Publicado en el Semanario Punto. Toluca, México.
14 de abril, 2010
Al momento de escribir estas líneas me doy cuenta de que podría haberlo hecho de la misma manera antes de que todo ocurriera, en una especie de artículo profético y sin lugar a dudas habría acertado.
Las elecciones regionales en Italia, que se efectuaron el domingo 28 y el lunes 29 de marzo han arrojado un resultado que sin ser una maga o una vidente, una servidora conocía ya: abstencionismo récord y triunfo de Berlusconi.
No se necesita ser un profundo conocedor de la política. Tampoco es necesario ser un analista cesudo de esos que descubren el hilo negro y llenan todos los espacios mediáticos para saber que los ciudadanos italianos están literalmente hartos de sus políticos de ínfima categoría y como lógica represalia han decidido sencillamente no participar en los comicios.
Lo malo es que entre el abstencionismo y la falta de confianza en una oposición tibia y complaciente, los italianos terminaron favoreciendo a su maravilloso y ejemplar premier, Silvio Berlusconi, y a la neo fascista Lega Nord.
De las 13 regiones italianas en las que celebraron comicios, la agrupación de centro-derecha del primer ministro triunfó en un total de seis, cuatro más que en las elecciones anteriores.
Lazio -que incluye la capital del país, Roma- y Piamonte, importante región del norte cuya capital es Turín son dos de las regiones donde la derecha Berlusconiana obtuvo triunfos más que significativos.
Además, las sureñas Campania -cuya capital es Nápoles- y Calabria favorecieron a la derecha, en unas elecciones donde la gran vencedora fue la apatía y donde los electores italianos manifestaron su profunda desilusión.
La participación ciudadana fue la más baja en los últimos quince años. Sólo un 64% de los 41 millones de italianos habilitados para votar pasaron por las urnas, un 8% menos que en las elecciones regionales del 2005.
Como en Francia, -donde hace un par de semanas los ciudadanos dieron un fuerte golpe a Nicolás Sarkosy- se impuso el abstencionismo también en Italia. La diferencia es que quienes allá acudieron a votar, prácticamente resucitaron al partido socialista, dejando al polémico gobernante con un palmo de narices, puesto que solamente una de las regiones del país Galo será gobernada por la derecha.
Ni hablar, Italia no siguió el ejemplo de sus vecinos y demostró con ello que es un país conservador que definitivamente no está apreniendo la lección y por el contrario, sigue dejando en manos de un solo hombre prácticamente todo el poder.
Ni los escándalos contínuos del último año han hecho cambiar el ánimo de los habitantes del país de la bota. En definitiva, no les importa si Berlusconi se ha convertido casi en un dictador que pretende a toda costa manejar a su antojo las conciencias y hasta modificar las leyes a su conveniencia.
Al final, le han permitido no solamente mantener las regiones donde su partido ya gobernaba, sino que además han ampliado su esfera de poder, dándole la posibilidad de que los representantes de su partido tengan en sus manos el destino de regiones tan importantes como Lazio y Piamonte.
Y es digno de mencionar lo ocurrido en Piamonte, donde la victoria de la derecha por una mínima diferencia tiene que ver con la presencia de un “tercero en discordia”, el llamado Movimiento Cinco Estrellas, promovido por el cómico de izquierda Beppe Grillo, que ha conquistado los votos suficientes como para quitarle puntos porcentuales a Mercedes Bresso, la candidata de la coalición que realmente estaba dando batalla a la derecha, representada por Roberto Cota, candidato de la Lega Nord.
El Piamonte ha sido el mejor ejemplo de que existe realmente el llamado “voto útil”, pues dar la preferencia a un mini partido ayudó indudablemente a la derecha a conquistar con un mínimo margen la presidencia de la Región.
Y en Campania sorprende ver que la candidata más votada de Italia ha sido la ministra Mara Carfagna, la ex vedette que ha llegado a ser la titular del Ministerio de la igualdad de oportunidades cuyo único mérito, aparte de la belleza física es ser una gran amiga del premier Berlusconi.
Ni hablar. Sinceramente uno se queda sin palabras cuando escucha el discurso triunfal de Berlusca que habla de que en estas elecciones “el amor ha vencido al odio y a la envidia”.
Personalmente no lo llamo amor. Pero dejo a los lectores las conclusiones que consideren pertinentes. No pienso que exista un país europeo más conservador que Italia. Tampoco pienso que el gobierno de Berlusconi esté llevando a mejorar las condiciones de vida de la mayoría.
Lo que creo es que hace falta una oposición fuerte y real que lleve a las urnas a la gente pensante. Hace falta una verdadera esperanza de cambio y movimiento, antes de que la bota itálica termine por revivir los tiempos de la dictadura.
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Me gustaría encontrar algun estudio que explique porque la humanidad no puede ir hacia la democracia sin retroceder.
ResponderBorrarCasos como el de Francia (ahora, porque tambien tienen su historia de tiranos) son tan pocos que se consideran excepciones.