persona con los atributos necesarios para llevar las riendas del gobierno del país de la bota.
Si utilizamos un poco el sentido común y confiamos en que los italianos han llegado al límite de lo soportable, es posible que vivamos los últimos momentos de la era Berlusconiana. De lo contrario, corremos el riesgo de seguir siendo el hazmerreir del planeta entero y de continuar recibiendo críticas despiadadas.
Dos comentarios han llamado la atención en los últimos días. El primero, publicado por el diario inglés Financial Times el pasado 27 de mayo, señala a Silvio Berlusconi como “un peligro, en primer lugar para Italia. Y un ejemplo dañino para todos”.
Y no sólo, la publicación inglesa afirma además que el hecho de que Berlusca sea tan dominante es también culpa “de una izquierda dudosa, de instituciones débiles y a veces politizadas, de un periodismo que demasiado frecuentemente ha aceptado un papel subalterno... pero sobre todo la culpa es de un hombre muy rico, muy poderoso y cada vez más despiadado”.
El Financial Times de cualquier manera consuela al pueblo italiano diciendo que “el fascismo no está en el futuro probable... Berlusconi claramente no es Mussolini, él tiene escuadras de estrellitas de televisión, no de camisas negras”.
Completa el desfile de comentarios contra el premier, lo escrito por el premio Nobel de Literatura 1998 José Saramago, quien además ha sido censurado por la Enaudi, una de las casas editoras de Berlusconi que se ha negado a publicar un libro del escritor, a causa de las opiniones vertidas por éste en su libro titulado El Cuaderno, donde afirma que “en la tierra de la mafia y de la camorra, ¿qué importancia puede tener el hecho comprobado que el primer Ministro sea un delincuente?”
Una afirmación seria, difícil de digerir para el pueblo italiano, pero inaceptable para el premier, que ha decidido seguir el principio tan conocido de “yo no pago para que me peguen”.
Saramago no se limitó en sus comentarios que son tan agudos como verdaderos. Originalmente publicadas en su blog, las opiniones del premio Nobel son serias, preocupantes y vergonzosas para los italianos, que sin embargo no deberían cerrar los ojos, sino intentar -al menos tratar- de reflexionar y ponerse en movimiento.
Porque leer que “en una tierra en que la justicia nunca ha gozado de buena reputación, ¿qué más da que el primer ministro consiga que se aprueben leyes a medida de sus intereses, protegiéndose contra cualquier tentativa de castigo a sus desmanes y abusos de autoridad?”
Es preocupante saber que ni más ni menos José Saramago escribe un artículo que bajo el acertado título “¿Qué hacer con los italianos? resume la penosa situación que quienes aquí vivimos ignoramos y solapamos.
Saramago dice que el pueblo del país de la bota ha permitido Berlusca ser “el amo y señor absoluto de Italia, para regocijo de una mayoría de derecha cada vez más insolente”. Ni más ni menos.
Y mientras, la historia de Berlusconi y la joven Noemí Lerizia sigue dando material a la prensa. Ahora no solamente la joven napolitana habla de papi. Otra joven de la región Emilia Romagna, de nombre Elisa Alloro, ha escrito un libro de 100 páginas llamado “Nosotras, las chicas de Silvio”, en el que en una especie de larga carta dirigida a la casi ex esposa de Berlusconi, Verónica Lario, defiende a las jóvenes que gozan de la amistad y los favores del Cavaliere, de quien dice “es una mina de sabiduría y que “cada minuto pasado con él debe ser considerato un don divino”
Tan sabio hombre ha resultado además un casi mártir, pues habría soportado -solamente por el bien de la familia- una presunta relación extra conyugal de Verónica Lario con un guardaespaldas de nombre Alberto Orlandi. Obviamente el terrible secreto fue develado por una incondicional de Berlusconi, Daniela Santanché, líder de una corriente política de derecha llamada Movimiento por Italia.
Eso, sin contar que el rico empresario Claudio Briatore ha expresado su aprobación hacia la conducta de su amigo Berlusca, de quien dice “es soltero desde hace años”, pues vive separado de Verónica Lario y “tiene derecho” de hacer con su vida lo que mejor le parezca.
Total, que enmedio de información digna de las mejores emisiones de Ventaneando, continúa la historia de un premier que no hace honor al puesto que desempeña y que parece no darse cuenta de que su cargo le fue conferido por un pueblo que parece que no se avergüenza de ser la comidilla de la aldea global.
Como sea, bien dice el refrán: cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar. Mi mejor deseo para México es que a los montones de problemas que ya tiene, no deba agregar un día las aventuras de algún lindo Don Juan, de esos que aspiran a la presidencia y son más conocidos por aparecer en las revistas del corazón y gastar su dinero en promover su linda cara que en preocuparse por el bienestar de los pobres gobernados.
Que el ejemplo de Berlusconi no se propague, y que los errores del pueblo italiano no se repitan, es el mejor augurio que puedo hacer para mi país natal.
03 de junio, 2009
Quienes la semana anterior tuvieron la paciencia de seguir este espacio, muy probablemente pensarán que el tema Silvio Berlusconi se está convirtiendo en una obsesión. Probablemente tienen razón. Pero en este caso no se trata de una idea fija personal, sino de un pensamiento colectivo que, para bien o para mal, está haciendo reflexionar a más de uno acerca de la inconveniencia de que una sociedad permita concentrar tal cantidad de poder en una sola persona.
Porque a decir verdad, el grave problema de Berlusconi no es otro que el exceso de poder. No es razonable que una sola persona pueda al mismo tiempo poseer la segunda fortuna más grande de Italia, las redes de televisión, un equipo de fútbol importantísimo y las casas editoras, y ser el presidente del Consejo de Ministros, operativamente el puesto más importante de representación popular.
Por la casi inverosimilitud de la situación y por los escándalos que se han generado en las últimas semanas, hoy como hace mucho tiempo no sucedía, los ojos del mundo están puestos en Italia. Y no precisamente como objeto de admiración, sino como ejemplo de lo que la democracia no debe ser y de cómo los ciudadanos debemos pensar muy bien antes de dejarnos llevar por las campañas políticas en busca del voto.
Y es que la cosa más triste es saber que si el premier está en el poder, es porque fue votado, porque fue electo legítimamente por los ciudadanos que no una, sino cuatro veces han considerado a Berlusconi como la persona con los atributos necesarios para llevar las riendas del gobierno del país de la bota.
Si utilizamos un poco el sentido común y confiamos en que los italianos han llegado al límite de lo soportable, es posible que vivamos los últimos momentos de la era Berlusconiana. De lo contrario, corremos el riesgo de seguir siendo el hazmerreir del planeta entero y de continuar recibiendo críticas despiadadas.
Dos comentarios han llamado la atención en los últimos días. El primero, publicado por el diario inglés Financial Times el pasado 27 de mayo, señala a Silvio Berlusconi como “un peligro, en primer lugar para Italia. Y un ejemplo dañino para todos”.
Y no sólo, la publicación inglesa afirma además que el hecho de que Berlusca sea tan dominante es también culpa “de una izquierda dudosa, de instituciones débiles y a veces politizadas, de un periodismo que demasiado frecuentemente ha aceptado un papel subalterno... pero sobre todo la culpa es de un hombre muy rico, muy poderoso y cada vez más despiadado”.
El Financial Times de cualquier manera consuela al pueblo italiano diciendo que “el fascismo no está en el futuro probable... Berlusconi claramente no es Mussolini, él tiene escuadras de estrellitas de televisión, no de camisas negras”.
Completa el desfile de comentarios contra el premier, lo escrito por el premio Nobel de Literatura 1998 José Saramago, quien además ha sido censurado por la Enaudi, una de las casas editoras de Berlusconi que se ha negado a publicar un libro del escritor, a causa de las opiniones vertidas por éste en su libro titulado El Cuaderno, donde afirma que “en la tierra de la mafia y de la camorra, ¿qué importancia puede tener el hecho comprobado que el primer Ministro sea un delincuente?”
Una afirmación seria, difícil de digerir para el pueblo italiano, pero inaceptable para el premier, que ha decidido seguir el principio tan conocido de “yo no pago para que me peguen”.
Saramago no se limitó en sus comentarios que son tan agudos como verdaderos. Originalmente publicadas en su blog, las opiniones del premio Nobel son serias, preocupantes y vergonzosas para los italianos, que sin embargo no deberían cerrar los ojos, sino intentar -al menos tratar- de reflexionar y ponerse en movimiento.
Porque leer que “en una tierra en que la justicia nunca ha gozado de buena reputación, ¿qué más da que el primer ministro consiga que se aprueben leyes a medida de sus intereses, protegiéndose contra cualquier tentativa de castigo a sus desmanes y abusos de autoridad?”
Es preocupante saber que ni más ni menos José Saramago escribe un artículo que bajo el acertado título “¿Qué hacer con los italianos? resume la penosa situación que quienes aquí vivimos ignoramos y solapamos.
Saramago dice que el pueblo del país de la bota ha permitido Berlusca ser “el amo y señor absoluto de Italia, para regocijo de una mayoría de derecha cada vez más insolente”. Ni más ni menos.
Y mientras, la historia de Berlusconi y la joven Noemí Lerizia sigue dando material a la prensa. Ahora no solamente la joven napolitana habla de papi. Otra joven de la región Emilia Romagna, de nombre Elisa Alloro, ha escrito un libro de 100 páginas llamado “Nosotras, las chicas de Silvio”, en el que en una especie de larga carta dirigida a la casi ex esposa de Berlusconi, Verónica Lario, defiende a las jóvenes que gozan de la amistad y los favores del Cavaliere, de quien dice “es una mina de sabiduría y que “cada minuto pasado con él debe ser considerato un don divino”
Tan sabio hombre ha resultado además un casi mártir, pues habría soportado -solamente por el bien de la familia- una presunta relación extra conyugal de Verónica Lario con un guardaespaldas de nombre Alberto Orlandi. Obviamente el terrible secreto fue develado por una incondicional de Berlusconi, Daniela Santanché, líder de una corriente política de derecha llamada Movimiento por Italia.
Eso, sin contar que el rico empresario Claudio Briatore ha expresado su aprobación hacia la conducta de su amigo Berlusca, de quien dice “es soltero desde hace años”, pues vive separado de Verónica Lario y “tiene derecho” de hacer con su vida lo que mejor le parezca.
Total, que enmedio de información digna de las mejores emisiones de Ventaneando, continúa la historia de un premier que no hace honor al puesto que desempeña y que parece no darse cuenta de que su cargo le fue conferido por un pueblo que parece que no se avergüenza de ser la comidilla de la aldea global.
Como sea, bien dice el refrán: cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar. Mi mejor deseo para México es que a los montones de problemas que ya tiene, no deba agregar un día las aventuras de algún lindo Don Juan, de esos que aspiran a la presidencia y son más conocidos por aparecer en las revistas del corazón y gastar su dinero en promover su linda cara que en preocuparse por el bienestar de los pobres gobernados.
Que el ejemplo de Berlusconi no se propague, y que los errores del pueblo italiano no se repitan, es el mejor augurio que puedo hacer para mi país natal.
Papi Berlusca... entre lo público y lo privado
Publicado en el Semanario Punto. Toluca, México.
26 de mayo, 2009
Cuando hace unas semanas toqué el tema de Silvio Berlusconi y las acusaciones hechas en su contra por su propia esposa, Verónica Lario respecto a presuntas relaciones del premier con menores de edad, no imaginé que el caso continuaría en las primeras planas de los diarios italianos y hasta extranjeros, y que Noemí Letizia, la chica que llama papi al primer ministro italiano se convertiría en el centro de la polémica iniciada en primer término por el diario nacional La Reppublica y seguida por los políticos de oposición.
Lo que está ocurriendo en Italia simplemente está tocando los límites del sentido común y está mostrando la decadencia de un sistema que no puede seguir funcionando mientras el gobierno siga en manos de las mismas personas que por al menos quince años se están alternando en el poder.
Haciendo historia, podemos retomar la vida de Silvio Berlusconi, un empresario que en enero de 1994 decidió dejar a un lado sus actividades económicas e iniciar una vida política fundando el partido llamado Forza Italia.
La justificación de Berlusconi para su llamada “discesa in campo” (descenso a la cancha) se resume en su discurso de aquellos días: “...He elegido descender hacia la cancha y ocuparme de la cosa pública porque no quiero vivir en un país no liberal, gobernado por fuerzas inmaduras y por hombres ligados por un doble hilo a un pasado de fracasos políticos y económicos”,
Con esas palabras, el hasta entonces emprendedor obtuvo la simpatía de los italianos, que vieron en él la esperanza de un cambio en una sociedad desgastada por escándalos tan impresionantes como el llamado Tangentopoli, que tuvo su origen precisamente durante los años noventa, cuando una investigación judicial arrojó como resultado la presencia de corrupción, soborno y financiamiento ilícito de los partidos al más alto nivel político y financiero italiano, que involucraba a ministros, diputados, senadores, empresarios y hasta ex presidentes del consejo de Ministros.
La sed de cambio, el ansia de novedad y la esperanza de un futuro sin corrupción -que los mexicanos conocemos bien- llevó a los italianos a dar a Berlusconi la posibilidad de gobernar. Solamente tres meses después de haberse lanzado a la cancha política, fue elegido presidente del Consejo de Ministros por primera vez. En los últimos quince años ha gobernado al país cuatro veces, y su período más largo -del 2001 al 2005- es también el lapso de mayor duración de un gobierno en Italia, con un total de 1409 días.
Pero Berlusconi es en sí mismo un caso espectacular. Se trata del segundo hombre más rico de Italia y el número 70 del mundo, con una fortuna estimada en 6 mil 500 millones de dólares. Entre sus propiedades se encuentran la red de televisión privada más importante de Italia, Mediaset, el grupo editorial Mondadori, el equipo de futbol Milán y tiene además importantes participaciones en los sectores bancario y de seguros, a través del grupo Fininvest.
De su carácter cínico y jacarandoso se podría hacer un interminable resumen. Sus contínuas ocurrencias parecen no tener límites. Sus comentarios parecen siempre fuera de lugar. Van desde catalogar a Barak Obama como “bronceado” hasta pedir a los damnificados del terremoto de Abruzzo que se comportaran en los albergues como si estuvieran de vacaciones.
Su fama de Don Juan en este momento sin duda es la que parece estarlo perdiendo. Probablemente su deseo de ser y parecer joven a sus casi 73 años lo ha llevado a caer en situaciones que en cualquier hijo de vecino sonarían ridículas y se podrían considerar sencillamente las locuras seniles de un hombre con poder económico que quiere tomar un segundo aire.
Pero pensar en un hombre de poder, en un estadista que decide llamar por teléfono a una adolescente para elogiar la “pureza” de sus facciones y continuar a buscarla invitándola a visitarlo en Milán y en Roma, y a pasar algunos días en su residencia de Cerdeña, es una historia que va mucho más allá de lo que el sentido común permite a un premier.
Porque el caso de la chica no habría tenido tanta importancia y habría quedado en secreto, si ella misma no se hubiera decidido a contarlo a la prensa, presumiendo su relación con Berlusca, a quien llama afectuosamente Papi.
Berlusconi cometió el error de presentarse en la fiesta de cumpleaños de Noemí òLetizia, de tomarse fotografí as con los invitados, de hacer un regalo costoso a la festejada y después se justificó -ante las cámaras de la Rai, la televisión de Estado- diciendo que se trataba de la hija de un viejo amigo suyo y que había acudido al festejo simplemente como un acto de gentileza.
Todo habría terminado ahí si el diario de izquierda La Repubblica no hubiera profundizado en la investigación y si el domingo pasado no hubiera sido publicada una entrevista con el ex novio de Noemí en la que éste señala algunos particulares que echan por tierra definitivamente todos los argumentos del premier para justificar sus nexos con la joven.
La Repubblica ha buscado la respuesta de Berlusconi a diez preguntas, mismas que no han sido contestadas y en este momento, la única conclusión posible es muy seria: el premier ha mentido. Y si bien su vida privada y sus preferencias o sus infidelidades no son un asunto que interesa a los ciudadanos, el hecho de mentir al pueblo al que representa es un motivo importantísimo para exigirle cuentas.
Recordemos simplemente el caso de Bill Clinton, quien durante el escándalo por el caso Lewinsky no solamente vio en serio peligro su permanencia en la Casa Blanca, sino que tuvo que rendir cuentas de sus actos privados ante los ciudadanos estadounidenses, además de disculparse por no haberles dicho la verdad.
En una sociedad democrática no es concebible que un gobernante mienta. Es una situación que ofende al pueblo, que no se debería disculpar con facilidad.
Porque cuando un premier es acusado por su propia consorte de “frecuentar menores de edad” “no estar bien” y elegir como candidatas al parlamento europeo a “vírgenes que se ofrecen al dragón” y el propio gobernante cae en contradicciones para justificar sus excesivas atenciones hacia una joven, algo no está funcionando.
En este momento lo único que queda por hacer es esperar que la situación se aclare y que por una vez, el pueblo italiano haga valer su derecho a conocer la verdad. Porque quien miente a tantos millones de personas en un asunto que podría incluso ser trivial, pierde toda la calidad moral para gobernarlas. Al tiempo. La historia juzgará.
26 de mayo, 2009
Cuando hace unas semanas toqué el tema de Silvio Berlusconi y las acusaciones hechas en su contra por su propia esposa, Verónica Lario respecto a presuntas relaciones del premier con menores de edad, no imaginé que el caso continuaría en las primeras planas de los diarios italianos y hasta extranjeros, y que Noemí Letizia, la chica que llama papi al primer ministro italiano se convertiría en el centro de la polémica iniciada en primer término por el diario nacional La Reppublica y seguida por los políticos de oposición.
Lo que está ocurriendo en Italia simplemente está tocando los límites del sentido común y está mostrando la decadencia de un sistema que no puede seguir funcionando mientras el gobierno siga en manos de las mismas personas que por al menos quince años se están alternando en el poder.
Haciendo historia, podemos retomar la vida de Silvio Berlusconi, un empresario que en enero de 1994 decidió dejar a un lado sus actividades económicas e iniciar una vida política fundando el partido llamado Forza Italia.
La justificación de Berlusconi para su llamada “discesa in campo” (descenso a la cancha) se resume en su discurso de aquellos días: “...He elegido descender hacia la cancha y ocuparme de la cosa pública porque no quiero vivir en un país no liberal, gobernado por fuerzas inmaduras y por hombres ligados por un doble hilo a un pasado de fracasos políticos y económicos”,
Con esas palabras, el hasta entonces emprendedor obtuvo la simpatía de los italianos, que vieron en él la esperanza de un cambio en una sociedad desgastada por escándalos tan impresionantes como el llamado Tangentopoli, que tuvo su origen precisamente durante los años noventa, cuando una investigación judicial arrojó como resultado la presencia de corrupción, soborno y financiamiento ilícito de los partidos al más alto nivel político y financiero italiano, que involucraba a ministros, diputados, senadores, empresarios y hasta ex presidentes del consejo de Ministros.
La sed de cambio, el ansia de novedad y la esperanza de un futuro sin corrupción -que los mexicanos conocemos bien- llevó a los italianos a dar a Berlusconi la posibilidad de gobernar. Solamente tres meses después de haberse lanzado a la cancha política, fue elegido presidente del Consejo de Ministros por primera vez. En los últimos quince años ha gobernado al país cuatro veces, y su período más largo -del 2001 al 2005- es también el lapso de mayor duración de un gobierno en Italia, con un total de 1409 días.
Pero Berlusconi es en sí mismo un caso espectacular. Se trata del segundo hombre más rico de Italia y el número 70 del mundo, con una fortuna estimada en 6 mil 500 millones de dólares. Entre sus propiedades se encuentran la red de televisión privada más importante de Italia, Mediaset, el grupo editorial Mondadori, el equipo de futbol Milán y tiene además importantes participaciones en los sectores bancario y de seguros, a través del grupo Fininvest.
De su carácter cínico y jacarandoso se podría hacer un interminable resumen. Sus contínuas ocurrencias parecen no tener límites. Sus comentarios parecen siempre fuera de lugar. Van desde catalogar a Barak Obama como “bronceado” hasta pedir a los damnificados del terremoto de Abruzzo que se comportaran en los albergues como si estuvieran de vacaciones.
Su fama de Don Juan en este momento sin duda es la que parece estarlo perdiendo. Probablemente su deseo de ser y parecer joven a sus casi 73 años lo ha llevado a caer en situaciones que en cualquier hijo de vecino sonarían ridículas y se podrían considerar sencillamente las locuras seniles de un hombre con poder económico que quiere tomar un segundo aire.
Pero pensar en un hombre de poder, en un estadista que decide llamar por teléfono a una adolescente para elogiar la “pureza” de sus facciones y continuar a buscarla invitándola a visitarlo en Milán y en Roma, y a pasar algunos días en su residencia de Cerdeña, es una historia que va mucho más allá de lo que el sentido común permite a un premier.
Porque el caso de la chica no habría tenido tanta importancia y habría quedado en secreto, si ella misma no se hubiera decidido a contarlo a la prensa, presumiendo su relación con Berlusca, a quien llama afectuosamente Papi.
Berlusconi cometió el error de presentarse en la fiesta de cumpleaños de Noemí òLetizia, de tomarse fotografí as con los invitados, de hacer un regalo costoso a la festejada y después se justificó -ante las cámaras de la Rai, la televisión de Estado- diciendo que se trataba de la hija de un viejo amigo suyo y que había acudido al festejo simplemente como un acto de gentileza.
Todo habría terminado ahí si el diario de izquierda La Repubblica no hubiera profundizado en la investigación y si el domingo pasado no hubiera sido publicada una entrevista con el ex novio de Noemí en la que éste señala algunos particulares que echan por tierra definitivamente todos los argumentos del premier para justificar sus nexos con la joven.
La Repubblica ha buscado la respuesta de Berlusconi a diez preguntas, mismas que no han sido contestadas y en este momento, la única conclusión posible es muy seria: el premier ha mentido. Y si bien su vida privada y sus preferencias o sus infidelidades no son un asunto que interesa a los ciudadanos, el hecho de mentir al pueblo al que representa es un motivo importantísimo para exigirle cuentas.
Recordemos simplemente el caso de Bill Clinton, quien durante el escándalo por el caso Lewinsky no solamente vio en serio peligro su permanencia en la Casa Blanca, sino que tuvo que rendir cuentas de sus actos privados ante los ciudadanos estadounidenses, además de disculparse por no haberles dicho la verdad.
En una sociedad democrática no es concebible que un gobernante mienta. Es una situación que ofende al pueblo, que no se debería disculpar con facilidad.
Porque cuando un premier es acusado por su propia consorte de “frecuentar menores de edad” “no estar bien” y elegir como candidatas al parlamento europeo a “vírgenes que se ofrecen al dragón” y el propio gobernante cae en contradicciones para justificar sus excesivas atenciones hacia una joven, algo no está funcionando.
En este momento lo único que queda por hacer es esperar que la situación se aclare y que por una vez, el pueblo italiano haga valer su derecho a conocer la verdad. Porque quien miente a tantos millones de personas en un asunto que podría incluso ser trivial, pierde toda la calidad moral para gobernarlas. Al tiempo. La historia juzgará.
La futuritis... desgracia del mexicano
Publicado en el Semanario Punto. Toluca, México.
19 de mayo, 2009
Mientras me encontraba pensando en el tema que habría de tocar esta semana, un apreciado colega mexicano me hizo una pregunta a través de ese maravilloso sistema de comunicación llamado messenger. “¿Cómo ves a Marcelo Ebrard para presidente?”, me dijo de golpe y porrazo.
Sinceramente, debo decir que la pregunta me tomó por sorpresa. No porque no estuviera enterada del autodestape de Ebrard y de sus propuestas, que incluyen “limitar el poder de Carlos Slim y de Televisa, acabar con los desequilibrios sociales y restituir al Ejército sus funciones originales”.
Mi sorpresa más bien tiene su origen en el evidente futurismo -yo más bien la llamaría futuritis- que agobia a los políticos mexicanos.
Digamos para comenzar que de aquí al 2012 faltan muchos, pero de veras muchos días, y que es impresionante la lucha que desde ahora están estableciendo algunos con tal de llegar a ocupar el máximo cargo de elección popular.
Pero lo peor es que somos los mismos ciudadanos quienes estamos cayendo una vez más en la trampa que los mismos políticos nos tienden sin piedad.
Porque mientras Marcelo Ebrard se lanza al ruedo y con ello provoca la ira de algunos -particularmente de los aliados de Andrés Manuel López Obrador- y el entusiasmo de otros -que a lo mejor ya se están viendo en alguna oficina federal disfrutando de los beneficios del hueso- los únicos que de verdad deberían contar -los comunes mexicanos- solamente se quedan mirando el desfile sin participar.
Y es que mientras Ebrard lo hace abiertamente, el gobernador mexiquense, Enrique Peña Nieto también está trabajando para su futuro. Sí, recalco: para su futuro, no para el futuro de sus posibles electores.
Debo decirles que visto desde lejos, con toda la objetividad posible, iniciar los destapes o trabajar veladamente con miras a la presidencia de la República, no es otra cosa que burlarse de un pueblo que todavía ahora está tratando sin éxito de reponerse de un vergonzoso y triste pasado, cuyo precio no ha terminado de pagar.
Es sorprendente y francamente desconcertante que mientras se planea un futuro color de rosa para México, un futuro donde los grandes capitales no intervendrán y los pobres finalmente tendrán la justicia que merecen, gracias a un presidente de esos de ensueño, no sea posible siquiera aclarar nuestro reciente pasado.
Digamos que con todo respeto, no es posible imaginar una nación mejor, en manos de un gobierno ideal, cuando nadie hasta el momento se ha preocupado por aclarar realmente qué es lo que ha pasado durante los últimos sexenios.
Preocupa de verdad escuchar a un anciano Miguel de la Madrid que en un arranque de sinceridad responde a las -por cierto bastante inducidas- preguntas de la periodista Carmen Aristegui y acepta que “se equivocó” nombrando como sucesor a Carlos Salinas de Gortari.
No creí que con el paso del tiempo un ex gobernante priísta se atreviera a hacer a un lado los prejuicios y decidiera acusar a Salinas de inmoral. Parece una historia de ciencia ficción -casi de terror, mejor dicho- que el mismísimo De la Madrid reconociera que Salinas se habría robado al menos la mitad de la partida secreta y habría permitido que su hermano Raúl realizara negocios indebidos con el Gobierno y que recibiera dinero de narcotraficantes.
Pero obviamente, la historia no podía quedarse así. Para variar, De la Madrid terminó envuelto en un escándalo que no le gustó a su familia, por lo que de inmediato apareció una aclaración que honestamente hace reir: “dejo en claro que después de haber escuchado la entrevista con la señora Aristegui, mis respuestas carecen de validez y exactitud”,
El problema es que una situación tan seria no debería detenerse y quedar al nivel de un mero chisme político, capitalizado por los opositores del PRI -partido que parece repuntar en las preferencias electorales-.
En realidad se trata de un asunto muy grave, reconocido por De la Madrid, un ex presidente que sin pudor alguno respondió con un “sí” cuando le fue sugerido que para gobernar México se necesita ser cínico y corrupto.
Porque si hay pruebas concretas de que Salinas de Gortari ha cometido tantas atrocidades, lo justo para el pueblo mexicano sería iniciar un proceso, no quedarse callados y seguir manteniendo la impunidad.
Por eso me resulta absurdo pensar en un futuro relativamente lejano, -las elecciones presidenciales del 2012- cuando hay situaciones del pasado que no han quedado claras y que se siguen arrastrando porque por desgracia forman ya parte de nuestra esencia como nación.
Y ni qué decir del presente. Un presente que no resulta claro para nadie, en el que además de una crisis económica mundial México tiene frente a sí problemas que parecen no tener solución: la guerra contra el narcotráfico, la inseguridad, la violencia y para colmo hasta la influenza, un problema de salud pública que -real o no- ha dejado pérdidas económicas que a corto y mediano plazo serán desastrosas.
El panorama es desolador. Y por más optimistas que seamos no podemos imaginar otra cosa que no sea un alud de problemas económicos y sociales que son consecuencia de nuestro pasado y de nuestro presente.
Por eso no se vale, es vergonzoso, es obsceno, pensar en un Mesías político. Tenga el nombre que tenga, sea del partido que sea, no será otra cosa que más de lomismo, y no solucionará absolutamente nada. Será siempre la misma triste historia mientras el mismo pueblo mexicano no despierte y empiece a exigir con todas sus fuerzas -con todas sus fuerzas, insisto- verdad y justicia.
19 de mayo, 2009
Mientras me encontraba pensando en el tema que habría de tocar esta semana, un apreciado colega mexicano me hizo una pregunta a través de ese maravilloso sistema de comunicación llamado messenger. “¿Cómo ves a Marcelo Ebrard para presidente?”, me dijo de golpe y porrazo.
Sinceramente, debo decir que la pregunta me tomó por sorpresa. No porque no estuviera enterada del autodestape de Ebrard y de sus propuestas, que incluyen “limitar el poder de Carlos Slim y de Televisa, acabar con los desequilibrios sociales y restituir al Ejército sus funciones originales”.
Mi sorpresa más bien tiene su origen en el evidente futurismo -yo más bien la llamaría futuritis- que agobia a los políticos mexicanos.
Digamos para comenzar que de aquí al 2012 faltan muchos, pero de veras muchos días, y que es impresionante la lucha que desde ahora están estableciendo algunos con tal de llegar a ocupar el máximo cargo de elección popular.
Pero lo peor es que somos los mismos ciudadanos quienes estamos cayendo una vez más en la trampa que los mismos políticos nos tienden sin piedad.
Porque mientras Marcelo Ebrard se lanza al ruedo y con ello provoca la ira de algunos -particularmente de los aliados de Andrés Manuel López Obrador- y el entusiasmo de otros -que a lo mejor ya se están viendo en alguna oficina federal disfrutando de los beneficios del hueso- los únicos que de verdad deberían contar -los comunes mexicanos- solamente se quedan mirando el desfile sin participar.
Y es que mientras Ebrard lo hace abiertamente, el gobernador mexiquense, Enrique Peña Nieto también está trabajando para su futuro. Sí, recalco: para su futuro, no para el futuro de sus posibles electores.
Debo decirles que visto desde lejos, con toda la objetividad posible, iniciar los destapes o trabajar veladamente con miras a la presidencia de la República, no es otra cosa que burlarse de un pueblo que todavía ahora está tratando sin éxito de reponerse de un vergonzoso y triste pasado, cuyo precio no ha terminado de pagar.
Es sorprendente y francamente desconcertante que mientras se planea un futuro color de rosa para México, un futuro donde los grandes capitales no intervendrán y los pobres finalmente tendrán la justicia que merecen, gracias a un presidente de esos de ensueño, no sea posible siquiera aclarar nuestro reciente pasado.
Digamos que con todo respeto, no es posible imaginar una nación mejor, en manos de un gobierno ideal, cuando nadie hasta el momento se ha preocupado por aclarar realmente qué es lo que ha pasado durante los últimos sexenios.
Preocupa de verdad escuchar a un anciano Miguel de la Madrid que en un arranque de sinceridad responde a las -por cierto bastante inducidas- preguntas de la periodista Carmen Aristegui y acepta que “se equivocó” nombrando como sucesor a Carlos Salinas de Gortari.
No creí que con el paso del tiempo un ex gobernante priísta se atreviera a hacer a un lado los prejuicios y decidiera acusar a Salinas de inmoral. Parece una historia de ciencia ficción -casi de terror, mejor dicho- que el mismísimo De la Madrid reconociera que Salinas se habría robado al menos la mitad de la partida secreta y habría permitido que su hermano Raúl realizara negocios indebidos con el Gobierno y que recibiera dinero de narcotraficantes.
Pero obviamente, la historia no podía quedarse así. Para variar, De la Madrid terminó envuelto en un escándalo que no le gustó a su familia, por lo que de inmediato apareció una aclaración que honestamente hace reir: “dejo en claro que después de haber escuchado la entrevista con la señora Aristegui, mis respuestas carecen de validez y exactitud”,
El problema es que una situación tan seria no debería detenerse y quedar al nivel de un mero chisme político, capitalizado por los opositores del PRI -partido que parece repuntar en las preferencias electorales-.
En realidad se trata de un asunto muy grave, reconocido por De la Madrid, un ex presidente que sin pudor alguno respondió con un “sí” cuando le fue sugerido que para gobernar México se necesita ser cínico y corrupto.
Porque si hay pruebas concretas de que Salinas de Gortari ha cometido tantas atrocidades, lo justo para el pueblo mexicano sería iniciar un proceso, no quedarse callados y seguir manteniendo la impunidad.
Por eso me resulta absurdo pensar en un futuro relativamente lejano, -las elecciones presidenciales del 2012- cuando hay situaciones del pasado que no han quedado claras y que se siguen arrastrando porque por desgracia forman ya parte de nuestra esencia como nación.
Y ni qué decir del presente. Un presente que no resulta claro para nadie, en el que además de una crisis económica mundial México tiene frente a sí problemas que parecen no tener solución: la guerra contra el narcotráfico, la inseguridad, la violencia y para colmo hasta la influenza, un problema de salud pública que -real o no- ha dejado pérdidas económicas que a corto y mediano plazo serán desastrosas.
El panorama es desolador. Y por más optimistas que seamos no podemos imaginar otra cosa que no sea un alud de problemas económicos y sociales que son consecuencia de nuestro pasado y de nuestro presente.
Por eso no se vale, es vergonzoso, es obsceno, pensar en un Mesías político. Tenga el nombre que tenga, sea del partido que sea, no será otra cosa que más de lomismo, y no solucionará absolutamente nada. Será siempre la misma triste historia mientras el mismo pueblo mexicano no despierte y empiece a exigir con todas sus fuerzas -con todas sus fuerzas, insisto- verdad y justicia.
La corrupción, el virus más peligroso
Publicado en el Semanario Punto. Toluca, México.
12 de mayo, 2009
Después de leer atentamente las novedades que surgen en la vida política tanto en México como en Italia, no queda más que convencerse de una vez por todas de que en realidad existe un virus tremendo, dañino y probablemente incurable que invade el planeta.
No se trata de la influenza. La situación que vivimos en el mundo nada tiene que ver con el terror justificado o no que se ha generado a partir de la aparición del nuevo virus H1N1. El verdadero problema que los seres humanos comunes y corrientes tenemos que enfrentar todos los días y para el cual parece que no hay protección alguna, se llama corrupción, y sus efectos se están manifestando en muchas y nuevas formas diferentes y hasta novedosas, ayudado sin reservas por los medios de comunicación masiva.
En Italia, la corrupción se disfraza de chisme de lavadero. En este momento muchos tienen la mirada puesta en lo que está ocurriendo en el país de la bota, luego de que, casualmente cerca de las elecciones del Parlamento europeo, Verónica Lario, esposa del presidente del Consejo de Ministros, Silvio Berlusconi, exhibió públicamente sus problemas matrimoniales y se mostró en desacuerdo con las desiciones presuntamente tomadas por el premier respecto de candidatear para los comicios europeos a mujeres jóvenes y agraciadas, preferentemente del mundo del espectáculo que nada tienen que ver con la vida política del país.
Para Lario, la listas de candidatos que serían aprobadas por el premier representan “una inmundicia sin pudor". Así, en una carta dirigida al diario italiano La Reppublica, la señora de Berlusconi se señaló que "tras la fachada de la curvilínea belleza femenina se esconde la desvergüenza y la falta de pudor de Berlusconi, que ofende la credibilidad de todas las mujeres"
La casi ex primera dama de Italia afirmó en su carta abierta: “quiero dejar claro que mis hijos y yo somos víctimas y no somos cómplices de esta situación. Debemos soportarla y nos hace sufrir", Luego, el escándalo se hizo mayor cuando el premier acudió a la fiesta del cumpleaños 18 de la que hasta entonces era una ilustre desconocida, Noemí Letizia, que desde que fueron publicadas las fotografías de la celebración se convirtió en la causa casi oficial de la demanda de divorcio iniciada por Verónica Lario, que para echarle más leña al fuego se permitió decir que no podía seguir casada con un hombre “que frecuenta menores de edad”.
Y es que el premier, haciendo caso omiso de la sabiduría popular que reza no hagas cosas buenas que parezcan malas, regaló a la joven Noemí un collar de oro rosa y blanco con 19 brillantes de Damiani, de la colección que diseñó Sofía Loren en 2006 y que está valuado en 6.mil euros.
De poco ha servido la aparición de Berlusca en la televisión del Estado, la RAI, desmintiendo cualquier relación sentimental con Noemí Letizia y justificando sus decisiones respecto a las listas políticas.
En realidad, lo único claro en Italia es que la política ha alcanzado los niveles más bajos y vergonzosos.
Sin pretender ser moralistas ni juzgar la vida privada del premier, que poco o nada debería importar a los ciudadanos, no se puede pasar por alto que la inestabilidad emotiva de Berlusconi tiene que ver también con su vida pública, desde el momento en que pretende lanzar a la vida política y convertir en representantes populares a quienes considera “mujeres para nada desagradables” y posiblemente ignora a personas que quizá no tienen una agradable apariencia pero tal vez pueden dar más por el bien de los ciudadanos que representan, eso sin contar con que la sospecha de que haya mantenido una relación con una chica hasta hace unos días menor de edad, lo convertiría potencialmente en una persona que ha cometido un grave delito.
Y como siempre, pensando que en todos lados se cuecen habas, vemos que la bajeza y la inmoralidad no tienen límite, y que aún a distancia de años, se destapa una cloaca pestilente que nos muestra la complicidad vergonzosa de los representantes del poder en México.
Por una parte, Roberto Madrazo Pintado, el mismo que alguna vez no fue capaz siquiera de completar decentemente una competencia de maratón, declara tan campante lo que todo parece indicar ha sabido desde siempre: “Ernesto Zedillo protegió al cártel de Juárez, Vicente Fox al grupo de El Chapo Guzmán y hoy todo el país se encuentra de algún modo en la ilegalidad y la informalidad, con un Estado que podría considerarse un cártel más”. Escalofriante, sobre todo si se considera que saber sin denunciar es una forma de complicidad.
Por otro lado, el empresario Carlos Ahumada, conocido por ser el gran protagonista del llamado videoescándalo del 2004, por el cual fue revelada la forma sucia en que el PRD se habría procurado recursos, publica un libro en el que asegura que el ex presidente Carlos Salinas de Gortari fue el cerebro que organizó el maquiavélico plan.
De acuerdo con el empresario, el ex presidente le ofreció a cambio de las grabaciones 400 millones de pesos, que a la fecha no le ha pagado. Lo sorprendente es pensar que quienes participaron fueron personajes que el imaginario colectivo jamás habría pensado que tuvieran algo en común.
Es impactante leer lo que Ahumada señala: “todo lo negocié directamente con Carlos Salinas, muchas veces en presencia de Rosario Robles; con Diego Fernández de Cevallos, con Ramón Martín Huerta, con Eduardo Medina-Mora, el actual procurador general de la República, en aquel entonces director del Cisen, a quien conocí en la oficina de Ramón Martín Huerta, así como con el general (Rafael) Macedo de la Concha, entonces procurador general de la República. Todo ellos intervinieron, formaron parte, realizaron alguna tarea en especial (en la difusión de los videos), pero concretamente negocié con Carlos Salinas y Diego Fernández”,
Por estos hechos que me dejan sin palabras, por lo que veo en las dos realidades que me interesan, la de México y la de Italia, hoy solamente puedo decir que el verdadero virus que ya ha infectado las sociedades y que está enfermando terriblemente a los seres humanos no es otro que el de la corrupción.
Porque los seres humanos comunes y corrientes, los que trabajamos para ganarnos la vida y muchas veces padecemos injusticias sin esperanza de mejorar nuestras condiciones, nos convertimos en víctimas y espectadores de situaciones que dañan nuestra vida cotidiana, querámoslo o no, desde el momento en que los miembros de la clase política se ocupan de todo con tal de satisfacer sus deseos y caprichos, pero no les importa nada de hacer su trabajo y procurar bienestar a aquellos a quienes gobiernan.
Son situaciones que van desde la trivialidad de un gobernante y sus frivolidades hasta las sucias maniobras de políticos ávidos que se mezclan con la delincuencia para lograr sus propósitos. Son hechos que en todos los casos generan un solo problema que parece no tener solución: una profunda injusticia social.
Por eso, dejo una pregunta en el aire: ¿Serán acaso los políticos los verdaderos cerdos que difunden un virus que parece incurable?
12 de mayo, 2009
Después de leer atentamente las novedades que surgen en la vida política tanto en México como en Italia, no queda más que convencerse de una vez por todas de que en realidad existe un virus tremendo, dañino y probablemente incurable que invade el planeta.
No se trata de la influenza. La situación que vivimos en el mundo nada tiene que ver con el terror justificado o no que se ha generado a partir de la aparición del nuevo virus H1N1. El verdadero problema que los seres humanos comunes y corrientes tenemos que enfrentar todos los días y para el cual parece que no hay protección alguna, se llama corrupción, y sus efectos se están manifestando en muchas y nuevas formas diferentes y hasta novedosas, ayudado sin reservas por los medios de comunicación masiva.
En Italia, la corrupción se disfraza de chisme de lavadero. En este momento muchos tienen la mirada puesta en lo que está ocurriendo en el país de la bota, luego de que, casualmente cerca de las elecciones del Parlamento europeo, Verónica Lario, esposa del presidente del Consejo de Ministros, Silvio Berlusconi, exhibió públicamente sus problemas matrimoniales y se mostró en desacuerdo con las desiciones presuntamente tomadas por el premier respecto de candidatear para los comicios europeos a mujeres jóvenes y agraciadas, preferentemente del mundo del espectáculo que nada tienen que ver con la vida política del país.
Para Lario, la listas de candidatos que serían aprobadas por el premier representan “una inmundicia sin pudor". Así, en una carta dirigida al diario italiano La Reppublica, la señora de Berlusconi se señaló que "tras la fachada de la curvilínea belleza femenina se esconde la desvergüenza y la falta de pudor de Berlusconi, que ofende la credibilidad de todas las mujeres"
La casi ex primera dama de Italia afirmó en su carta abierta: “quiero dejar claro que mis hijos y yo somos víctimas y no somos cómplices de esta situación. Debemos soportarla y nos hace sufrir", Luego, el escándalo se hizo mayor cuando el premier acudió a la fiesta del cumpleaños 18 de la que hasta entonces era una ilustre desconocida, Noemí Letizia, que desde que fueron publicadas las fotografías de la celebración se convirtió en la causa casi oficial de la demanda de divorcio iniciada por Verónica Lario, que para echarle más leña al fuego se permitió decir que no podía seguir casada con un hombre “que frecuenta menores de edad”.
Y es que el premier, haciendo caso omiso de la sabiduría popular que reza no hagas cosas buenas que parezcan malas, regaló a la joven Noemí un collar de oro rosa y blanco con 19 brillantes de Damiani, de la colección que diseñó Sofía Loren en 2006 y que está valuado en 6.mil euros.
De poco ha servido la aparición de Berlusca en la televisión del Estado, la RAI, desmintiendo cualquier relación sentimental con Noemí Letizia y justificando sus decisiones respecto a las listas políticas.
En realidad, lo único claro en Italia es que la política ha alcanzado los niveles más bajos y vergonzosos.
Sin pretender ser moralistas ni juzgar la vida privada del premier, que poco o nada debería importar a los ciudadanos, no se puede pasar por alto que la inestabilidad emotiva de Berlusconi tiene que ver también con su vida pública, desde el momento en que pretende lanzar a la vida política y convertir en representantes populares a quienes considera “mujeres para nada desagradables” y posiblemente ignora a personas que quizá no tienen una agradable apariencia pero tal vez pueden dar más por el bien de los ciudadanos que representan, eso sin contar con que la sospecha de que haya mantenido una relación con una chica hasta hace unos días menor de edad, lo convertiría potencialmente en una persona que ha cometido un grave delito.
Y como siempre, pensando que en todos lados se cuecen habas, vemos que la bajeza y la inmoralidad no tienen límite, y que aún a distancia de años, se destapa una cloaca pestilente que nos muestra la complicidad vergonzosa de los representantes del poder en México.
Por una parte, Roberto Madrazo Pintado, el mismo que alguna vez no fue capaz siquiera de completar decentemente una competencia de maratón, declara tan campante lo que todo parece indicar ha sabido desde siempre: “Ernesto Zedillo protegió al cártel de Juárez, Vicente Fox al grupo de El Chapo Guzmán y hoy todo el país se encuentra de algún modo en la ilegalidad y la informalidad, con un Estado que podría considerarse un cártel más”. Escalofriante, sobre todo si se considera que saber sin denunciar es una forma de complicidad.
Por otro lado, el empresario Carlos Ahumada, conocido por ser el gran protagonista del llamado videoescándalo del 2004, por el cual fue revelada la forma sucia en que el PRD se habría procurado recursos, publica un libro en el que asegura que el ex presidente Carlos Salinas de Gortari fue el cerebro que organizó el maquiavélico plan.
De acuerdo con el empresario, el ex presidente le ofreció a cambio de las grabaciones 400 millones de pesos, que a la fecha no le ha pagado. Lo sorprendente es pensar que quienes participaron fueron personajes que el imaginario colectivo jamás habría pensado que tuvieran algo en común.
Es impactante leer lo que Ahumada señala: “todo lo negocié directamente con Carlos Salinas, muchas veces en presencia de Rosario Robles; con Diego Fernández de Cevallos, con Ramón Martín Huerta, con Eduardo Medina-Mora, el actual procurador general de la República, en aquel entonces director del Cisen, a quien conocí en la oficina de Ramón Martín Huerta, así como con el general (Rafael) Macedo de la Concha, entonces procurador general de la República. Todo ellos intervinieron, formaron parte, realizaron alguna tarea en especial (en la difusión de los videos), pero concretamente negocié con Carlos Salinas y Diego Fernández”,
Por estos hechos que me dejan sin palabras, por lo que veo en las dos realidades que me interesan, la de México y la de Italia, hoy solamente puedo decir que el verdadero virus que ya ha infectado las sociedades y que está enfermando terriblemente a los seres humanos no es otro que el de la corrupción.
Porque los seres humanos comunes y corrientes, los que trabajamos para ganarnos la vida y muchas veces padecemos injusticias sin esperanza de mejorar nuestras condiciones, nos convertimos en víctimas y espectadores de situaciones que dañan nuestra vida cotidiana, querámoslo o no, desde el momento en que los miembros de la clase política se ocupan de todo con tal de satisfacer sus deseos y caprichos, pero no les importa nada de hacer su trabajo y procurar bienestar a aquellos a quienes gobiernan.
Son situaciones que van desde la trivialidad de un gobernante y sus frivolidades hasta las sucias maniobras de políticos ávidos que se mezclan con la delincuencia para lograr sus propósitos. Son hechos que en todos los casos generan un solo problema que parece no tener solución: una profunda injusticia social.
Por eso, dejo una pregunta en el aire: ¿Serán acaso los políticos los verdaderos cerdos que difunden un virus que parece incurable?
La influenza que nos hizo famosos...
Publicado en el Semanario Punto. Toluca, México.
05 de mayo, 2009
Después de días intensos y confusos, la epidemia de influenza A en México parece que se ha estabilizado. Este hecho resulta tranquilizante, especialmente porque estando a miles de kilómetros de distancia la inquietud y la preocupación son inevitables.
Y es que en estos días nuestro país ha sido el centro de la atención mediática como nunca antes en la historia. Las primeras páginas de todos los diarios y los espacios mayores en los medios electrónicos del mundo fueron ocupados por la epidemia provocada por el virus H1N1, la amenaza terrible que no solamente señaló nuestro país como centro de la atención y de la tensión del planeta, sino que fue el primer caso seguido en tiempo real por la Organización Mundial de la Salud.
Hasta el momento, para quien esto escribe no ha sido posible comprender cuán benéfico es tener la posibilidad de alertar a la población acerca de un peligro potencial, especialmente porque fue necesario soportar en algunos casos la ignorancia y la paranoia de algunas personas que imaginaban que el haber estado en contacto superficial con una persona de mi familia apenas llegada de tierra mexicana, implicaría un grave riesgo sanitario.
Porque a fin de cuentas, el exceso de datos emitidos por los medios de comunicación provocó un efecto contrario. La información se transformó en desinformación y hasta el momento lo que se sabe acerca de la situación que se vive en México resulta confuso y contradictorio.
Ni qué decir de lo que al respecto ha sido publicado en Internet. Teorías y especulaciones al por mayor que han llenado la red, que han circulado despiadadamente y que han contribuido más que a aclarar las ideas, a formar un imaginario colectivo que en nada ayuda y que en algunos momentos parece más bien una novela de ciencia ficción.
Por increíble que parezca, el brote de influenza tipo A en México ha causado una tremenda paranoia no solamente en el plano sanitario. Ha trascendido los límites de los hospitales y ha permitido la especulación extrema que ha llevado a hacer circular versiones increíbles, explicaciones y acusaciones inverosímiles.
La política y la economía son los aspectos más serios que han sido tocados por la delicada situación. Era lógico que sucediera. Sin embargo, he leído con sorpresa algunas de las conclusiones difundidas a través de Internet. Y no puedo ignorarlas, a pesar de no compartirlas.
Se ha tratado de ligar la reunión de los países más industrializados del mundo, efectuada a principios de abril, con la visita a México del presidente de los Estados Unidos, Barak Obama y un “sorpresivo” anuncio que mantuvo a México y al mundo en alerta por la difusión del virus de la influenza A.
De acuerdo con la hipótesis difundida, los gobernantes de los países más poderosos del planeta, habrían llegado a la conclusión de que la economía mundial necesita un cambio, y que el Fondo Monetario Internacional destinaría 500 mil millones de dólares para ayudar a las economías emergentes.
Siempre según estos brillantes analistas, desde hace más de dos años la industria farmacéutica a nivel mundial tendría problemas financieros por la baja en la venta de medicamentos.
A decir de estos fantasiosos alarmistas, la única manera de reactivar la economía, además de la guerra, es la creación de enfermedades.
En este caso, México sería un “perfecto trampolín” para lanzar la enfermedad, porque de ahí serían contagiados los turistas de diversas partes del planeta.
Además, los medios de comunicación se ocuparían de la influenza y no de la crisis financiera, lo que representaría un beneficio para los malosos banqueros y para las bolsas del mundo. La brillante -y anónima- disertación, menciona también que el citado fondo del FMI serviría para cubrir las pérdidas que la epidemia generaría en la economía mexicana, y pone en duda los contagios y las defunciones. En realidad compara lo ocurrido con las tomadas de pelo del estilo del chupacabras, los ovnis o la leche contaminada.
En realidad todo parece indicar que se trata de iniciar una guerra de desinformación que no puede tener un ganador.
También la actriz Ofelia Medina lanzó sus conclusiones que circulan en la red. Para ella, luego de la alerta epidemiológica, “muchos negocios de la ciudad... han sufrido terribles bajas, menos las farmacias que han aumentado sus ventas entre un 300 a 500 por ciento”.
Con preguntas como “¿quién(es) se beneficia(n) de todo esto?, ¿Con quiénes del -¿gobierno?- se "entienden" las compañías farmacoquímicas? ¿Quién tiene la concesión y distribuye los tapabocas?” la actriz pone en duda la veracidad del hecho y más aún, nuevamente a modo de pregunta señala: “¿Es ésta increíble situación que estamos viviendo (en la que... fuimos echados de parques, por uniformados que nos pedían irnos a nuestras casas) un ensayo de la suspensión de nuestras “Garantías Individuales”? ¿Es el decreto presidencial... un intento torpe de justificar acciones violatorias de nuestras garantías?
Desde el país de la bota solamente me queda decir que me siento más desinformada que nunca y que no alcanzo a comprender dónde termina el problema sanitario y dónde comienza el oportunismo político.
Leo con tristeza que la epidemia de inflienza A H1N1 causará dn México una pérdida de entre el 0.3 y el 0.5 por ciento del Producto Interno Bruto. Se trata de un golpe terrible, que se sentirá por partida doble en un momento de recesión mundial.
Me pregunto si es posible para un país como el nuestro, lleno de por sí de graves problemas, sufrir más de la cuenta y si existe una o más mentes maquiavélicas capaces de provocar un problema tan terrible a más de cien millones de mexicanos que de plano ya no ven lo duro sino lo tupido.
Por lo pronto, la epidemia, que al parecer es menos grave de lo que se temía, registra de acuerdo con las cifras de la OMS en todo el planeta mil 490 personas contagiadas y treinta personas fallecidas.
En tanto, Barak Obama ha garantizado el apoyo para México, señalando que “los buenos vecinos trabajan juntos”. No obstante la esperanza que el nuevo presidente estadounidense representa para muchos, habría que estar atentos a que la presencia de nuestros vecinos no sea excesiva y los mexicanos no terminemos oficializando nuestra sumisión, a modo de agradecimiento por la ayuda recibida.
En este momento es necesario esperar y no permitir que el pánico y las especulaciones absurdas se apoderen de nosotros. Mantener la calma y la objetividad no es fácil, pero francamente, es lo único que queda por hacer ante una situación que nos obliga una vez más a hacer hasta lo imposible por recomenzar. ¿Será que después de tantos golpes los mexicanos ya estamos acostumbrados precisamente a eso, a empezar de nuevo?
05 de mayo, 2009
Después de días intensos y confusos, la epidemia de influenza A en México parece que se ha estabilizado. Este hecho resulta tranquilizante, especialmente porque estando a miles de kilómetros de distancia la inquietud y la preocupación son inevitables.
Y es que en estos días nuestro país ha sido el centro de la atención mediática como nunca antes en la historia. Las primeras páginas de todos los diarios y los espacios mayores en los medios electrónicos del mundo fueron ocupados por la epidemia provocada por el virus H1N1, la amenaza terrible que no solamente señaló nuestro país como centro de la atención y de la tensión del planeta, sino que fue el primer caso seguido en tiempo real por la Organización Mundial de la Salud.
Hasta el momento, para quien esto escribe no ha sido posible comprender cuán benéfico es tener la posibilidad de alertar a la población acerca de un peligro potencial, especialmente porque fue necesario soportar en algunos casos la ignorancia y la paranoia de algunas personas que imaginaban que el haber estado en contacto superficial con una persona de mi familia apenas llegada de tierra mexicana, implicaría un grave riesgo sanitario.
Porque a fin de cuentas, el exceso de datos emitidos por los medios de comunicación provocó un efecto contrario. La información se transformó en desinformación y hasta el momento lo que se sabe acerca de la situación que se vive en México resulta confuso y contradictorio.
Ni qué decir de lo que al respecto ha sido publicado en Internet. Teorías y especulaciones al por mayor que han llenado la red, que han circulado despiadadamente y que han contribuido más que a aclarar las ideas, a formar un imaginario colectivo que en nada ayuda y que en algunos momentos parece más bien una novela de ciencia ficción.
Por increíble que parezca, el brote de influenza tipo A en México ha causado una tremenda paranoia no solamente en el plano sanitario. Ha trascendido los límites de los hospitales y ha permitido la especulación extrema que ha llevado a hacer circular versiones increíbles, explicaciones y acusaciones inverosímiles.
La política y la economía son los aspectos más serios que han sido tocados por la delicada situación. Era lógico que sucediera. Sin embargo, he leído con sorpresa algunas de las conclusiones difundidas a través de Internet. Y no puedo ignorarlas, a pesar de no compartirlas.
Se ha tratado de ligar la reunión de los países más industrializados del mundo, efectuada a principios de abril, con la visita a México del presidente de los Estados Unidos, Barak Obama y un “sorpresivo” anuncio que mantuvo a México y al mundo en alerta por la difusión del virus de la influenza A.
De acuerdo con la hipótesis difundida, los gobernantes de los países más poderosos del planeta, habrían llegado a la conclusión de que la economía mundial necesita un cambio, y que el Fondo Monetario Internacional destinaría 500 mil millones de dólares para ayudar a las economías emergentes.
Siempre según estos brillantes analistas, desde hace más de dos años la industria farmacéutica a nivel mundial tendría problemas financieros por la baja en la venta de medicamentos.
A decir de estos fantasiosos alarmistas, la única manera de reactivar la economía, además de la guerra, es la creación de enfermedades.
En este caso, México sería un “perfecto trampolín” para lanzar la enfermedad, porque de ahí serían contagiados los turistas de diversas partes del planeta.
Además, los medios de comunicación se ocuparían de la influenza y no de la crisis financiera, lo que representaría un beneficio para los malosos banqueros y para las bolsas del mundo. La brillante -y anónima- disertación, menciona también que el citado fondo del FMI serviría para cubrir las pérdidas que la epidemia generaría en la economía mexicana, y pone en duda los contagios y las defunciones. En realidad compara lo ocurrido con las tomadas de pelo del estilo del chupacabras, los ovnis o la leche contaminada.
En realidad todo parece indicar que se trata de iniciar una guerra de desinformación que no puede tener un ganador.
También la actriz Ofelia Medina lanzó sus conclusiones que circulan en la red. Para ella, luego de la alerta epidemiológica, “muchos negocios de la ciudad... han sufrido terribles bajas, menos las farmacias que han aumentado sus ventas entre un 300 a 500 por ciento”.
Con preguntas como “¿quién(es) se beneficia(n) de todo esto?, ¿Con quiénes del -¿gobierno?- se "entienden" las compañías farmacoquímicas? ¿Quién tiene la concesión y distribuye los tapabocas?” la actriz pone en duda la veracidad del hecho y más aún, nuevamente a modo de pregunta señala: “¿Es ésta increíble situación que estamos viviendo (en la que... fuimos echados de parques, por uniformados que nos pedían irnos a nuestras casas) un ensayo de la suspensión de nuestras “Garantías Individuales”? ¿Es el decreto presidencial... un intento torpe de justificar acciones violatorias de nuestras garantías?
Desde el país de la bota solamente me queda decir que me siento más desinformada que nunca y que no alcanzo a comprender dónde termina el problema sanitario y dónde comienza el oportunismo político.
Leo con tristeza que la epidemia de inflienza A H1N1 causará dn México una pérdida de entre el 0.3 y el 0.5 por ciento del Producto Interno Bruto. Se trata de un golpe terrible, que se sentirá por partida doble en un momento de recesión mundial.
Me pregunto si es posible para un país como el nuestro, lleno de por sí de graves problemas, sufrir más de la cuenta y si existe una o más mentes maquiavélicas capaces de provocar un problema tan terrible a más de cien millones de mexicanos que de plano ya no ven lo duro sino lo tupido.
Por lo pronto, la epidemia, que al parecer es menos grave de lo que se temía, registra de acuerdo con las cifras de la OMS en todo el planeta mil 490 personas contagiadas y treinta personas fallecidas.
En tanto, Barak Obama ha garantizado el apoyo para México, señalando que “los buenos vecinos trabajan juntos”. No obstante la esperanza que el nuevo presidente estadounidense representa para muchos, habría que estar atentos a que la presencia de nuestros vecinos no sea excesiva y los mexicanos no terminemos oficializando nuestra sumisión, a modo de agradecimiento por la ayuda recibida.
En este momento es necesario esperar y no permitir que el pánico y las especulaciones absurdas se apoderen de nosotros. Mantener la calma y la objetividad no es fácil, pero francamente, es lo único que queda por hacer ante una situación que nos obliga una vez más a hacer hasta lo imposible por recomenzar. ¿Será que después de tantos golpes los mexicanos ya estamos acostumbrados precisamente a eso, a empezar de nuevo?
Los días de la influenza...
Publicado en el Semanario Punto. Toluca, México.
28 de abril, 2009
Esta semana, queridos paisanos, tengo poco por decir. Los hechos hablan por sí solos y no me gustaría llenar con palabras inútiles este valioso espacio.
En el país de la bota recibo con estupor las noticias que tienen que ver con la epidemia de influenza que ataca a mi patria.
Los diferentes medios de comunicación informan de acuerdo con su proprio estilo. Algunos buscan el rating, otros se limitan a cumplir con su deber. De investigación periodística, ni hablar.
A través de Internet se encuentran las teorías más extravagantes que explican el origen del nuevo virus. Lo cierto es que sea cual sea la causa, esta vez el problema existe. No es una invención, Por desgracia no se trata de una leyenda urbana.
Las explicaciones varían. Las cifras, por muy maquilladas que estén, reflejan una realidad complicada que se está verificando en una nación ya de por sí llena de dificultades.
En este momento, visto desde afuera el problema tiene una única solución: organizarse. En la medida en que los mexicanos sean responsables y se comporten civilizadamente, podría detenerse la propagación del virus a gran escala.
Es un combate a la ignorancia. Esta vez se pelea por la vida, y si la lucha es frontal y las acciones se ejercen a tiempo, México será de nuevo ejemplo de que es posible derrotar al propio destino.
Espero solamente que nadie caiga en alarmismos inútiles, que se acaben las especulaciones que lo único que provocan es miedo. Porque un país asustado no puede combatir.
Lo único que me queda por hacer es citar una crónica firmada por.Paolo Flores d'Arcais y publicada por el diario La Repubblica. El periodista y filósofo italiano describe a la ciudad de México como un lugar que “a pesar de su filosófica convivencia con la violencia, la contaminación y los terremotos siempre ha permanecido viva, ruidosa, alegre”...
En eso radica nuestro surrealismo. Somos el país que sufre y canta. Tenemos mil problemas y cuando se trata de enfrentarlos, encontramos siempre la mejor manera para salir airosos.
Nuestro ingenio no tiene límites y cuando se trata de casos difíciles solamente nos queda afrontarlos con humor, con una especie de resignación muy nuestra, una característica única.
No dejemos de sentirnos vivos, de ser ruidosos, de estar alegres. El optimismo, la auténtica mexicana alegría y una enorme dosis de colaboración y solidaridad son en este momento la única fórmula por aplicar.
Desde Italia un abrazo solidario.
28 de abril, 2009
Esta semana, queridos paisanos, tengo poco por decir. Los hechos hablan por sí solos y no me gustaría llenar con palabras inútiles este valioso espacio.
En el país de la bota recibo con estupor las noticias que tienen que ver con la epidemia de influenza que ataca a mi patria.
Los diferentes medios de comunicación informan de acuerdo con su proprio estilo. Algunos buscan el rating, otros se limitan a cumplir con su deber. De investigación periodística, ni hablar.
A través de Internet se encuentran las teorías más extravagantes que explican el origen del nuevo virus. Lo cierto es que sea cual sea la causa, esta vez el problema existe. No es una invención, Por desgracia no se trata de una leyenda urbana.
Las explicaciones varían. Las cifras, por muy maquilladas que estén, reflejan una realidad complicada que se está verificando en una nación ya de por sí llena de dificultades.
En este momento, visto desde afuera el problema tiene una única solución: organizarse. En la medida en que los mexicanos sean responsables y se comporten civilizadamente, podría detenerse la propagación del virus a gran escala.
Es un combate a la ignorancia. Esta vez se pelea por la vida, y si la lucha es frontal y las acciones se ejercen a tiempo, México será de nuevo ejemplo de que es posible derrotar al propio destino.
Espero solamente que nadie caiga en alarmismos inútiles, que se acaben las especulaciones que lo único que provocan es miedo. Porque un país asustado no puede combatir.
Lo único que me queda por hacer es citar una crónica firmada por.Paolo Flores d'Arcais y publicada por el diario La Repubblica. El periodista y filósofo italiano describe a la ciudad de México como un lugar que “a pesar de su filosófica convivencia con la violencia, la contaminación y los terremotos siempre ha permanecido viva, ruidosa, alegre”...
En eso radica nuestro surrealismo. Somos el país que sufre y canta. Tenemos mil problemas y cuando se trata de enfrentarlos, encontramos siempre la mejor manera para salir airosos.
Nuestro ingenio no tiene límites y cuando se trata de casos difíciles solamente nos queda afrontarlos con humor, con una especie de resignación muy nuestra, una característica única.
No dejemos de sentirnos vivos, de ser ruidosos, de estar alegres. El optimismo, la auténtica mexicana alegría y una enorme dosis de colaboración y solidaridad son en este momento la única fórmula por aplicar.
Desde Italia un abrazo solidario.
Stalking: amores problemáticos
Publicado en el Semanario Punto. Toluca, México.
21 de abril, 2009
Esta semana he decidido tocar un tema que muy probablemente en ocasiones viene discriminado por los medios de comunicación, debido a que no corresponde a los grandes temas que llenan los espacios mediáticos y tienen un rating importante.
Digamos que lo stalking, es una de las realidades cotidianas que sabemos que existen, que probablemente vemos pero que simplemente no tienen una especial importancia quizá porque son demasiado incómodas para ser aceptadas con facilidad.
Stalking es el término inglés que literalmente quiere decir “perseguir”, y que se refiere a una serie de comportamientos por los cuales un individuo persigue a otra persona, generalmente del sexo opuesto, generando estados de ansiedad y miedo, que pueden llegar a comprometer el desarrollo normal de la vida rutinaria.
Tal persecusión tiene lugar a través de reiterados intentos de comunicación verbal y escrita, y de constantes intervenciones en la vida privada de la víctima.
En Italia, a partir del pasado mes de febrero fue aprobado un decreto de ley propuesto por el Ministerio de la Igualdad de Oportunidades. El citado decreto previene penas hasta de cuatro años para quienes incurran en conductas catalogadas como stalking.
En términos prácticos, generalmente el citado fenómeno tiene lugar entre parejas que recientemente se han separado y en las cuales uno de los dos integrantes simplemente no se resigna y decide que debe perseguir a su ex en todas las formas posibles: por teléfono, en persona, y hasta a través de los sistemas cibernéticos de comunicación.
El punto interesante es precisamente saber que los hombres y las mujeres italianas cuentan con una protección legal contra las situaciones incómpdas que se suscitan en su vida personal y que podrían degenerar en un serio problema para su integridad física y/o emotiva.
Y aunque parezcan hechos lejanos a la realidad de un país de primer mundo, las cifras registradas luego de que la mencionada ley entró en vigor hablan por sí solas: en los primeros treinta días fueron denunciados 54 casos de stalking.
De acuerdo con el Observatorio Nacional del Stalking de Italia (ONS) uno de cada cinco italianos ha sido objeto de molestias de este tipo al menos una vez en la vida. De ellos, 80 por ciento son mujeres, aunque cabe aclarar que el número de víctimas del sexo masculino ha aumentado en los últimos años.
De hecho, es tan importante el fenómeno que involucra al 20 por ciento de la población del país de la bota. En el 80 por ciento de los casos la víctima conoce al autor de las molestias que en promedio se prolongan por alrededor de cinco años y medio. El stalker es generalmente ya sea la pareja o la ex pareja, (50 por ciento de los casos) un vecino (25 por ciento) o un familiar (cinco por ciento).
Lo más impactante del asunto son las consecuencias de tales persecusiones: en el 70 por ciento de los casos las víctimas sufren disturbios psicológicos como ansia o insomnio, e incluso en casos extremos intentan el suicidio.
Sin embargo, la parte preocupante del problema en Italia es que al parecer solamente se denuncia el 17 por ciento de los casos. En efecto con la ley creada a propósito, el gobierno del país de la bota pretende que aumente el número de denuncias y que sean evitados los casos terribles de violencia física.
Basta decir que siempre de acuerdo con el ONS con, el 10 por ciento de los homicidios dolosos registrados en Italia del 2002 al 2008 tuvieron como antecedente episodios de molestias con las características del stalking.
A decir verdad el fenómeno tendría que ser considerado también en realidades como la mexicana. Por eso es importante también conocer lo que el ONS reporta como las características de quien incurre en molestias que tienen que ver con el stalking.
A pesar de que no se puede hablar de un perfil standard, porque se trata de un fenómeno transversal que puede manifestarse en personas cuya edad va de los 17 a los 70 años, entre obreros, empleados y hasta empresarios. Pero la característica principal y común es que se trata de grandes manipuladores. En realidad, los rasgos de comportamiento de un manipulador obedecen a una lista de 30 conductas, entre los cuales podemos destacar algunas, como el hecho de que culpabiliza a los demás en nombre del vínculo familiar, de la amistad, del amor, de la conciencia profesional, etc; hace creer a los otros que tienen que ser perfectos, que no deben cambiar nunca de opinión, que deben saberlo todo y responder inmediatamente a las demandas y preguntas; hace transmitir sus mensajes a otras personas o los comunica de forma indirecta (por teléfono en lugar de cara a cara o dejando notas escritas )
El manipulador sabe hacerse la víctima para que se le compadezca, utiliza los principios morales de los demás para satisfacer sus necesidades, amenaza de forma encubierta o hace un chantaje abierto, miente, falsea los hechos para averiguar la verdad , deforma e interpreta, es egocéntrico, puede ser celoso aunque se trate de un pariente o un cónyuge; no soporta la crítica y niega la evidencia; no tiene en cuenta los derechos, las necesidades y los deseos de los demás; induce a hacer cosas que probablemente no se harían por voluntad propia y es constantemente objeto de conversación entre personas que lo conocen, aunque no se encuentre presente.
En pocas palabras: el stalking es un fenómeno digno de atención del que no estamos exentos y que en todo caso, aunque no haya una ley que lo castigue debemos detectar, por los peligros que conlleva.
Digamos que en la naturaleza humana está la inseguridad que genera conductas de manipulatorias y lleva a incurrir en actos indebidos como el stalking. Lo importante es prevenir y curar el mal social que por desgracia es potencialmente motivo de situaciones graves que incluso pueden degenerar en crímenes violentos.
En este sentido los gobiernos de países particularmente sensibles a estas situaciones o a otras semejantes -incluyendo obviamente a las autoridades mexicanas- bien podrían y deberían hacer un serio análisis, tomar nota de los resultados y actuar en consecuencia.
21 de abril, 2009
Esta semana he decidido tocar un tema que muy probablemente en ocasiones viene discriminado por los medios de comunicación, debido a que no corresponde a los grandes temas que llenan los espacios mediáticos y tienen un rating importante.
Digamos que lo stalking, es una de las realidades cotidianas que sabemos que existen, que probablemente vemos pero que simplemente no tienen una especial importancia quizá porque son demasiado incómodas para ser aceptadas con facilidad.
Stalking es el término inglés que literalmente quiere decir “perseguir”, y que se refiere a una serie de comportamientos por los cuales un individuo persigue a otra persona, generalmente del sexo opuesto, generando estados de ansiedad y miedo, que pueden llegar a comprometer el desarrollo normal de la vida rutinaria.
Tal persecusión tiene lugar a través de reiterados intentos de comunicación verbal y escrita, y de constantes intervenciones en la vida privada de la víctima.
En Italia, a partir del pasado mes de febrero fue aprobado un decreto de ley propuesto por el Ministerio de la Igualdad de Oportunidades. El citado decreto previene penas hasta de cuatro años para quienes incurran en conductas catalogadas como stalking.
En términos prácticos, generalmente el citado fenómeno tiene lugar entre parejas que recientemente se han separado y en las cuales uno de los dos integrantes simplemente no se resigna y decide que debe perseguir a su ex en todas las formas posibles: por teléfono, en persona, y hasta a través de los sistemas cibernéticos de comunicación.
El punto interesante es precisamente saber que los hombres y las mujeres italianas cuentan con una protección legal contra las situaciones incómpdas que se suscitan en su vida personal y que podrían degenerar en un serio problema para su integridad física y/o emotiva.
Y aunque parezcan hechos lejanos a la realidad de un país de primer mundo, las cifras registradas luego de que la mencionada ley entró en vigor hablan por sí solas: en los primeros treinta días fueron denunciados 54 casos de stalking.
De acuerdo con el Observatorio Nacional del Stalking de Italia (ONS) uno de cada cinco italianos ha sido objeto de molestias de este tipo al menos una vez en la vida. De ellos, 80 por ciento son mujeres, aunque cabe aclarar que el número de víctimas del sexo masculino ha aumentado en los últimos años.
De hecho, es tan importante el fenómeno que involucra al 20 por ciento de la población del país de la bota. En el 80 por ciento de los casos la víctima conoce al autor de las molestias que en promedio se prolongan por alrededor de cinco años y medio. El stalker es generalmente ya sea la pareja o la ex pareja, (50 por ciento de los casos) un vecino (25 por ciento) o un familiar (cinco por ciento).
Lo más impactante del asunto son las consecuencias de tales persecusiones: en el 70 por ciento de los casos las víctimas sufren disturbios psicológicos como ansia o insomnio, e incluso en casos extremos intentan el suicidio.
Sin embargo, la parte preocupante del problema en Italia es que al parecer solamente se denuncia el 17 por ciento de los casos. En efecto con la ley creada a propósito, el gobierno del país de la bota pretende que aumente el número de denuncias y que sean evitados los casos terribles de violencia física.
Basta decir que siempre de acuerdo con el ONS con, el 10 por ciento de los homicidios dolosos registrados en Italia del 2002 al 2008 tuvieron como antecedente episodios de molestias con las características del stalking.
A decir verdad el fenómeno tendría que ser considerado también en realidades como la mexicana. Por eso es importante también conocer lo que el ONS reporta como las características de quien incurre en molestias que tienen que ver con el stalking.
A pesar de que no se puede hablar de un perfil standard, porque se trata de un fenómeno transversal que puede manifestarse en personas cuya edad va de los 17 a los 70 años, entre obreros, empleados y hasta empresarios. Pero la característica principal y común es que se trata de grandes manipuladores. En realidad, los rasgos de comportamiento de un manipulador obedecen a una lista de 30 conductas, entre los cuales podemos destacar algunas, como el hecho de que culpabiliza a los demás en nombre del vínculo familiar, de la amistad, del amor, de la conciencia profesional, etc; hace creer a los otros que tienen que ser perfectos, que no deben cambiar nunca de opinión, que deben saberlo todo y responder inmediatamente a las demandas y preguntas; hace transmitir sus mensajes a otras personas o los comunica de forma indirecta (por teléfono en lugar de cara a cara o dejando notas escritas )
El manipulador sabe hacerse la víctima para que se le compadezca, utiliza los principios morales de los demás para satisfacer sus necesidades, amenaza de forma encubierta o hace un chantaje abierto, miente, falsea los hechos para averiguar la verdad , deforma e interpreta, es egocéntrico, puede ser celoso aunque se trate de un pariente o un cónyuge; no soporta la crítica y niega la evidencia; no tiene en cuenta los derechos, las necesidades y los deseos de los demás; induce a hacer cosas que probablemente no se harían por voluntad propia y es constantemente objeto de conversación entre personas que lo conocen, aunque no se encuentre presente.
En pocas palabras: el stalking es un fenómeno digno de atención del que no estamos exentos y que en todo caso, aunque no haya una ley que lo castigue debemos detectar, por los peligros que conlleva.
Digamos que en la naturaleza humana está la inseguridad que genera conductas de manipulatorias y lleva a incurrir en actos indebidos como el stalking. Lo importante es prevenir y curar el mal social que por desgracia es potencialmente motivo de situaciones graves que incluso pueden degenerar en crímenes violentos.
En este sentido los gobiernos de países particularmente sensibles a estas situaciones o a otras semejantes -incluyendo obviamente a las autoridades mexicanas- bien podrían y deberían hacer un serio análisis, tomar nota de los resultados y actuar en consecuencia.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)