martes, 29 de mayo de 2012

"Veo un México con hambre y sed de justicia"

Publicado en el Semanario Punto. Toluca, 29 de mayo de 2012 Cuando hace algunos días empecé a enfrascarme en una de esas discusiones bizantinas con algunos desconocidos de las redes sociales, me quedé pensando muy seriamente en el giro que está tomando el actual proceso electoral. Me queda claro que los tiempos no son los mismos y que cuando una servidora era universitaria, en el México de entonces todavía resultaba difícil pensar en un cambio y sobre todo, en protestar para defenderlo. Así fue como en el lejano 1988 Cuauhtémoc Cárdenas “perdió” la presidencia de la república. Tan simple como una “caída del sistema”. Y los jóvenes de entonces no hicimos mucho para defendernos. Más bien dejamos pasar una oportunidad importante de que México tuviera una vida mejor. En el '94 fue peor. Peor porque por una vez el partidazo había decidido proponer un buen hombre como candidato a la presidencia. Y así como se encargó de encumbrarlo, decidió sencillamente eliminarlo. No estoy aquí para hacer una apología de Luis Donaldo Colosio. No es mi intención. Simplemente quiero refrescar la memoria sobre todo de los priístas, que por lo visto no quieren, no pueden o simplemente no les interesa mirar un poco hacia atrás. “Yo veo un México con hambre y sed de justicia. Un México de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberìan de servirla. De mujeres y hombres afligidos por abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales.” Parece un discurso pronunciado apenas ayer por cualquier político consciente. Son palabras que por desgracia no dejan de ser vigentes. A 18 años de distancia todavía tenemos hambre y sed de justicia. Y casi nadie quiere saciar esa hambre y esa sed. Lo peor del asunto es pensar que nadie nunca sabrá a ciencia cierta qué le sucedió a Colosio. Muchos suponemos, intuimos, especulamos, sospechamos. Pero nadie tiene la certeza. Es uno de esos misterios sin resolver que quedarán así para siempre, en la peor de las impunidades, porque no creo que a estas alturas haya quien de veras crea que el asesino actuó por cuenta propia. Fue el período más obscuro del PRI, en el que quienes votaron por Ernesto Zedillo lo hicieron por miedo a los zapatistas, miedo a la incertidumbre, miedo a la inestabilidad. Miedo que luego se convirtió en pavor cuando unos meses después el error de diciembre sumió en la desesperación a miles de familias. Pero volviendo a Colosio, me sigo preguntando si a los priístas no les duele, si no les avergüenza, si no les remuerde la conciencia no haber exigido justicia verdadera. Y sobre todo, empiezo a preguntarme si quienes hoy apoyan desesperada y apasionadamente a Enrique Peña Nieto tienen la mínima idea de lo que con Colosio pudo ser un gobierno priísta. Ya sé que muchos me dirán que es imposible considerar que Colosio de verdad podría representar un cambio importante. Admito que todo puede quedar en meras especulaciones. Pero vale la pena recordar al personaje, no obstante la postura de algunos que lo considerarán solamente retórica. “La legitimidad debemos ganarla día con día con nuestras propuestas, nuestras acciones y nuestros argumentos”, decía Luis Donaldo. Hoy parece que a los priístas, -principalmente a su candidato a la presidencia- se les ha olvidado lo que es la justicia. Hoy Enrique Peña Nieto se deslinda de todo, y con sus deslindes pretende borrar la historia de su partido, la triste historia de impunidad que ha marcado a nuestro país. El seis de marzo de 1994, Colosio decía frente al monumento a la Revolución: “no queremos ni concesiones al margen delos votos ni votos al margen de la ley.” Y hay una frase precisa que dicen fue la que le costó la vida al político sonorense: “los tiempos de la competencia politica son la gran oportunidad que tenemos como partido para convertir nuestra gran fuerza en independencia con respecto del gobierno.” A propósito, no olvidemos que esa independencia entre el partido y el gobierno no fue precisamente uno de los principios cuando gobernó Peña Nieto en el estado de México. Su ejercicio del poder fue sin duda marcado por un Congreso con una mayoría priísta y una oposición complaciente y con una marcada codependencia del partido que lo llevó al poder. Y no sólo eso. Su gobierno fue tan autoritario que como prueba tangible tiene los hechos de Atenco en el 2006. Colosio planteaba: “proponemos la reforma del poder para que exista una nueva relación entre el ciudadano y el Estado. Reformar el poder para democratizarlo y acabar con cualquier vestigio de autoritarismo. La sociedad mexicana demanda un cambio en las prácticas políticas. Yo veo un México convencido de que esta es la hora de las respuestas, un México que exige soluciones.” En la entidad mexiquense, gobernada por Peña Nieto no hubo respuestas, sino una tremenda represión. Cero respuestas, insisto, nulas acciones para favorecer a las mayorías, siempre tan necesitadas de todo, en la entidad más poblada del país y por ende, la más compleja. “Como partido de la estabilidad y la justicia social, nos avergüenza advertir que no fuimos sensibles a los grandes reclamos de nuestras comunidades, que no estuvimos al lado de ellas en sus aspiraciones, que no estuvimos a la altura del compromiso que ellas esperaban de nosotros. Tenemos que asumir esta autocritica y tenemos que romper con las pràcticas que nos hicieron una organizacion rigida.” Esa humildad y esa capacidad de asumir responsabilidades no las veo en el actual candidato del PRI a la presidencia. Peña -insisto- simplemente se deslinda, evita los golpes, responde con prepotencia, se siente intocable y simplemente considera que todo lo ha hecho bien. Ultimamente después de las manifestaciones de los jóvenes, Peña insiste en mostrarse como el ejemplo vivo de tolerancia, aunque a decir verdad su actitud no resulta para nada creíble. “Es la hora de cerrarle el paso al influyentismo, a la corrupción y a la impunidad.” Nada más lejos de un PRI que cada vez nos sorprende con nuevos y escandalosos casos. Los Moreiras y los Yarrington son los ejemplos más recientes. Por cierto que también de ellos se deslinda el candidato. Ya solamente le falta deslindarse del mismísimo PRI para mostrarse más limpio que un recién nacido apenas bautizado. El PRI ha cambiado mucho en 18 años. Pero lo ha hecho solamente para quedar igual. Ni siquiera queda el triste consuelo de que quien llegara a ser candidato a la presidencia fuera un hombre de experiencia amplia, de sólida formación política. A los 44 años, cuando fue nombrado candidato, Luis Donaldo había sido ya secretario de Desarrollo Social, diputado, senador y presidente nacional de su partido. Tenía un Doctorado en Economía Regional y Urbana obtenido en Viena, había sido profesor e investigador académico. Peña Nieto, curiosamente, tiene la misma edad que el malogrado Colosio. Con la sutil diferencia que ha hecho una de esas carreras “de elevador” y que si ha sido diputado local y gobernador del estado de México debe agradecerlo a su ángel de la guarda, porque de otra forma no se explica que con tan poca experiencia y su probada ignorancia haya alcanzado tales alturas. “Vengo de una cultura del esfuerzo y no del privilegio, como mis padres, como mis abuelos, soy un hombre de trabajo que confìa màs en los hechos que en las palabras pero por eso mismo soy un hombre de palabra que la empeno ahora mismo para comprometerme al cambio que he propuesto”, decía Colosio. Peña Nieto en cambio no podría decir lo mismo. Sabemos bien que viene de la cultura del privilegio y que su máximo esfuerzo es obligar a su mente a recordar los libros que ha leído y a controlar su ira, que sin embargo se nota que de pronto lo domina. Dije que esta no pretende ser una apología de Colosio, sin embargo no puedo pasar por alto su discurso, ese que dicen que le costó la vida porque en su momento no fue “palomeado! por Carlos Salinas. Lo malo es que los jóvenes de entonces no tuvimos el valor para convertirnos en “yosoy132” y dejamos pasar sin protestar siquiera un magnicidio. Les dejo uno de los extractos más significativos, con la única finalidad de recordarles que en el PRI alguna vez hubo quien se preocupó seriamente por cambiar el rumbo, y aunque por desgracia sus ideales no lo llevaron muy lejos, sí lo hicieron trascender. “‎"Es la hora de reformar el poder, de construir un nuevo equilibrio en la vida de la República, es la hora del poder del ciudadano, es la hora de la democracia en México, es la hora de hacer de la buena aplicación de la justicia el gran instrumento para combatir el cacicazgo, para combatir los feudos de poder, y el abandono de nuestras comunidades. Es la hora de cerrarle el paso al influyentismo, a la corrupción y a la impunidad."

2 comentarios:

  1. Haciendo un recuento de hechos desde la última vez que escribí por aquí y para dejar claro que no soy vidente ni tengo bolas de cristal:

    Los estudiantes de universidades privadas y públicas se manifiestan contra Peña Nieto porqué no se creen el cuento de Televisa.

    El Guardián, diario ingles, saca varios artículos donde dice que Peña Nieto y Televisa tienen un arreglo de mutua conveniencia para llevar al candidato a la Presidencia.

    El PRI lleva acarreados a un partido del TRI para contrarrestrar las pancartas del movimiento Yosoy132.

    El movimiento Yosoy132 Académicos exige al IFE que investigue la seriedad de las empresas encuestadoras porqué no es posible que obtengan los resultados que anuncian con un método basado en el rigor científico. O sea, las encuestas están cargadas a favor de un candidato.

    Peña Nieto se niega a participar en el debate de Yosoy132.

    El PRI y el PAN sacan al mismo tiempo comerciales contra AMLO.

    Vicente Fox declara que es necesario apoyar al candidato puntero, en este caso Peña Nieto.

    En serio, sin afán de ofender y con genuino interés por saber tu punto de vista ¿crees que se requiera una bola de cristal para ver un plan de fraude electoral?

    ¿En serio crees que el PRI piensa en ganar legítimamente las elecciones? ¿En serio crees que el PAN tiene aspiraciones de ganar la presidencia?

    Simplemente quiero saber el punto de vista de alguien con la suficiente inteligencia como para escribir más de media cuartilla cada semana.

    ¿En serio crees que Peña Nieto o Vázquez Mota ganarán las elecciones de forma honesta?

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  2. Creo que tú tienes también la suficiente inteligencia como para saber que nunca he planteado la posibilidad de un triunfo honesto ni de EPN ni de JVM. No entiendo muy bien dónde quieres llegar con tu razonamiento.
    Nunca he pensado ni que eres vidente ni que tienes una bola de cristal. Simplemente no entiendo bien lo que quieres decir.
    Creo que he fijado siempre mi postura con toda claridad, por lo mismo repito: nunca he creído, ni en serio ni en broma que los candidatos que mencionas puedan ganar honestamente. No comprendo el sentido de tu pregunta, supongo que es retórica.
    Gracias por considerar que tengo suficiente cerebro para escribir màs de media cuartilla a la semana. Me sobrevaloras. Buenas noches.

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