jueves, 26 de noviembre de 2009

La Robin Hood alemana

Publicado en el Semanario Punto. Toluca, México.
25 de noviembre, 2009

Para escribir el artículo de esta semana, deseo retomar una historia bizarra ocurrida en Alemania, que ha sido relatada en publicaciones de todo el mundo. Se trata del caso de la directora de la sucursal del banco VR Bank en la ciudad de Bornheim.
La mujer de 62 años, que en la crónica aparece como Erika B. ha cometido el grave delito de robar a los ricos para darle a los pobres.
Sí, tal como lo leen, se trata de una versión femenina y moderna de Robin Hood, que francamente en estos tiempos se antoja como un relato de ciencia ficción.
Resulta que la señora sentía una inusual piedad hacia los clientes que con fuertes necesidades económicas se acercaban al banco para solicitar créditos o simplemente para pedir que se les permitiera manejar su cuenta “en números rojos”, es decir, utilizando más dinero del que realmente tenían a disposición para cubrir sus carencias económicas.
Erika decidió entonces dar a esos clientes -que obviamente no contaban con referencias ni garantías- una mayor posibilidad de acción financiera y les concedió, utilizando su proprio criterio, por pura piedad y solidaridad humana, créditos desproporcionados a su capacidad de pago, como una forma de ayudarlos a salir de su precaria situación.
Para ello, tomó el dinero de las cuentas de los clientes ricos. Así, la Robin Hood alemana pudo ayudar a los clientes pobres por una cantidad total de 7.6 millones de euros. Y aunque obviamente cuando los pobres restituían el dinero éste era regularmente devuelto a las cuentas de los ricos, al menos un millón de euros se perdió para siempre, porque no faltó quien se pasara de listo y decidiera no regresar el préstamo que indebidamente Erika le había concedido.
Sin embargo, Erika B. fue descubierta, obviamente la despidieron del banco y ahora vive con una pensión de menos de mil euros mensuales y tuvo que vender todas sus posesiones para restituir el dinero que por su culpa se perdió.
Al parecer la mujer sufre una extraña síndrome llamada Helfersyndrom, que se manifiesta con una necesidad casi patológica de ayudar al prójimo a cualquier costo. De hecho, fue ése el argumento de su abogado defensor para justificar las acciones de su cliente.
Lo que realmente desconcierta es que realmente la señora Hood no sacó ningún provecho de las circunstancias y de todo el dinero que pasó frente a ella no tomó un solo centavo para su beneficio personal.
La verdad es que se trata de un caso que deja pensando seriamente. Mi primer impulso es el de hacer referencia a un refrán conocidísimo: ladrón que roba a ladrón, tiene cien años de perdón.
Porque con todo respeto para los señores banqueros, su sistema de administrar y prestar dinero -que por cierto en su forma moderna nació precisamente en Génova, Italia en 1406- es una de las formas más crueles de fomentar la desigualdad.
Son las leyes económicas y no pienso caer en el juego de protestar por lo que no tiene remedio. Sin embargo, es cierto que es precisamente la banca la institución que más influye, afecta, domina y controla nuestra vida cotidiana.
Me parece que de cualquier manera, el caso de Erika B. es uno de esos en que a pesar de todo, la declarada culpable sencillamente no tendría por qué pagar ni ser condenada. Simplemente porque se trata de una persona que se atrevió a luchar como mejor pudo contra un sistema en que los banqueros son siempre los más beneficiados.
Pensemos solamente que en caso de problemas, como ha sucedido ya durante la tan mencionada crisis, los banqueros saben que el gobierno siempre podrá salvarles con dinero del pueblo.
Lo peor es saber que en caso de emergencia, hasta quienes no pueden acceder a los servicios de la banca terminan pagando por la salvación de quienes les han negado créditos y beneficios.
Que los banqueros son privilegiados, no es una novedad. Basta ejemplificar con algunas cifras.
De acuerdo con información que he encontrado en Internet, para enero de este año, México tenía las tasas de interés en tarjetas de crédito más altas en América Latina, de hasta el 32 y 66% anual.
Y lo peor es saber que los bancos tratan de justificar ese robo descarado culpando a los clientes morosos y a la falta de seguridad jurídica para recuperar las garantías.
Ya lo dijo el empresario Carlos Slim en diciembre de 2008, “Los clientes de la banca están entrampados, no hay competencia para cambiar de banco y las altas tasas de interés crean graves problemas a las personas y peores a las instituciones que otorgar los créditos”
Digamos que en todo el mundo occidental el problema son los bancos, los banqueros y todos los gobiernos consentidores y solapadores que no hacen otra cosa que ceder incondicionalmente ante los intereses de los grandes capitales.
No es en vano pensar que el origen de la crisis global está en parte en “las numerosas quiebras financieras, nacionalizaciones bancarias, constantes intervenciones de los Bancos centrales de las principales economías desarrolladas, profundos descensos en las cotizaciones bursátiles y un deterioro de la economía global real, que ha supuesto la entrada en recesión de algunas de las economías más industrializadas”, de acuerdo con información que en la enciclopedia on line Wikipedia está al alcance de todos.
Hoy en día, por citar solo un problema que tiene que ver con los bancos, sabemos bien que acceder a un crédito para la pequeña y mediana empresa es una misión imposible y que en muchos países se están cerrando muchos lugares de trabajo por falta de liquidez, con las terribles consecuencias sociales y económicas que esto implica.
Sabemos también que en nuestra realidad cotidiana, somos las primeras víctimas de los banqueros y sin duda, nuestro bolsillo lo resiente y en muchos casos, está en juego también nuestra estabilidad emocional.
Obviamente no soy economista. Claramente hablo como ciudadana de a pie y de cualquier manera, me siento en grado de decir que francamente la señora Erika B. y su síndrome no me parece un caso que deba ser castigado.
La verdad es que lamento solamente que haya sido descubierta y que hoy se encuentre en una seria dificultad. Lo digo sinceramente. ¿Y usted cómo la ve?

2 comentarios:

  1. Yo tampoco soy economista, pero...

    Erika B presto 7.6 millones.
    Se perdio 1 millon.
    O sea, le regresaron 6.6 millones. El 86.84% de lo que presto, eso es mas que lo que se recupera cuando se hace inversion gubernamental en infraestructura.
    Creo que es mas de lo que recupera un banco por los prestamos a las personas, sin contar los rescates financieros.

    Seria cuestion de ver cuantas personas ayudó para obtener el beneficio percapita, pero yo tampoco dejaria que se fuera a la calcel.

    Mejor trataría de contratarla para que dirigiera una institucion financiera como el Grameen Bank de Muhammad Yunus:
    http://www.sicomoro-2.com/bancopobres.htm

    A final de cuentas, su "enfermedad" la capacita para ayudar y su formacion y experiencia son lo mejor para dirigir un banco de los pobres.

    Saludos

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  2. María, hola que gusto leerte y leer esta historia, en verdad me haces creer en la humanidad, sobre todo mucho más viniendo de una persona que trabajo para un banco ¿Síndrome de Helfersyndrom? Cómo nos encanta poner enfermedades cuando hacemos una buena acción. Claro que no me imagino a ningún banquero mexicano prestando sin perder ellos, y eso que sueltan tarjetas de crédito sin pedirlas ¿Estarán enfermos de Helfersyndrom? Solo que cobran intereses de lumbre.

    Mil gracias por contarme esta historia. ¿Cuantos banqueros o inversionistas en la bolsa hacen una buena acción que no beneficie a sus bolsillos? ¿Habrá alguno dentro del Fobraproa? Solo nosotros que seguimos pagando esos créditos y los peor a los más ricos...gracias,cómo siempre un placer saludarte. Y de paso saludar al buen Hluot.

    Saludos hasta la Bota, espero que no haga tanto frío en el Norte.

    Un abrazo

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