Publicado en el Semanario Punto. Toluca, México.
23 giugno, 2010
Esta semana me he encontrado con una información que me ha hecho reflexionar nuevamente acerca del papel de los medios de comunicación. He planteado muchas veces en este espacio que ahora más que nunca son precisamente los medios quienes se ocupan de construir y modificar la realidad.
Más de una vez me he sorprendido por la capacidad que tienen algunos comunicadores para transformar los hechos y con ello dar el tono que conviene a las situaciones que la sociedad vive.
Hay medios escandalosos, otros más son tendenciosos, muy pocos son plurales y es imposible encontrar uno solo que sea objetivo.
Pero de eso a sostener lo que dijo hace unos días el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, hay un abismo. Resulta que desde su punto de vista, “generar un clima de linchamiento pone en riesgo las libertades”, por lo que pidió a los medios de comunicación “responsabilidad al ejercer la libertad de expresión”.
Y un correligionario de Gómez Mont, el senador panista Alejandro González Alcocer también puso su granito de arena diciendo que “hay veces que algunos medios lo que más destacan es la violencia y eso no nos ayuda como país para nada”.
De acuerdo, la responsabilidad es necesaria. Pero esto no implica callar para que la sociedad no viva en un pánico contínuo.
En materia de inseguridad, digamos que aparte de lo que los medios de comunicación publican, está la realidad que los mexicanos viven y que no necesitan ver construída en ningún periódico ni en ningún canal de televisión.
Para quien como yo vive en el extranjero, ciertamente son los medios los que permiten acceder a gran parte de la información relativa a la violencia que México vive desde la genial invención de la lucha contra el narcotráfico.
Pero también están los parientes y los amigos como referentes inmediatos que sin ningún interés mediático narran episodios increíbles de violencia en todas partes, y viven en una tensión contínua y en un miedo constante, sin necesidad de ponerse a leer los diarios, a ver la televisión o a escuchar la radio.
Con la pena, senador. Al país lo que no le ayuda es precisamente que exista una violencia cada día más acentuada.
A quienes no ayudan los medios publicando contínuamente las crueles novedades es a los gobernantes ineptos que han llevado a México a ser considerado casi un Estado fallido.
Entendámonos bien: los medios no hacen más o menos violento al país publicando la información de lo que está ocurriendo.
Los serios problemas de inseguridad existen, y aunque nadie los publicara, los muertos por todos lados seguirían apareciendo, los levantones continuarían y el miedo generalizado no pasaría.
Por el contrario, en el caso de la violencia que por desgracia vive nuestro país, publicar es un deber, para que a nadie se le olvide y para que todos llevemos una especie de estadística.
Así cuando nuestros queridos mandatarios pretendan lavarnos el cerebro diciendo que todo va muy bien, nosotros podremos sacar a la luz lo que está sucediendo y que en todo caso los medios simplemente están relatando.
Porque el tema de la violencia es un asunto en que los periodistas no están ni inventando ni tergiversando nada. No podrían. A lo mejor hay algunos que por el contrario, tratan de suavizar las cosas, pero aún así, la realidad es tan espantosa que aunque la disfracen un poco sale a relucir en toda su crueldad.
Así que ni cómo ayudarlos, queridos panistas. No hay manera de taparle los ojos y los oídos a los mexicanos que en la información que se publica no ven más que el resumen de lo que viven cotidianamente.
Me viene a la memoria que en Rumania, el gobierno ordenó que los medios dieran un porcentaje de “noticias felices” para ayudar a que los ciudadanos no cayeran en depresión. El senado rumeno ordenó en el 2008 que los noticiarios de radio y televisión publicaran cada día una cuota fija de noticias “positivas” para reequilibrar el cuadro y ofrecer una imagen “más serena” de la realidad.
El enmendamiento a la ley ordenó un equilibrio entre noticias buenas y malas. Lo que todavía no se entiende es si con ello la realidad cotidiana de los rumenos ha cambiado o si la dosis de noticias “entusiastas” ha contribuido solamente a mejorar la imagen del gobierno.
Y es que a fin de cuentas, esa moderación que los panistas piden es solamente una manera de presionar a los medios para tapar el sol con un dedo y de alguna manera limpiar la imagen de un gobierno que hasta ahora se ha mostrado incapaz de manejar una situación delicadísima que se les ha salido completamente de control.
Pero a decir verdad, aunque los periodistas por un milagro del cielo de repente se quedaran calladitos, ¿la gente que sufre la violencia cotidiana dejaría de ver cómo México va de mal en peor?
En lugar de buscar los favores del sistema mediático, que por lo visto ya no pueden controlar -porque ahora a los medios les importa más quedar bien con los priístas- señores del PAN, ¿por qué no se ponen a trabajar y solucionan de una vez por todas la terrible situación de los ciudadanos mexicanos, de sus compatriotas, de los que los eligieron y con sus impuestos pagan sus mega salarios, que son personas que simplemente no se merecen lo que están viviendo?
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Creo que alguna vez yo comenté que no veo televisión, simplemente no tengo confianza en un medio que tardo 30 años en reconocer que Tlatelolco fue una masacre. De los demás medios informativos, solo leo de vez en cuando algunos periódicos.
ResponderBorrarAsí que los panistas pueden estar tranquilos, yo no le hago caso a los medios de comunicación.
Pero tampoco he necesitado de noticieros para enterarme de que Cuernavaca ahora es la ciudad de la eterna balacera.
En estos 4 años de fecalato (gobierno fecalista) hemos cancelado salidas con la familia o los amigos por balaceras en las calles o porque estuvimos adentro de un cine media hora después de la función porque estaban recogiendo los cadáveres de un asalto a mano armada.
He cambiado la ruta para ir al trabajo porque una avenida ha sido escenario de más de tres acontecimientos violentos en los últimos 2 meses.
Frecuentemente algunos compañeros de trabajo dicen que no han podido dormir bien, los despiertan los disparos de AK-47.
Y todo esto ha pasado en capitales de estados, en zonas urbanas y no se trata de cinturones de pobreza.
No sé de qué se preocupan los panistas, yo no necesito ver los noticieros para saber que su gobierno es un asco.
Lo ves? Efectivamente no se necesita leer los periòdicos para conocer la terrible realidad que vive nuestro paìs. Basta tener contacto con las personas normales.
ResponderBorrarTu comentario me dejò frìa, sentì escalofrìo. No sabes cuànto lo siento, cuànto me duele y las ganas que me dan de agarrar a Calderòn y hacerlo vivir un solo dia como persona normal y en su sano juicio. A ver si sobrevive el muy...
Saludos.