Publicado en el Semanario Punto. Toluca, México.
10 de marzo, 2010
Mientras escribo estas líneas, estoy considerando la lógica dificultad para explicar a mis compatriotas la compleja realidad del sistema electoral italiano. Eso sí, adelanto a todos que a pesar de lo sofisticada que parece la situación, lo más interesante es comprender cómo ciertos problemas se pueden presentar en un país que se dice de primer mundo.
Voy al grano. Para comenzar, debo decir que a finales de marzo se llevarán a cabo en Italia las elecciones regionales. La región es lo más parecido que hay en este país a un estado mexicano. Se trata de ente territorial autónomo, dotado de órganos y funciones propias.
Italia se divide en 20 regiones, de las cuales 15 están dotadas de estatuto ordinario y las restantes cinco de estatuto especial, que les garantiza mayor autonomía, sobre todo financiera.
Las regiones son encabezadas por el presidente de la Junta Regional, que es precisamente el cargo que será asignado mediante el voto directo de los ciudadanos a finales del mes.
Es obvio que cada partido está echando toda la carne al asador, pero probablemente la tensión provocada en parte por la situación política ha provocado que se cometan errores increíbles.
Explicar el sistema de elección es complicado, pero es importante decir que uno de los requisitos para participar oficialmente es que los partidos contendientes presenten una lista para poder registrarse.
Y precisamente fue este uno de los “pequeños detalles” que algunos de los dirigentes del partido llamado Pueblo de la Libertad (PDL) olvidaron: presentar en tiempo y forma algunos de los requisitos obligatorios. Y para quien no sepa quién manda en el mencionado partido, la respuesta es sencillísima: el mismísimo premier italiano, Silvio Berlusconi.
Es decir, señoras y señores, que no se trata de cualquier partidito de esos que nada más entran en el juego político como comparsa. No. Se trata del partido de derecha que actualmente está en el poder. Una organización política que teóricamente debería tener toda la experiencia y el colmillo del planeta, además de contar con el personal más capacitado.
Pero no. No es así. O al menos es lo que emerge de lo ocurrido. Resulta que el PDL se han visto involucrado en un serio problema después de que las listas de la formación presentadas en la región del Lacio, cuya capital es ni más ni menos que Roma, y en la de la Lombardía, cuya capital es Milán, el centro económico de Italia, quedaron fuera de la carrera electoral.
Fue sin duda un error de esos que hacen época. En el Lacio la lista del PDL quedó excluida por haber sido presentada fuera de tiempo y, pese a que el partido de Berlusconi presentó un recurso, el Tribunal de Apelación de Roma confirmó su exclusión.
Mientras, en Lombardía la lista de Roberto Formigoni, del PDL y actual presidente de la región, quedó fuera por algunas irregularidades denunciadas por el Partido Radical. Tras un recurso de los radicales se invalidaron 514 de las firmas que habían apoyado la candidatura de Formigoni y ésta no cubría el mínimo requerido para presentarse a las elecciones.
El punto es que si la ley electoral señala claramente las reglas por seguir, en un país civilizado a nadie se le ocurriría no respetar las normas con tal de favorecer a los descuidados que cayeron en errores banales y arruinaron un proceso que se estaba desarrollando en términos más o menos civiles.
Sin embargo, el Gobierno de Silvio Berlusconi aprobó sin miramientos un decreto ley para permitir que las listas electorales de su partido en las regiones del Lacio y de Lombardía pudieran participar.
Así como lo leen.
Es como si de punto en blanco Felipe Calderón decidiera sacarse de la manga un decreto para que el PAN pudiera ignorar la ley y participar en las elecciones a pesar de haber cometido errores imperdonables, pasando por encima de las autoridades electorales, de los demás candidatos y sobre todo, de los ciudadanos.
Sería inconcebible, ¿no es cierto? Sin embargo en Italia la situación política es tan grave y confusa, tan arbitraria, que ha sido posible auxiliar descaradamente al partido en el poder.
La pregunta más pertinente es ¿qué habría ocurrido si el error hubiera provenido de las filas de la izquierda? Posiblemente el premier se habría lavado las manos argumentando que nadie puede estar por encima de las leyes establecidas.
De nada sirven las protestas. El mismo presidente de la República, Giorgio Napolitano firmóel decreto y se prestó al juego de Berlusconi, demostrando con ello que su cargo podría simplemente no existir y la República italiana -no- funcionaría de la misma forma si no él no existiera.
La situación es seria, grave, preocupante, porque refleja el excesivo poder que un solo individuo está ejerciendo en la pseudodemocracia italiana.
De sobra está hablar de los candidatos que el PDL ha postulado. Se trata de ministros, diputados, presidentes de región que buscan reelegirse. En suma: más de lo mismo.
No se puede tener todo el poder, lo he repetido constantemente en este espacio,. Berlusconi representa la avidez que hace daño a cualquier sociedad.
El problema es que nadie parece estar dispuesto a hacer algo efectivo para contrarrestar sus embestidas dictatoriales. Y quien se atreve -como el líder de Italia de los Valores, Antonio Di Pietro- es calificado de “troglodita”.
No existe equilibrio, insisto y el país de la bota está yendo peligrosamente hacia el caos político en un momento en que lo más importante es atender la cada vez más difícil situación económica y social.
Es una lástima que los pueblos se equivoquen y elijan a quienes con efectivos lavados de cerebro obtienen el voto y con ello el poder que después no quieren volver a soltar.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
¡¡Hay Güey!!!
ResponderBorrarPerdon por la expresión, pero no se me ocurre otra.
O sea que ya visto desde el contexto internacional, que las cupulas del PAN y el PRI acuerden aprovar impuestos a cambio de no hacer alianzas en las elecciones del Estado de México, es un acuerdo de caballeros y con el buen gusto de ponerlo por escrito.
Pues ya puesto así, en México sí existe democracia y está bien firme.
Pues mira... no sé cómo decirlo, pero me parece que en todos lados se cuecen habas y que honestamente los políticos de casi todo el mundo son la misma gata, pero revolcada.
ResponderBorrarA lo mejor cambia el estilo, pero las porquerías se hacen aquí y allá. El problema es que en Berlusconi cada vez veo la figura de un dictador, medio psicópata y megalómano...
Cualquier semejanza con otro político del presente, pasado o futuro es pura coincidencia...
Pues mi comentario va en el mismo sentido, aca en México nos quejamos de las porquerias de los politicos y resulta de que en Italia tienen a la reencarnación de Benito Musolinni con el añadido de que es dueño de los medios de comunicación.
ResponderBorrarEstoy de acuerdo con el punto, por todos lados es pan de lo mismo.