miércoles, 11 de noviembre de 2009

Patrones a la italiana

Publicado en el Semanario Punto. Toluca, México.
11 de noviembre, 2009


Esta semana escribo luego de reflexionar largamente acerca del comentario de una persona que vive en México, relativo a la creencia de que Italia, por ser un país que pertenece al (mal) llamado primer mundo está exenta de crisis y de problemas sociales como los que se viven en mi país de origen.
La verdad es que cuando escucho ciertas apreciaciones, no puedo más que callar para no discutir. Es como si de repente todos los sufrimientos, los problemas, los dolores económicos, políticos y sociales se concentraran en México, mientras que todo el bienestar y el desarrollo estuvieran del otro lado del Atlántico, en la vieja e idealizada Europa.
Señores: no todo lo que brilla es oro.
Me permito ahora citar un caso que me toca de cerquita. Me excuso anticipadamente por hablar de mí, pero en este espacio considero necesario exponer una situación que me toca directamente y que tiene al borde de la desesperación al menos a siete mil personas en el territorio italiano.
Antes que nada, explico que dada la situación de carencia de oportunidades laborales que se vive en este país, que no es muy diferente a la realidad mexicana, me he visto obligada a trabajar en un call center, vendiendo al teléfono vino italiano en Inglaterra.
El trabajo de vendedora no es desagradable en sí mismo, digamos que mientras era posible trabajar por comisión era una actividad bien remunerada. Por un trabajo de tres horas y media diarias se podían alcanzar ingresos de hasta mil 500 euros mensuales (alrededor de 27 mil pesos). Obviamente, con un contrato como ese, que entre otras cosas es obligatoriamente a tiempo determinado, quedan excluídas todas las prestaciones que tiene un dependiente. Es decir: nada de incapacidades por enfermedad, cero aguinaldo y de las vacaciones ni hablar.
Nada de sueldo base. Pero por un salario así, se puede perdonar la situación. Lástima que la empresa a partir de enero de 2009, con el pretexto de la crisis económica haya decidido que los contratos por comisión ya no eran convenientes y haya obligado a los colaboradores a firmar contratos por un salario mensual de 580 euros, aunque contando con las prestaciones que antes no tenían. Esto quiere decir que una vez eliminadas las comisiones, se perciben solamente siete euros por hora de trabajo, lo que implica una pérdida considerable en cuanto a ingresos y una vergüenza porque se trata de una retribución francamente ridícula en un país donde no hay dinero que alcance para mantener un nivel de vida al menos digno.
Para quienes se pregunten cómo funciona un call center en Italia, basta decir que se trata de un enorme espacio lleno de computadoras y audífonos. Un lugar cuyas condiciones de higiénicas dejan sinceramente mucho por desear.
Es una enorme sala que a veces, en una palabra, apesta, donde practicamente nadie tiene un lugar fijo asignado. Un lugar donde unos cuantos jovencitos altaneros, nombrados supervisores por algún misterio indescifrable, cumplen su papel de capataces y cada que recuerdan se ponen a gritar a todo pulmón: “¡vaaamos, muchachos!” en un intento inútil por parecer simpáticos y estimular la producción.
Es un sitio lleno de vendedores sin rostro y sin nombre, donde el eventual placer momentáneo del comercio a distancia termina cuando el supervisor inicia la prédica: “¡Hemos vendido muy poco! ¡La empresa requiere dinero!”
Lo malo es que la compañía insiste en obligar a los empleados a llamar a las mismas personas que una semana antes ya dijeron que no quieren comprar o simplemente no desean ser molestadas. El call center italiano promedio es simplemente un moderno centro de esclavitud. Y no exagero.
Pero es la nueva realidad en el país. Es trabajo precario que no ofrece un futuro cierto a los miles de jóvenes, amas de casa y hombres en edad productiva que se ven orillados a tomar ese empleo porque en el mercado laboral del país no hay una oferta alentadora.
Dentro del universo de los trabajos a tiempo determinado, que en nuestros días son prácticamente la única opción en Italia, el call center es una de las posibilidades menos terribles, pero es, de cualquier manera, un trabajo monótono, que exige concentración y nervios de acero, a cambio de cero posibilidades de realización personal, salario bajo y ninguna prestación.
La empresa llamada Phonemedia, tiene en Italia 13 call centers, y cuenta con alrededor de 7 mil empleados en todo el territorio italiano. No obstante se trate de una compañía más bien importante, ha complicado la situación de sus asalariados desde enero de este año.
El inicio fue anunciar que era necesario “hacer un esfuerzo” y aceptar que el sueldo mensual fuese dividido en dos, contrariamente a la costumbre de recibir el total en una sola entrega.
Las fechas definidas por la propia empresa para erogar el salario poco a poco comenzaron a no ser respetadas, lo que propició un descontento que con el tiempo se convirtió en auténtico enojo, cuando en agosto el sacrosanto sueldo dejó de llegar. Hasta la fecha simplemente no se ha hecho la luz.
Y fue ahí cuando se destapó la cloaca. El emprendedor Fabrizio Cazzago decidió finalmente vender su negocio, Phonemedia, a un grupo cuyo origen nadie conoce: Omega, que al parecer tiene como misión rescatar las empresas al borde de la quiebra con el fin de llevarlas al punto del recorte primero y del cierre después.
Toda una estrategia que permite tomar toda la liquidez de las empresas que son compradas y deshacerse de lo que no sirve, en este caso los empleados, para después declararse en quiebra. Así de sencillo.
La agitación prevalece en todas las sedes de Phonemedia, donde de norte a sur se registran paros, huelgas, manifestaciones y plantones. Es tal la desesperación que se vive, que se han suscitado casos de empleados que se han presentado en su lugar de trabajo, cuchillo en mano, exigiendo el pago de los dos meses de salario que no han recibido, porque obviamente no pueden más con el estrés y tienen necesidades inmediatas por satisfacer, como dar de comer a sus hijos o pagar los servicios o la renta.
Hasta ahora, solamente ha sido posible arrancar a los nuevos dueños la promesa de que los dos meses de sueldo que los trabajadores no han recibido llegarán en abonos facilitos los días 10, 20 y 30 de noviembre. Si no... huelga permanente y ocupación de las instalaciones.
Toda esta historia que hoy me permito contar es solamente una pequeña parte de la realidad que se vive en un país de primer mundo. Para quien piense que solamente se sufre en América Latina. En todos lados se cuecen habas.
Esta vez no he hablado de Berlusconi, ni de televisión, ni de políticos ni de temas lejanos a la vida cotidiana. Hoy he hablado de una historia cercana, difícil, dolorosa. Porque mirar la desesperación en los ojos de mis compañeros de trabajo, saber que sufren la angustia de ver pisoteada su dignidad y tienen miedo de un futuro incierto me parece importante.
Y me parece importante también que quienes tienen la paciencia de seguir este espacio se den cuenta de que en el fondo, no hay mucha diferencia entre los problemas que se viven en un país como Italia y aquéllos que aquejan a los mexicanos.
Hay momentos en que pienso que el primer mundo no existe, que es más bien una creación del imaginario colectivo.
Sé de buena fuente que otras naciones como Alemania, Francia e incluso Inglaterra tienen problemas similares al que acabo de relatarles, en que el trabajo precario y/o el desempleo están haciendo estragos.
A fin de cuentas, llego a la conclusión de que el sufrimiento es universal. La injusticia, por desgracia, también. Esa es la verdadera crisis. No la que se difunde en los medios, la que para algunos ya pasó y para otros nunca se ha ido desde hace años. Y que la situación cambie probablemente sólo está en las manos de nosotros, la gente común de aquí y de allá.

3 comentarios:

  1. Hola:

    Totalmente de acuerdo, el primer mundo no existe.

    Yo nunca he salido de Mexico, pero trabajar en contaminacion ambiental me permite comparar a los paices desde un punto de vista objetivo, la contaminacion se mide y sus efectos tambien.

    Todos los paices estan igual, es un efecto de la glovalizacion. El ultimo pais que se "salvo" de una crisis economica mundial fue la URSS en la gran depresion de 1929. Y no esta claro que tan bien se libro.

    Lo que escribes se parece bastante a los relatos de los trabajadores de la maquila en Ciudad Juarez y en Puebla, a las costureras en Queretaro y a los trabajadores de la construccion en cualquier parte de Mexico.

    Yo creo que eso de primer mundo es un invento de los grandes capitalistas y los gobiernos del G8 para justificar que el resto de los paices pidan prestamos con intereses mas altos que los de ellos, para justificar que la gente capacitada migre y trabaje en sus paices y para justificar que ellos si pueden hacer investigacion y el resto del mundo debe comprar su tecnologia.

    Saludos y suerte en la busqueda de oportunidades.

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  2. Hola María, hola Hluot.

    Es terrible lo que pasa en el mundo, el mundo del neoliberalismo, no hay que salir de México para darse cuenta de eso, los Call Center de Europa están en cualquier parte.

    Yo tengo la experiencia con ellos, por ejemplo si hablas a Lufthansa, no a la ciudad de México sino a la línea internacional, te pueden contestar en Sudáfrica, con un acento alemán de Polonia o de algún país de lo que fue la URSS, si te hablan de España, de alguna compañía de seguros lo más probable es que te hable una persona de centro o sur América. Ahí te das cuenta de que en la otra línea esta una persona presionada por un supervisor. El cual seguramente tampoco conoce a los dueños de esos Call Center y vive presionado por las llamadas.

    Cuando describes las condiciones de trabajo me da escalofríos, me recuerda la primera vez que entré a una maquiladora, por cierto una maquiladora limpia y con un trato humano excelente por parte de los dueños (Norteamericanos y alemanes) un largo galerón con mesas de trabajo…mi impresión fue sentir que estaba en un establo, en una bodega enorme, pero en lugar de animales se encontraban sentadas mujeres cociendo pieles.

    Tal vez para muchos suene extraordinario ganar 7 euros la hora, claro deberemos de pensar lo que cuesta pagar una renta en Italia, la luz o la calefacción, ¿Nadie ha dicho que te cobran por ver la televisión o escuchar la radio? Nadie ha dicho el precio de los alimentos, de los seguros médicos, de los precios de vivir en el primer mundo…no Italia no es el paraíso, Europa no lo es, y mucho menos con la discriminación que ahora existe, esos muros invisibles que han puesto en sus fronteras. El neoliberalismo o el libre mercado ha traído graves consecuencias, la adopción del euro otra más terrible para ustedes, por no citar los otros males que sufre Italia.

    Saludos, y retiro lo dicho, algunos italianos se ponen feos a los 40 pero no todos.

    Un abrazo hasta la bota.

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  3. Gracias Menospausas. Dos cosas: no nos cobran por ver toda la tele o toda la radio: solamente la RAI, que es el sistema de Radio y TV del Estado. Y afortunadamente no pagamos seguros médicos.
    Italia no es el paraíso, Europa no es el paraíso. Pero México y América Latina tampoco lo son. La verdad es que yo no creo que exista el paraíso en la tierra.
    Y bueno, hablando de cosas más amables... Cuarentones italianos aparte de mi marido, pues Eros Ramazzotti y Raul Bova. Mmmmm! ¡Esa sí que es alta calidad! (Viéndolos como que sí me late la idea del paraíso) jajaja ¡Saludos Menospausas!

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