miércoles, 24 de marzo de 2010

La Iglesia católica y su vergonzosa doble moral...

Publicado en el Semanario Punto. Toluca, México.
23 de marzo, 2010
Esta mañana del 23 de marzo, escuchando las noticias y revisando los diarios italianos, no he podido evitar quedarme con la boca abierta ante lo que no sé si es un acto de inconsciencia, de fanatismo religioso, de cinismo o una simple falta de tacto de parte de un representante de una de las instituciones más desprestigiadas de los últimos tiempos.
Resulta que como preludio a las próximas elecciones regionales que se efectuarán en el país de la bota el domingo y el lunes próximos, el presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), el cardenal Tarcisio Bagnasco, dijo que electores católicos “deben votar contra los abortistas”.
El prelado afirmó que “la defensa de la vida, ante todo contra el delito inconmensurable del aborto en todas sus formas, es uno de los valores no negociables según los cuales los católicos deben votar en las próximas elecciones.”
No me parece -con todo respeto- el mejor momento para que la Iglesia católica intente influir en la decisión electoral de los italianos.
En realidad no creo que sea el mejor momento para que las altas jerarquías eclesiásticas traten de controlar la moral y/o la vida privada de nadie.
Lo sabemos todos, en estos días ha vuelto de nuevo al escenario mediático la terrible historia de los abusos sexuales cometidos por sacerdotes en diversas partes del planeta.
De hecho el papa Benedicto XVI ha intervenido directamente con una carta dirigida a las víctimas de abusos sexuales en Irlanda, misiva que sin embargo no ha satisfecho a los irlandeses, que esperaban que el Papa se disculpara por el ocultamiento de los delitos o por el hecho de que sacerdotes declarados culpables no fueran entregados a la policía sino trasladados a otra comunidad.
Nada de eso. La Iglesia a través de su máximo dirigente no ha hecho más que denunciar los “crímenes anormales”, la “ vergüenza y el deshonor”, la violación de la dignidad de las víctimas, el golpe infligido a la Iglesia “hasta un punto tal al que no habían llegado siquiera siglos de persecución”.
La carta del Papa habla de que “muy a menudo las práctica sacramentales y devocionales, la oración cotidiana y los retiros anuales” fueron “desatendidos”. “Y es en este contexto general” de “debilitamiento de la fe” y de “pérdida de respeto por la Iglesia y por sus enseñanzas” donde “debemos intentar comprender el desconcertante problema del abuso sexual de los menores”.
No se toca en ningún momento la realidad del problema, el que podría ser uno de los orígenes fundamentales de tan grave situación y es el hecho de que mientras los sacerdotes vivan en la antinaturalidad del celibato, tendrán dificultades psicológicas severas para controlar su sexualidad.
El teólogo español José María Castillo, a quien el papa Joseph Ratzinger retiró la jerarquía como catedrático de Teología en Granada por sus opiniones, asegura que “la única religión que queda en el mundo exigiendo a sus ministros la obligación de renunciar al matrimonio es la católica. Además, también es la única religión que se ve en la penosa situación de soportar tantas denuncias de curas que cometen abusos. No puede ser mera coincidencia”.
Y que conste que no pretendo reducir el problema a la existencia del celibato. Pero es importante. Como también es importante decir que mientras los sacerdotes no participen normalmente en la vida de la sociedad, es decir, mientras no sean padres de familia y conozcan profundamente las necesidades de los comunes mortales, continuarán a juzgar y a condenar situaciones tan delicadas y personales como son el derecho al aborto o -por ejemplo- las uniones entre personas del mismo sexo.
Por eso molesta la posición del cardenal Bagnasco, que decide así como así que es momento de dar una palmadita en la espalda a Silvio Berlusconi, tratando de influir en el ánimo de los electores católicos que deberían -según su punto de vista- decidir dar su voto a los políticos defensores de la vida.
No me parece una coincidencia que el mismo día el premier italiano haya elogiado la carta del papa a los irlandeses diciendo a través de un comunicado oficial y en nombre de su gobierno que envía "todo el afecto, cercanía y solidaridad del pueblo italiano" a Ratzinger y enfatiza el "carisma, la humildad y la respuesta extraordinariamente eficaz" de éste ante los abusos a menores por parte de sacerdotes católicos.
En pocas palabras, el premier y la Iglesia católica se hicieron uno para advertir acerca del peligro de dar el voto a quienes no son conservadores.
Esta especie de alianza llega en un momento en que Berlusconi gracias a los escándalos en que se ha visto involucrado siente la necesidad de convocar al pueblo católico italiano para combatir a sus enemigos políticos.
No me sorprenden las declaraciones hechas a la prensa por Tarcisio Bagnasco, que denuncia "las actitudes de anticristianismo radical y demencial" que se están "difundiendo por Europa de forma rastrera".
Se trata de una situación crítica para la Iglesia y para la derecha, de ahí que sea necesario que ambos unan sus fuerzas para tratar de dictar a los ciudadanos lo que deben hacer convirtiendo en materia electoral lo que en realidad pertenece a la esfera privada.
Aparte de todo, es sencillamente inútil aconsejar a los italianos votar por quien es contrario al aborto, simplemente porque en este país la interrupción de la gravidez es legal “dentro de los primeros noventa días de embarazo, en caso de que haya serio peligro para la salud física y psíquica de la madre; existan dificultades económicas, sociales o familiares; o bien ante el temor de anormalidades o malformaciones del que va a nacer.” Y esta ley fue aprobada desde el 22 de mayo de 1978, así que los comentarios de Bagnasco sinceramente parecen estar demás.
A decir verdad, se trata de una desafortunada e inútil intervención del clero que ultimamente no hace más que evidenciar una peligrosa y patética doble moral. Vergonzoso.

1 comentario:

  1. Segun yo, la única razón por la cual los sacerdotes catolicos deben mantener el celibato es la acumulación de riqueza por parte de la iglesia catolica.

    Si callar a un hijo de Marcial Maciel le costó a los Legionarios de Cristo 2 millones de dolares (más o menos), reconocer decendientes de otros sacerdotes llevaria a subastar la Capilla Sixtina. Se trata de evitar los derechos de los herederos, recuerda a los Borgia.

    No creo que se aprueben los matrimonios de religiosos (mujeres y hombres) por esa razón. Simple economía.

    Sobre los comentarios del Sr Bagnasco, tal vez el aborto sea legal en Italia desde 1978, pero la iglesia nunca dejará de insistir para que las leyes se amolden a sus dogmas. Penalizar el aborto en cualquier parte del mundo sería un triunfo (para ellos). Incluso un triunfo mayor que el evitar que se despenalice como se está peleando en México. Es algo así como la historia del hijo prodigo, las obejas descarriadas regresarían al corral.

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