jueves, 10 de febrero de 2011

Por la libertad de expresión... ¡salud!

Publicado en el Semanario Punto. Toluca, México.
09 febbraio, 2011
Esta semana no puedo dejar de hablar acerca de un tema que sinceramente me ha dejado mucho para pensar. Deseo precisar que no me he considerado nunca una defensora incondicional de la libertad de expresión porque a decir verdad en más de una ocasión se han etiquetado como derechos fundamentales de los periodistas acciones vergonzosas que han servido solamente para difamar a algunos personajes públicos.
En realidad siempre he pensado que entre los políticos y los periodistas hay una lucha contínua por el ejercicio del poder. Francamente creo que muchas veces bastan unas cuantas líneas escritas en el modo y en el medio justo para poner a temblar a los poderosos.
Funciona así desde siempre. Para acabar con carreras y reputaciones basta escribir y/o publicar en los medios electrónicos dos o tres consideraciones, difundir algunos rumores, fomentar la “opinionitis” entre los enemigos de quienes son el blanco de las críticas.
Por desgracia muchas veces el periodista calla y habla según un código ètico tan personal como sus aspiraciones. Por esa razón antes de defender la libre expresión prefiero siempre detenerme a analizar el caso específico.
Pero esta vez, frente a la situación de la periodista Carmen Aristegui, despedida en términos desconcertantes de su programa en la cadena de televisión MVS, no puedo sino sostener que se trata de una auténtica injusticia y que efectivamente, se está atentando contra el derecho no solamente de expresarse, sino de cuestionar a la autoridad, derecho que debería prevalecer a cualquier costo en una sociedad aparentemente democrática como la mexicana.
Me quiero concretar a los hechos. No me interesa prodigarme en opiniones, quisiera simplemente hacer un reporte detallado de lo que sucedió para que quien tiene la gentileza de leer estas líneas juzgue sin problemas lo ocurrido.
Todo comenzó cuando el pasado tres de febrero un grupo de diputados federales del Partido del Trabajo tuvieron la genial idea de subir a la tribuna de la Cámara con una manta muy particular, en la que se observaba una fotografía del presidente Felipe Calderón con los ojos irritados, y sobre la foto se leía: “¿Dejarías a un borracho que maneje tu coche? No, ¿verdad? ¿Entonces por qué dejas que gobierne tu país?”
Claro que de inmediato los diputados panistas comenzaron a rasgarse las vestiduras, especialmente porque a últimas fechas se ha decidido ejecutar un reglamento que precisamente se ocupa de regular y sancionar las manifestaciones en la cámara.
Los correligionarios del presidente Calderón argumentaron que se trataba de una “falta de respeto a las instancias institucionales” y obviamente exigieron el retiro de la manta, criticando a los petistas que “no quieren cumplir un reglamento que los obliga a ser ordenados, civilizados”. Criticaron la actitud de sus opositores y los invitaron a “que discutan y debatan en la tribuna con argumentos, con aspectos que puedan llevar trascendencia a esta cámara de diputados y a este país y no con circos mediáticos de los cuales los ciudadanos ya están cansados, verdaderamente cansados”.
La sesión se dio por terminada y la coordinadora de la bancada albiazul cerró con broche de oro el escándalo leyendo un comunicado (supongo que lo hizo para contribuir al circo mediático)en el que afirmaba que el grupo parlamentario que coordina “lamenta la vergonzosa actuacion de los legisladores que incurren en la injuria como método de protesta, no es sólo un agravio a la instución presidencial que merece todo el respeto de los mexicanos, del que Acción Nacional ha sido y será siempre respetuoso, sin importar la proveniencia partidista. Rechazamos la denostaciòn al Ejecutivo nacional y señalamos que así como la censura es enemiga de la libertad de expresión, también lo son la calumnia y la difamación.”
Sabias palabras, llenas de apego al presidencialismo que sin duda ha sido uno de los grandes males de nuestro país. Esa maldita costumbre de poner en un altar a la persona que en lugar de servir a los mexicanos se sirve de ellos para sentirse un semidios. Y que no me diga la señora diputada Vázquez que los panistas se han caracterizado por el respeto a sus rivales políticos, porque honestamente creo que en México no ha habido nunca una convivencia pacífica entre partidos, a menos que mi memoria se equivoque.
A partir de estos hechos, Carmen Aristegui comenzó a cuestionar. Y me permito transcribir lo que la periodista dijo, para que no quede lugar a dudas:
“Efectivamente el dia fue muy duro en San Lazaro. Pero regresemos al punto de la manta, es durisimo lo que ahí se plantea... pongámosle atención al asunto y dejemos la pregunta abierta. No es la primera vez que se habla de este tema, de un presunto alcoholimo de Felipe Calderón. Si usted es usuario de las redes sociales por ejemplo, pues en ese circuito de comunicación de la sociedad mexicana es frecuente ver expresiones que aluden a esa circunstancia que no podemos corroborar, no hay informacion específica, por lo menos nosotros no disponemos de ella para saber si efectivamente el presidente tiene o no problemas de alcoholismo. Pero es un tema delicado, por supuesto que hay que verlo con la gravedad del asunto, saber si hay o no ese problema, si hay o no esa problemàtica en la persona de Felipe Calderón Hinojosa. En las democracias del mundo suele verse de vez en vez que se piden estudios mèdicos para saber cuál es la condicion de los gobernantes, qué tipo de salud tienen, pues porque a final de cuentas están en una posición de altísima responsabilidad y las sociedades... requieren necesariamente saber cuál es la condición de quien está tomando decisiones a nombre del interés general. Por eso lo que ayer pasó y por lo que en el clima de lo que en las redes sociales se puede percibir con razon o sin ella si merecería una atención seria, una atención particular sobre esta interrogante: ¿tiene o no problemas de alcoholismo el presidente de la república?”
La periodista aclaró que es una información no confirmada. Me permití por ello señalar en negritas la afirmaciómn de Aristégui, que se atrevió a sugerir: “Debería la propia presidencia de la república dar una respuesta clara, nítida, formal al respecto. No hay nada de ofensivo me parece cuando alguien si es que fuera el caso atraviesa por un problema de esta naturaleza. El alcoholismo que es un fenómeno de salud muy estudiado, muy conocido, tiene diferentes explicaciones cuando sucede en las personas, requiere tratamiento. Es una situacion que no debe ser vista con caricatura, si es el caso, si efectigamente hay elementos firmes que hagan presumir efectivamente un problema de alcoholismo de Felipe Calderón, tendría que ser tratado con la seriedad del caso y me parece que efectivamente frente a lo que pasó en San Lázaro la respuesta mas fácil es denostar el asunto y criticarlo y decir que no es la manera en que los legisladores deben comportarse...dejemos la pregunta abierta y la petición formal a la presidencia de la república: ¿tiene o no problemas de alcoholismo Felipe Calderon.?Y esto merece una respuesta seria, formal y oficial de la propia presidencia de la república.”
La respuesta para Aristegui llegó y no precisamente de parte de Los Pinos, sino de la empresa MVS. “El pasado viernes 4 de febrero, la periodista Carmen Aristegui dio por válida una presunción, transgrediendo nuestro código ético y al negarse a ofrecer, como lo solicitó la empresa, una disculpa pública, decidimos dar por terminada nuestra relación contractual”.
Señores, con todo respeto, si estoy perdiendo mi capacidad para entender el idioma español, díganmelo, o al menos aclárenme en qué momento Aristegui dio por válida una presunción. Mejor respondan que simple y sencillamente encontraron el mejor pretexto para eliminar a una persona incómoda, o que realemente el tema de que Calderón está enfermito es tan terrible que lo mejor es ni siquiera tomarlo en cuenta, para que los mexicanos no se asusten o se preocupen por quien los está gobernando.
Me gustaría de veras que quienes se toman la molestia de leer este espacio leyeran con calma lo que dijo Carmen Aristegui. Me dediqué a transcribirlo a propósito, para que quienes no lo vieron o lo escucharon tuvieran la posibilidad de analizar con toda calma lo que causó el despido de una profesionista, cuyo estilo podrá gustar o no, pero que esta vez no hizo absolutamente nada para merecer un despido tan indecente.
Precisamente en Internet está disponible el video con el programa, para quien desee volver a escucharlo*, y de paso, si alguien me dice en qué parte la señora Aristegui “dio por válida una presunción”, avíseme por favor. Yo sinceramente pienso que lo único que hizo la periodista fue afirmar sin decirlo que “cuando el río suena, agua lleva” y con lo ocurrido, con ese afán de tapar el sol con un dedo, el río está sonando cada vez más.

*http://www.youtube.com/watch?v=1Y4FvlDuWfI

1 comentario:

  1. Cualquier persona que busque en internet las palabras "Felipe Carderon Castillo Peraza" podra ver que Carmen Aristegui cometió un pecado imperdonable:

    Dijo en radio y televisión lo que hace años circula en texto.

    La revista Proceso lo documentó hace mucho, el ahigasido es alcoholico.

    Pero analicemos el tema con un ejemplo más documentado a nivel mundial.

    George Bush es alcoholico, Barac Obama no lo es.

    ¿Este cambio en los presidentes supuso un cambio en la politica exterior de USA? Creo que no.

    ¿Este cambio en los presidentes supuso que se cumplieran los compromisos de campaña? Hasta donde sé, no.

    De hecho, Bush fué honesto y se declaró defensor de las guerras. Obama llego a la presidencia prometiendo paz y recivió el Nobel de la Paz defendiendo la guerra.

    Creo que cualquier persona se puede dar cuenta de que un presidente influye mucho en la vida de los ciudadanos, pero no es el único y si un pais vive de vender armas y otro de vender petroleo, el alcoholismo de sus presidentes no hará grandes cambios en las economias nacionales.

    El ahigasido es alcoholico, Vicente Fox vivia en foxilandia a punta de Valium, Salinas de Gortari algun vicio tendria, no recuerdo.

    Pero es un hecho que todos los gobiernos se han preocupado por pretender que sus presidentes o primeros ministros son personas intachables en perfecto control de sus emociones y sus vicios.

    Creo que a México le debe preocupar más el fundamentalismo religioso del ahigasido que por su alcoholismo.

    Nota anecdotica: han existido varios intentos de reformar las leyes a fin de que el Congreso de la Unión tenga información medica precisa sobre la salud del presidente. Nunca han prosperado.

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